ÉRASE UNA VEZ MELILLA

ÉRASE UNA VEZ MELILLA
GRUPO DE ESCUELAS MIXTAS

EN EL BARRANCO DEL LOBO

jueves, 23 de abril de 2009

LOS HERMANOS MOLINA
















Cuatro hermanos, los tenientes D.Manuel ,


Luis , Alberto y Eugenio Molina Galano

Cuatro hermanos, Cuatro oficiales de infantería, hijos del difunto general Molina. Dos de ellos en Melilla, el tercero, D. Eugenio Molina Galano, recibió el despacho con su nombramiento de manos de S.M. el Rey D. Alfonso XIII en Toledo, casi el mismo día en que sus hermanos, D. Luís y D. Alberto, resultaban heridos en los enfrentamientos que hubo con los kabileños en los alrededores de Melilla en acción de guerra, la primera desde que S.M. Alfonso XIII, comenzara su reinado en 1902, naturales de Málaga, e hijos del general Molina, distinguido de la guerra de Cuba y fallecido recientemente. El teniente D. Luís Molina, formó parte de las tropas de Casablanca. Un tercer hermano, D. Eugenio Molina Galano, también militar, fue promovido a oficial, en la Academia de Infantería de Toledo, el sábado 10 de julio de 1909 y su despacho, entregado el martes 13 del mismo mes. D. Luís Molina Galano, fue herido gravemente en los combates del 9 de julio de 1909, una bala le atravesó el muslo izquierdo.

D. Luís Molina Galano, coronel de la Legión
El cuarto hijo, D. Manuel Molina Galano, era ayudante en la Academia de Infantería de Toledo.
D. Luís Molina Galano, pertenecía al Batallón Disciplinario. Su hermano Alberto, fue herido contuso en un pié.
Entrega de reales despachos en la Academia de Infantería de Toledo
El segundo teniente, Eugenio Molina Galano, recibió su despacho de teniente en la Academia de Infantería de Toledo, de manos del monarca. Dicho acto, quedó recogido así en el rotativo madrileño “La Correspondencia de España”, del martes 13 de julio de 1909, bajo el título “El Rey en Toledo. Llegada de S.M.-Los nuevos oficiales.-El teniente Molina”.
“…Toledo (Lunes tarde). Desde las primeras horas de la mañana se ha notado gran movimiento en la ciudad. La cuesta del Alcázar está engalanada, y el histórico patio de la Academia hállase adornado con soberbios tapices de la Catedral. El valioso dosel del “Tanto monta”, en el estrado que había de situarse S.M. el Rey, está adornado también con trofeos militares, que represntan el sol y sus rayos.

Hermosas mujeres y las famílias de los nuevos oficiales ocupan las galerías altas del Alcázar. En el patio están las Comisiones civiles y militares, y en la puerta el batallón de alumnos en la plaza mayor, esperando al Rey.
A la estación bajaron a recibir a S.M., el gobernador civil y el alcalde, que tomaron asiento en el coche de D. Alfonso.
Con el Rey han venido la Infanta doña Eulalia y sus damas, el ministro de la Guerra, el general (ilegible), el teniente coronel Sr. Agulla y los ayudantes de S.M. Entre las Comisiones se veía al obispo de Ávila. Al llegar el Rey se le tributaron los honores de ordenanza.
Ya en el Alcázar, el ministro de la Guerra procedió a leer los reales despachos que eran entregados por S.M. el Rey a los nuevos oficiales.
Al entregar el despacho al Infante D. Alfonso, S.M. le dirigió una cariñosa sonrisa. Al presentarse el nuevo teniente Molina, hermano del herido en Melilla, el Rey le dirigió la palabra y habló brevemente con él…”
Arenga de S.M. (A los nuevos oficiales)
“…Terminada la entrega de los reales despachos, bajó el Rey del estrado, y dirigiéndose al centro del patio; arengó a los nuevos oficiales con las siguientes palabras:

“-En el día de hoy habeis recibido vuestros reales despachos de oficilaes de Infantería, prueba de la confianza que tengo en vosotros. Os la habeis ganado. Perteneceis a la gloriosa arma que desde tiempo inmemorial ha dado pruebas que sabe luchar por la patria. Precisamente en estos días un puñado de valientes del Disciplinario de Melilla lo ha demostrado, y estoy seguro de que en todo momento os acordareis que sois soldados del Rey. ¡Viva España!.-
A estas sencillas y sentidas palabras, contestó un ¡viva el Rey!...”

