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domingo, 22 de marzo de 2009

Capellanes castrenses en la Campaña del 9








¡Pater a mí!

Capellanes Castrenses Laureados

“…La guerra de África ha puesto una vez más de relieve y el tipo castizo y arrojado del capellán castrense. El “Universo” dedica un largo artículo a estos abnegados sacerdotes. Reproduciremos algunos párrafos:

.-En todos estos trances, y a través de los siglos, el capellán castrense ha conservado su típico carácter. Observadores superficiales y desconocedores de la vida militar, tan distinta de la civil, pueden manifestarse sorprendidos de su marcial aspecto, de la soltura de sus movimientos, de su franqueza un poco ruda, de la arrogancia que ponen a veces en sus palabras; pero, ¡ay!, que esa sorpresa no debe nunca llegar al escándalo: es el espíritu sacerdotal, que como el cristiano, siendo uno en sí, toma necesariamente las formas externas del medio en el que se desenvuelve. ¿Acaso el párroco de una mísera feligresía de labradores tiene por lo común el atildamiento exterior, la finura de modales de un capellán de monjas o de canónigo?.

La viña del Señor es muy extensa, y si se divide en regiones diversas: cada una exige un especial cultivo; el ministerio parroquial en medio del tráfago del mundo y de la vida, ¿ha de ser ejercido acaso como la dirección espiritual de las pocas almas escogidas que van a Dios por la vía de la contemplación mística? “Suum cuique” .-los soldados no son cartujos-., decía a Felipe II el Gran Duque de Alba.

La gente de guerra no sería entendida, ni entendería a un ministro de Dios que no tuviera de soldado cuanto puede tener un sacerdote. Sin estas condiciones, difícilmente el párroco castrense conseguiría de su resueltos y heroicos feligreses aquella personal adhesión, aquel prestigio que suelen ser preámbulos humanos por donde la Divina gracia se manifiesta en las almas sencillas y fuertes que por una necesidad social imprescindible han hecho dl combate su profesión, y del constante peligro su mérito en la vida.

Lo extraordinario, repetido en diversas ocasiones, es lo hecho ahora por los capellanes de Arapiles y de Las Navas; pero lo ordinario, el estricto cumplimiento de los deberes espirituales, no requiere menos valor, menos desprecio de la vida.

Abundan en el cuerpo castrense las cruces de San Fernando, concedidas por auxiliar a los heridos y moribundos en las guerrillas ; es decir, en lo más avanzado de la línea de fuego. ¡Que acción es esta tan grande!.
Porque no se reduce a estar en la línea, donde están también los oficiales y los soldados, sino de estar allí, sin el deber estricto e estos, y con el espíritu sereno, con el corazón pacífico,sin furor, sin combatir, ejerciendo el sublime misterio de la reconciliación y de la paz, en medio del estruendo y de los peligros de la guerra-…”

Así se definía en La Vanguardia del 27 de agosto de 1.909, los quehaceres de los capellanes castrenses en el campo de batalla. Este el caso de los capellanes castrenses D. Jesús Moreno Álvaro y de D. Jacinto Martínez Verdasco, este último, capellán castrense 2º. El primero ejerció su ministerio en los combates de Melilla el 27 de julio de 1.909 y el segundo, lo hizo en el Zoco del Jemis de Beni-bu-Ifrar, el 30 de septiembre de 1.909. Ambos, por su comportamiento fueron propuestos para la Cruz Laureada de San Fernando, siéndoles concedida en los dos casos.


( En las entradas que siguen a ésta ofrecemos información de los paters Jesús Moreno y Jacinto Verdasco ).

Hans Nicolás Hungerbühler

Capellán Jesús Moreno


D. Jesús Moreno Álvaro, capellán castrense del batallón


de Cazadores de Las Navas núm. 10



Al capellán castrense D. Jesús Moreno Álvaro (en La Vanguardia de fecha 9 de agosto de 1.909, figura como D. José Moreno Albarro), se le abrió “juicio contradictorio” para la concesión de tan alta distinción en Madrid el día 8 de agosto del citado año. En fecha 13 de agosto y basándose en publicación aparecida en “El Telegrama del Rif”, se mandaba abrir “juicio contradictorio” para dicho capellán, citándose que se le proponía para tan alta distinción “…por los méritos contraídos prestando los servicios de su sacerdocio en las armas avanzadas de fuego en el combate sostenido por los moros el día 27 del anterior (julio) en las lomas del Gurugú…” (En esta noticia, aparece como D. Jesús Moreno Álvaro).