Despedida del Rey
“…Después de desfilar ante él y los nuevos oficiales y todo el batallón de alumnos, S.M. se retiró a la Dirección, acompañado de su séquito, y allí almorzó. En este momento se dirige a la estación y sube en el tren militar especial en que había venido. El batallón de alumnos ha bajado a la estación a despedir al Monarca, con todo el profesorado y numeroso público. El acto ha resultado solemne y hoy es día de gran fiesta en la población…”

En Melilla, dos de los hermanos Molina, D. Luís y D. Alberto
D.Luís Molina Galano: Hijo del general Molina, fallecido en Badajoz. Había nacido el 2 de febrero de 1880 e ingresó en el servicio activo el 1 de octubre de 1893. Había cursado sus estudios con aprovechamiento y al finalizarlos, fue destinado al ascender a primer teniente a la Brigada Disciplinaria de Melilla., lugar donde prestaba sus servicios al estallido de la Campaña de 1909. Herido en el muslo izquierdo, con pronóstico grave en los combates del 9 de julio de 1909. Sirvió en África en todos sus empleos, Además de sus muchos méritos militares, recibió la Orden Xerifiana por el Gran Visir de Ceuta y con la Orden de África dada por el Consejo de Ministros en 1934.
De su ejercicio del mando en la Legión como jefe de la misma (12/04/1932 – 26/07/1936),, son destacables, la reorganización que implicó la disolución del Escuadrón de Lanceros , VII y VIII Banderas, y el establecimiento de la 1ª y 2ª Legión.
Participó en el sofocamiento del movimiento revolucionario y restablecimiento del orden en Asturias en 1934, con la Legión y por orden del entonces gobierno de la IIª República española.

Por los méritos contraídos en los combates del 9 de julio de 1909, le fue concedida la Cruz de María Cristina.
Sobre los combates en que el teniente de la brigada Disciplinaria, D. Luís Molina Galano, fue herido, ya fueron descritos, al hablar del primer oficial muerto en la Campaña de 1909, el teniente de la también brigada disciplinaria de Melilla, D. Eduardo López Salcedo.De dicha brigada, en el períodico que se cita a continuación y referente a la acción de guerra del día 9, se decía que había ido siempre en vanguardia, batiéndose bizarramente en todo momento y con verdadero heroísmo y que por esa causa, había sufrido duro castigo de fuego que produjo el mayor número de bajas. De dichos combates, bajo el título “El avance de nuestras tropas.-Detalles de los combates.-Las bajas de nuestro Ejército”, el diario madrileño “El Imparcial”, citaba el sábado 10 de julio de 1909, lo siguiente (textualmente):
“…Melilla 9 (11 noche). El combate de hoy ha sido rudísimo. Apenas cabe concebirlo uniendo las sospechas de conjura rifeña que ayer telegrafié y el resultado de los sucesos de hoy. Por muy previstos que estuvieran los sucesos ha superado a todo cálculo lo acontecido.

Después de ello se comprende que los alarmistas tenían razón. Venía preparándose con la astucia peculiar de los rifeños el golpe de mano que hoy se ha realizado. El calor asfixiante ha contribuído a hacer más recia la jornada y en ella han cumplido prodigiosamente sus obligaciones los jefes, oficiales y soldados. No ha habido un momento de titubeo a pesar de que el enemigo había organizado la resistencia, insistía en ella con valor indiscutible.

Nuestras fuerzas han pasado las últimas colinas, creyéndose que tomarían posiciones para pernoctar en el campo moro. La columna expedicionaria comunica perfectamente con la plaza por medio de las patrullas de caballería, el heliógrafo y de las palomas mensajeras.

Los víveres y municiones se han enviado desde la plaza con gran exactitud, demostrando la excelencia de los servicios.
Nuestras bajas han sido las siguientes: Ha muerto el teniente de la brigada disciplinaria Sr. Salcedo. Han sido heridos gravemente: El capitán de Infantería D. José Riquelme. El teniente D. Luís Molina. Treinta y cuatro soldados de infantería.
El teniente D. Luís Molina realizó actos de heroísmo al frente de una sección de la brigada disciplinaria, tomando por asalto a la bayoneta lomas defendidas por multitud de moros. Esta parte del combate merece honores especiales. Los rifeños resistían con denuedo y hacían fuego incesantemente. Disponían de armas modernas y las manejaban con gran destreza. Las ametralladoras han jugado un papel importante. El teniente Espinosa, que las mandaba, enfiló nutridos grupos de moros, haciendo en ellos estragos.

Las tropas se han conducido brillantemente. Todas las posiciones que ocupaban los moros han sido tomadas y el enemigo se halla muy lejos del lugar del combate…”
Sobre los heridos que hubo el 9 de julio, se daba la noticia que eran los siguientes, expresando en la misma, el destino de cada uno:
Muertos un oficial, tres soldados y cuatro obreros.
Brigada Disciplinaria
Primer teniente D. Eduardo López Salcedo. Muerto.
Primer teniente D. Luís Molina Galano. Herido en el muslo izquierdo, grave.
Segundo teniente D. Alberto Molina Galano. Herido contuso en un pie.
Soldado D. Francisco Garbis Pino.
Soldado D. Ricardo Acedo.
Soldado D. Marcos Larra.
Soldado D. Antonio Molina.
Soldado D. Vicente Guarch.
Soldado D. Elías Rodríguez.
Soldado D. Emilio García.
Soldado D. Miguel Mosco.
Oficina Indígena.
Capitán D. José Riquelme López-Bago, herido. Por los méritos contraídos en los combates del 9 de julio, le fue concedida la Cruz de María Cristina.
Regimiento de Infantería de África núm. 68
Soldado D. Gregorio García.
Soldado D. Luís Resta.
Soldado D. Vicente Querol.
Soldado D. José Carcéles.
Soldado D. Fausto Caballero.
De Artillería.
Artillero D. Francisco León.
Artillero D. José Franco.
Artillero D. Juan Hernández.
Artillero D. Manuel Ramadán.
Artillero D. Miguel Calians.
Artillero D. Miguel Martín.
Obreros del ferrocarril.
Sr. Emilio Esteban. Muerto. Natural de Jérica (Castellón), casado con dos hijos.
Sr. Tomás Almeida. Muerto.
Capataz, Sr. Cristóbal Sánchez. Muerto. Casado sin hijos.
Sr. Salvador Pérez. Muerto.
Hubo un quinto obrero herido en un brazo cuyo estado era grave.

Sobre las bajas de los moros, “El Imparcial” del domingo 11 de julio, decía lo siguiente bajo el encabezado “Las bajas de los moros”:
“…Sobre este punto las noticias no pueden ser completas. Es indudable que los rifeños sufrieron grandes daños. La artillería en guerrillas al mando del capitán Lobera, contribuyó mucho al castigo de los agresores. Se asegura que los moros tuvieron de cuarenta a cincuenta muertos y más de ciento treinta heridos. Así lo han dicho los comisionados rifeños que visitaron hoy al general Marina.

Entre los detalles que se cuentan, se halla el de que una granada estalló bajo el vientre de un caballo, destrozando a este y al jinete que lo montaba. Otro proyectil de la Artillería cayó sobre una chumbera, detrás de la que tres moros hacían fuego sobre los españoles: el proyectil deshizo a aquellos rifeños…”


D. Alberto Molina Galano. Hijo del general Molina, fallecido en Badajoz. Había nacido el 2 de agosto de 1884 e ingresó en el servicio activo, el 16 de abril de 1903. Era definido como un muchacho estudioso en extremo y muy agradable. Pertenecía a la última promoción de oficiales de la Academia de Infantería de Toledo. Al terminar sus estudios y haber obtenido el empleo de 2º teniente en julio de 1908, deseoso de servir en el mismo Cuerpo que sus hermanos, solicitó y obtuvo el ser destinado también a la Brigada Disciplinaria de Melilla. Fue herido en los combates del 9 de julio de 1909, resultando contuso en un pié y en los combates del 23 del mismo mes, falleciendo a causa de las heridas recibidas el día 31 del mismo mes en Melilla. Por los méritos contraídos en el combate del día 23 de julio de 1909, el segundo teniente D. Alberto Molina Galano, fue ascendido a primer teniente.
Los combates del 22 y 23 de julio en los que resultó herido de gravedad el segundo teniente D. Alberto Molina Galano.
“La Época” del sábado 24 de julio de 1909, daba a conocer detalles de los combates del 23 de julio, combates en los que resultó herido entre otros, el segundo teniente de Infantería D. Alberto Molina Galano, recibiendo heridas que le costarían la vida ya que finó a consecuencia de las mismas, el día 31 de ese mismo mes. La acción militar, fue narrada por el corresponsal Gombeet, en dicho rotativo madrileño, adjuntando los telegramas oficiales dirigidos al ministro de la Guerra, con las siguientes palabras (textual), bajo los encabezamientos de, “En el Rif. Combates Heroicos. (De nuestro servicio particular):
“…Sangrientos combates en la madrugada del viernes.-Doce horas de fuego.-La lucha en Sidi Musa y en el Cerro de Ahfer.- Muerte del coronel Álvarez Cabrera.-Oficiales muertos.-Soldados muertos y heridos.-El enemigo, rechazado y perseguido.
Melilla 23 (6,15 mañana).- El combate que se inició poco después de las cuatro de la tarde del día 22, y que parecía terminado en las primeras horas de la noche, cuando la Artillería de Sidi Musa y el Hipódromo barrían los grupos de moros que aparecieron en el famoso barranco que da paso a las laderas del Gurugú, se reanudó con gran fuerza en las primeras horas de la madrugada de ayer, 23. Poco después de la media noche, hasta cuya hora no se había interrumpido la tranquilidad desde las ocho y media, empezaron a divisarse grupos numerosos de rifeños, generalizando el combate en las primeras horas de la madrugada con un ataque terrible contra el campamento de Sidi Musa y las fuerzas destacadas en la Posada del Cabo Moreno.