De hecho, según publicaba el periódico “La Época” de 13 de agosto de 1.909, notificaba en la forma siguiente, la apertura de juicio contradictorio (textual) y en lo que al capellán castrense d. Jesús Moreno Álvaro se refiere:

“…De la orden de la plaza: El Excelentísimo señor comandante en jefe del Ejército de operaciones ha tenido a bien disponer lo siguiente:

Para esclarecer el derecho que pudieran tener a la cruz de San Fernando el capitán de infantería D. Cipriano Nieto González y el capellán castrense D. Jesús Moreno Álvaro y a petición del juez encargado de instruir los expedientes de juicio contradictorio solicitando, se publican a continuación los siguientes anuncios:
Don Antonio Rabadán comandante del Cuerpo de Estado Mayor del Ejército, se halla instruyendo, por disposición del excelentísimo señor general comandante en jefe del Ejército de operaciones, el proceso prevenido en la ley de 18 de Mayo de 1.862, a D. Jesús Moreno Álvaro, capellán castrense que solicita la cruz de San Fernando de primera clase , por el mérito que contrajo el día 27 de julio último, en el combate sostenido con los moros en las estribaciones del Gurugú, al que concurrió con el batallón de Cazadores núm. 10 (Cazadores de Las Navas), a que pertenece, y en cuyo combate, animado de su amor a la Humanidad, y deseando administrar los auxilios de su sagrado ministerio al mayor número posible de heridos graves de su batallón, no vaciló en llevarlo a las líneas más avanzadas del fuego, logrando administrar los referidos auxilios a gran número de moribundos.

Si algún individuo de la misma clase o superior a la del interesado tuviese que exponer a favor o en contra, el derecho que cree asistirle, podrá hacerlo presentándose a dicho señor juez por escrito, bajo su palabra de honor, o según corresponda a su clase, dentro del término preciso de ocho días, contando desde la fecha en que se publica este anuncio en la orden general…”

Al capellán castrense D. Jesús Moreno Álvaro, del batallón de Cazadores de Las Navas núm. 10, se le proponía para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, conjuntamente con:

- El teniente coronel de infantería del Regimiento de Melilla, D. Federico Julio Ceballos, por los combates del día 18 de julio de 1909, en Sidi-Ahmed-el-Hach.
- El teniente coronel de infantería del Regimiento de África núm. 68, D. José Martínez Pedreira, por los combates del día 19 de julio de 1909, mientras ejercía el mando de la posición de Sidi Musa.
- El capitán de infantería de la 1ª Compañía de la Brigada Disciplinaria de Melilla, D. Simón Serena Moreno, por los combates sostenidos el día 23 de julio de 1909, en las estribaciones del monte Gurugú.
- El capitán de infantería del Regimiento de África núm. 68, D. Eduardo López Ochoa, por los combates sostenidos en Sidi-Ahmed-el Hach, el 18 de julio de 1909.
- El capitán de la Brigada Disciplinaria de Melilla, D. Cipriano Nieto González , por los combates librados en las estribaciones del monte Gurugú y al lado izquierdo de Mezquita, el 23 de julio de 1909.
- El capitán de infantería del Regimiento de África núm. 68, D. Fernando Fernández de Cuevas, por los combates del 20 de julio de 1909, en Sidi Musa.
- El primer teniente de infantería de la Brigada Disciplinaria de Melilla, D. Ricardo Carrasco Egaña, por los combates librados en las estribaciones del monte Gurugú, el 23 de julio de 1909.
- El primer teniente de infantería de la Brigada Disciplinaria de Melilla, D. Felipe Artal Serrano, por los combates librados en las estribaciones del monte Gurugú el 23 de julio de 1909.
- El primer teniente de infantería del Regimiento de Melilla, D. Rafael de los Reyes Ortíz, por los combates sostenidos en las estribaciones del monte Gurugú, el 23 de julio de 1.909.



El Capellán Castrense, D. Jesús Moreno Álvaro. ¿quién era y que fue lo que hizo, para ser propuesto para la Cruz Laureada de San Fernando, máxime condecoración militar en tiempo de guerra?.