El general Marina que ya tenía conocimiento de los planes del enemigo, que eran cortar la comunicación del cuartel general del general Imaz, establecido en Sidi-Ahmet el Hachs, con la plaza, había reforzado la posición de Sidi Musa, en la cual como en todos los puestos, se ejercía exquisita vigilancia.
Los moros avanzaron primero en silencio por la cañada, descendiendo del Gurugú, y desplegándose después en una amplia línea de combate, con objeto de sorprender simultáneamente las tropas destacadas entre el cuartel general de Imaz y la primera caseta del ferrocarril.

El fuego de artillería y de fusil se hizo general al amanecer, siguiendo sin descanso hasta bien entrado el día.
Desde el primer momento de iniciarse el ataque, es decir poco después de media noche, dispuso el general Marina que salieran del Hipódromo, en dirección de la Posada del cabo Moreno, tropas de refuerzo, formadas por seis compañías de Cazadores y una sección de Artillería de campaña, al mando del coronel de Infantería D. Venancio Álvarez Cabrera, que destinado a la zona de Almería, se había presentado en Melilla, voluntario, hace dos días, llamado por el comandante general de esta plaza.
La llegada de estos refuerzos a Sidi Musano pudo ser más oportuna, puesto que en el cerro de Ahfer se veía un numeroso contingente de rifeños, que daba embestidas terribles para apoderarse de aquella posición.

Álvarez Cabrera, al frente de sus soldados, que se batieron heroicamente, según todas las referencias, entre ellas las del redactor del “Heraldo”, Sr. Rocamora, allí presente, y la del corresponsal de la “Agencia Fabra”, Sánchez del Arco, , la del fotógrafo de “Heraldo de Madrid”, Sr. Alfonso, cargó sobre el enemigo, apoyando la acción de fuerzas de los regimientos de Melilla y África, Cazadores de Alfonso XII, Estella y de Reus, y de Caballería de los escuadrones de Treviño y Melilla, cayendo herido del caballo y muriendo poco después.
También resultaron muertos en este ataque un capitán del regimiento de África y dos oficiales que con Álvarez Cabrera hicieron una salida que puso en fuga a los rifeños, a los cuales persiguieron avanzando dos kilómetros. Estas fuerzas tuvieron, además, siete soldados muertos y 17 heridos.

En las primeras horas de la mañana el fuego fue haciéndose más lento, retirándose el enemigo con grandes pérdidas, debiéndose el triunfo de nuestras tropas a la oportunidad de los refuerzos enviados con Álvarez Cabrera, cuya heroica muerte ha causado terrible impresión en Melilla, donde era de todos querido y respetado.
A las cinco y media de la mañana todavía seguían en las líneas avanzadas los generales Marina y Del Real. El combate ha tenido una duración de doce horas.-Gombeet…”
“…La harka.-Heroísmo de los jefes y oficiales.-Esfuerzo admirable de los soldados.-Figueras y Barbastro, desembarcan, y entran inmediatamente en fuego.-
Melilla 23 (6,30 mañana).- Los rifeños que han tomado parte en los combates de anoche y esta mañana pertenecen en su mayoría, según las confidencias, a las kábilas de Beni Buifrur y Beni-Bu-Yahi.