Para dar respuesta a estos interrogantes, nada mejor que la descripción encontrada en las páginas de “El Imparcial” de Madrid del viernes 13 de agosto de 1909, en la sección de la crónica telegráfica, “El dia de ayer en Melilla”, y bajo el sencillo título de “El capellán Moreno” y que acto seguido, transcribo literalmente:

“…Se han recibido aquí muchas cartas preguntando por el cura del batallón de Cazadores de Las Navas núm. 10 que se condujo tan heroicamente en la sangrienta lucha del 27 de julio.
En la información periodística se han cometido errores respecto a este capellán castrense. Periódico ilustrado ha habido, y no de los que se publican en Madrid, que ha representado al capellán Moreno como hombre viejo, agobiado por los años, cubierto de canas, y el tal capellán tiene sólo treinta y nueve años, y los lleva con mocedad briosa.

Contestando a algunas cartas que hemos recibido los corresponsales de “El Imparcial” , diré que este héroe de la caridad y del valor se llama D. Jesús Moreno Álvaro. Nació el 9 de Enero de 1870 . Previas las oposiciones consiguientes, fue nombrado capellán castrense el 11 de junio de 1901, y ocupa el penúltimo lugar del escalafón. Datos son estos que debo a amables oficiosidades.

D. Jesús Moreno iba con su batallón de Las Navas el día 27 por las ásperas barrancadas del Gurugú. Y aunque haya de repetir lo que oportunamente se dijo, completaré la historia de este admirable sacerdote, añadiendo a lo que ya se sabe, algunos rasgos dignos de conmemoración.

El capellán Moreno veía caer entorno suyo jefes, oficiales y soldados. El trance era recio, la situación de nuestras tropas difícil. Iba el capellán acudiendo a los moribundos y les administraba los últimos auxilios, una palabra de esperanza, la absolución. Y cuando el herido necesitaba, al mismo tiempo que la tranquilidad del alma, la cura del cuerpo, aplicaba la venda, daba el sorbo de agua, confortaba y socorría.

El médico del batallón cayó a tierra, recibiendo un golpe gravísimo. Desde entonces el capellán Moreno se creyó obligado a sustituir, en lo que fuese posible, a aquel que tenía también en el lugar del combate los oficios salvadores de la caridad. El cura se hizo médico, y asombra oir a los soldados relato de los auxilios científicos que recibieron del esforzado sacerdote.
Pero la Providencia había puesto allí al capellán Moreno para algo más – ¡para algo más aún!-.

En el momento más recio de la lucha un grupo de Cazadores de Las Navas acude al capellán Moreno.-Nuestros jefes han muerto o están heridos le dicen-somos noventa soldados que estamos aquí defendiéndonos …¿Qué hacemos?
El capellán Moreno estaba entonces confesando a un herido gravísimo, con el escapulario de la Virgen del Carmen en la mano. Concluyó serenamente el sagrado ministerio y dijo a los muchachos que le rodeaban:
-¿Qué habéis de hacer? Noventa solados españoles, aquí, frente al enemigo, con el honor en riesgo, con nuestros amados jefes cubiertos de sangre, no pueden hacer más que una cosa, que es pelear..
-¡Eso queremos! Gritaron los valientes cazadores;- pero ¿quién nos manda?- Yo- contestó el enérgico capellán. -¡Viva España! ¡Viva el pater!. El capellán Moreno dio discretas órdenes a los soldados. -¡Cubríos en ls desigualdades del terreno, disparad echándose en el suelo, escoged el blanco y apuntad bien!-

Los soldados de Las Navas, a las órdenes del improvisado e inverosímil jefe, no sólo defendieron aquel rincón del Gurugú, sino que alejaron al enemigo, dando espacio a que llegasen refuerzos y a que los bizarros jefes y oficiales con nuevas tropas. Impusieran allí duro correctivo a los rifeños.

Esto es lo que hizo el capellán segundo castrense del batallón de Las Navas D. Jesús Moreno Álvaro, y con ello quedan contestadas las cartas que recibimos, y entre ellas muy especialmente una que firma un ilustrado sacerdote de Burgos.

Concluiré esta información diciendo que el general en jefe ha propuesto al capellán Moreno para la Cruz de San Fernando, y que pronto sobre la raída sotana del pobre cura de los soldados se destacará la honrosísima distinción.

Entretanto, el cura Moreno, con el breviario en las manos, sigue siendo el humilde compañero de los combatientes. Cuando se le pregunta lo que ha hecho, se niega a contestar, y la única respuesta que obtienen los interrogadores, es esta, que aparece estereotipada en sus labios:
¡Pobres muchachos! ¡bien se portaron!... Verdad es que sus jefes y oficiales sólo les habían enseñado el heroísmo.

Y es inútil insistir con el capellán Moreno. Siempre tiene que hacer algo cuando se le interroga. Un herido que quiere consultarle, un soldado analfabeto (de los pocos que hay) que quiere que le escriba una carta. Él se escabulle con gracia y modestía. Es la sencillez, la virtud y el patriotismo…”

Hans Nicolás Hungerbühler

Capellán Jacinto Martínez Verdasco








D. Jacinto Martínez Verdasco 2º capellán

del batallón de Cazadores de Madrid

Al capellán del clero castrense D. Jacinto Martínez se le abrió “juicio contradictorio”, para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, según anunciaba la Órden General de la plaza de Melilla de fecha 29 de octubre de 1.909, por el comportamiento observado en los combates sostenidos contra el enemigo en el Zoco de El- Yemis, en fecha 30 de septiembre de 1.909. según se notificaba en La Vanguardia de dicha fecha (29/10/1.909), dicho capellán, se hallaba destinado en el batallón de Cazadores de Madrid. La apertura del citado juicio, también fue publicada en el rotativo madrileño, “La Correspondencia de España” de fecha 28 de octubre y notificaba la solicitud de la Cruz de San Fernando para el 2º capellán del batallón de Cazadores de Madrid, y decía que se ordenaba la apertura de dicho acto por “…para acreditar el derecho que el interesado pueda tener a la cruz de la real y militar Órden de san Fernando por el mérito contraído y comportamiento observado en el combate sostenido contra el enemigo, al efectuar nuestras fuerzas un reconocimiento sobre el Zoco del Jemis, en Beni-Bu-Ifrur, el dia 30 del mes de septiembre pasado…”

¿Qué hizo el 2º capellán castrense D. Jacinto Martín Verdasco para merecer la Cruz Laureada de San Fernando?.

En los combates habidos el dia 30 de septiembre de 1909, en el Zoco de El-Yemis, entre los silbidos de las balas, el 2º capellán, D. Jacinto Martínez Verdasco, recogía a los heridos, los curaba y los trasladaba a las ambulancias. En eso que el capitán que mandaba la posición el señor Bermejo cayó muerto. Los soldados, le dijeron que apenas les quedaban municiones pidiéndole que avisara para el envío de cartuchos. El capellán, no encontró a un solo soldado disponible que le acompañara así que se marchó en busca de munición. A su regreso, tenía que subir una cuesta cosa le costaba muchísimo e iba cargado con un cajón de municiones así que ni corto ni perezoso, la abrió e hizo llegar a los soldados los cartuchos. Por lo visto, había permanecido durante el combate en la posición central ocupada por su batallón sirviendo aparte de auxiliar a los heridos en primera línea de fuego, de auxiliar eficaz en la comunicación de órdenes y avisos bajo el fuego y entre las balas. Fue su comportamiento muy elogiado.

El teniente coronel Cavalcanti, solicitó para el 2º capellán Martínez Verdasco, la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando,por los méritos contraídos el dia 30 de septiembre,en los reconocimientos de Zoco Jemis y Beni-bu-Ifrur, dandóse a conocer a la opinión pública en “La Correspondencia de España” de fecha 18 de octubre de 1909, la apertura de jucio contradictorio para la concesión de dicha condecoración. Conjuntamente con el capellán Martínez Verdasco, se solicitaba para:

- El capitán del batallón de Cazadores de Madrid, Sr. Rodríguez Salgado, finado en acción de guerra.
- El capitán del batallón de Cazadores de Las Navas, D. Teodoro Sánchez Gómez, finado en acción de guerra en los combates del 27 de julio de 1909 en las estribaciones del monte Gurugú, petición hecha por el teniente coronel de infantería retirado D. Isidoro Sánchez Gómez, padre del capitán Sánchez y que había fallecido el 7 de agosto de 1.909.

A este capellán, por los meritos observados en los combates del 27 de julio de 1.909, le había sido concedida la Cruz al Mérito Militar sin pensión, anteriormente.

A ambos capellanes castrenses, les fue concedida la Cruz Laureada de San Fernando, por los méritos observados y contraídos en el combate. El capellán Moreno en las estribaciones del monte Gurugú y el Capellán Martínez, en el Zoco de El Jemis-Bu- Ifrur, el primero en los combates del 27 de julio y al segundo, en los combates del 30 de septiembre del año 1909.

Capellanes castrenses destinados en Melilla en 1.909.

Entre otros,
- Capellán castrense D. Jesús Moreno Álvaro. Regimiento de Las Navas. Núm. 10.
- Capellán castrense D. Jacinto Martínez Verdasco. Batallón de Cazadores de Madrid.
- Capellán castrense D. Atilano del Valle. A las órdenes del teniente vicario del cuartel general de Melilla. Fue secretario del vicariato castrense de Melilla. En fecha 29 de septiembre de 1.909, consta como tal.
- Capellán castrense D. Jesús Saavedra. Regimiento de San Fernando núm. 11, que de guarnición en Lugo, se acordó en fecha 2 de octubre y en Consejo de Ministros, formase parte de la División Ampudia y marchase a Melilla.
- Capellán castrense D. Jesús Gil Vila. Regimiento de Ceriñola núm. 42 que de guarnición en Tuy (Galicia) y Orense, se acordó en fecha 2 de octubre y en Consejo de Ministros formase parte de la División Ampudia y marchase a Melilla.
- Capellán castrense D. Francisco Corazón. Regimiento de La Reina núm. 2, de guarnición en Córdoba, se acordó en fecha 2 de octubre y en Consejo de Ministros formase parte de la División Ampudia y marchase a Melilla.
- Capellán castrense D. Antonio Vargas. Regimiento de Córdoba núm. 10, de guarnición en Granada, se acordó en fecha 2 de octubre de 1909 y en Consejo de Ministros, formase parte de la Divisón Ampudia y marchase a Melilla.
- Capellán castrense D. José López Calvera. Regimiento de Húsares de La Princesa, marchó con su regimiento a África, en fecha 11 de agosto de 1.909.
- Capellán castrense primero del clero castrense D. José Ramón García Rom. Destinado a Hospitales provisionales de Melilla.


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- Fuente: “Alto y Clarowww”, publicado en Internet.
- Fuente fotografías: “Google, búsqueda de imágenes”.
- Fuente: “La Vanguardia”, Barcelona, pág. 8, de fecha viernes 27 de agosto de 1909.
- Fuente: “La Vanguardia”, Barcelona, pág. 3, de fecha lunes 9 de agosto de 1909.
- Fuente: “La vanguardia, “Barcelona”, pág. 8, de fecha viernes 29 de octubre de 1909.
- Fuente: “La Vanguardia”, Barcelona, pág. 6, de fecha, sábado 21 de agosto de 1909.
- Fuente: “La Vanguardia”, Barcelona, pág. 8, de fecha viernes 13 de agosto de 1909.
- Fuente: “La Correspondencia de España”, Madrid, núm. 18.887, pág.2, de fecha jueves 28 de octubre de 1909.
- Fuente: “La Época”, Madrid, núm. 21.121, pág 2 de fecha viernes 13 de agosto de 1909.
- Fuente: “El Imparcial”, Madrid, núm.15.237, pág. 4 de fecha miércoles 11 de agosto de 1909.
- Fuente: “La Vanguardia”, Barcelona, pág.9, de fecha miércoles 29 de septiembre de 1909.
- Fuente: “El Imparcial”, Madrid, núm. 15.236, pág. 2, de fecha martes 10 de agosto de 1909
- Fuente: “El Imparcial”, Madrid, núm. 16.239, pág. 1, de fecha viernes 13 de agosto de 1909.
- Fuente: “La Correspondencia de España”, Madrid núm. 18.865, pág.3, de fecha miércoles 6 de octubre de 1909.
- Fuente: “La Correspondencia de España”, Madrid núm. 18.877, pág. 1 de fecha lunes 18 de octubre de 1909.
- Fuente: “La Correspondencia de España”, Madrid, núm.18.887, pág 2 de fecha jueves 18 de octubre de 1909.
- Fuente: “El Imparcial”, Madrid núm 15.230, pág.2, de fecha 3 de octubre de 1909.
- Fuente: “El Imparcial”, Madrid núm. 15.308, pág. 5, de fecha jueves 21 de octubre de 1909.
- Fuente: “La Correspondencia de España”, Madrid núm.18941, pág.2, de fecha 21 de diciembre de 1909.
- Fuente: Fotografía Cruz Laureada de San Fernando, buscador de imágenes de Google. “Alto y Clarowww, galería de Laureados.
- Fuente: “Galería de Laureados” “Alto y Clarowww”, publicado en Internet.

Hans Nicolás i Hungerbühler.