No hay palabras para elogiar el valor de los jefes y oficiales que se baten siempre en primera línea, animando al soldado y no regateando en el sacrificio de sus vidas. Así se explica el número de bajas que sufren. En cuanto al esfuerzo y la resistencia de nuestros soldados, es admirable. Las horas del combate apenas les dejan tiempo del preciso descanso , aumentado esta madrugada por un calor asfixiante.
La Sanidad militar ha hecho prodigios, atendiendo con todo esmero, y sin reparar en el peligro, a la recogida de muertos y heridos; tarea en la que no le han regateado su ayuda muchos paisanos de esta población, y el mismo Sr. Rocamora, corresponsal del “Heraldo de Madrid”.

Las primeras tropas de la brigada Pintos que desembarcaron hoy, han recibido su bautismo de sangre, saliendo inmediatamente al campo para hostilizar al enemigo fugitivo que pasaba en dirección al Gurugú por las cercanías de la Posada del Cabo Moreno.
Puede asegurarse que el combate que acaba de terminar, por ahora, ha sido el más tenaz y rudo desde el principio de las hostilidades.-Gombeet...”


“…Telegramas oficiales.
Melilla 23 (6,30 tarde).- General gobernador a ministro Guerra:
Esta madrugada se ha generalizado el ataque a nuestras posiciones, principalmente a Sidi Musa y Posada del Cabo Moreno. A media noche salió columna Álvarez Cabrera para proteger ataque Sidi Musa, llegando oportunamente con seis compañías y sección montaña, y al hacer salida para rechazar enemigo, objeto que logró persiguiéndolo más de dos kilómetros, murió al frente de sus tropas, con un capitán de África y dos oficiales, teniendo también 13 heridos.

Combate siguió encarnizado hasta bien entrado el día, en que el enemigo se alejó por Posada Cabo Moreno, continuando el fuego, aunque débilmente, por parte enemigo, ocupando nuestras tropas, al avanzar, posiciones que abandonaré al anochecer, por falta de tiempo para atrincherarlas.
Cazadores Figueras y Barbastro, acto seguido desembarcar, se han empleado en línea de fuego. Cuando sepa exactamente el número bajas, daré cuenta…”

“…Últimas noticias oficiales.
Melilla sábado 24 (2,10 madrugada).- General segundo jefe a ministro Guerra:
A estas horas tenemos un coronel muerto, un teniente coronel herido o muerto, en poder de los moros; cinco oficiales muertos; un jefe, cuatro capitanes y siete oficiales heridos; un número que ignoro de tropa, muertos, y 260 de tropa heridos: todos del combate de hoy. Estas cifras no son más que aproximadas; pues los Cuerpos han ido directamente del muelle al campo de batalla, sin dejar representaciones ni oficinas, y probablemente menores de la realidad.

Seguimos ocupando todas las posiciones avanzadas y fortificadas de camino minas, y general Marina, que avanzó a repeler ataque a las mismas, ayer antes obscurecer se retiró a situarse de nuevo en aquellas; pues se había internado mucho en el campo moro, y allí no podía pernoctar…”

“…Últimas noticias. Detalles de un sangriento combate
Diez y seis mil moros atacan nuestras posiciones.-Heroísmo de la brigada disciplinaria.-Momentos de angustia.-Este cañón es mío, y no me separo de él.-Oficiales muertos y heridos.-Bajas de tropa.
Melilla 24 (7 mañana).- Van conociéndose detalles que pueden ampliar la relación del durísimo combate sostenido por nuestras tropas desde las primeras horas de la noche del jueves, hasta bien entrada la mañana de ayer, viernes, y en el cual hemos tenido tan numerosas y sensibles bajas.
Por confidencias supo el general Marina aquella misma noche que el proyecto de la harka, cuyo número no bajaría de 15 ó 16.000 hombres, era el de cortar las comunicaciones del cuartel general con la plaza, y apoderarse del parque de aprovisionamientos, establecido como es sabido, en la segunda caseta de la vía férrea, atacando también a la kábila de Mezquita, amiga de España, y cuyo territorio se encuentra a cuatro kilómetros de esta plaza.
Poco después de las tres y media de la mañana, dos compañías del disciplinario, al mando del teniente coronel Aizpuru, se dirigieron a posesionarse de las alturas de Mezquita, y el coronel Álvarez Cabrera, con seis compañías del regimiento de África y los Cazadores que acababan de desembarcar, marchó precipitadamente hacia Sidi Musa, con objeto de proteger, en combinaciones con las fuerzas del teniente coronel Baños, que ya se encontraba allí, la posición de la segunda caseta.

Al mismo tiempo que sucedía todo esto, la Artillería se distribuyó en esta forma: Una batería completa en el fuerte de Sidi Guariach, otra en el de Camellos, otra en el Hipódromo, otra en la posición ocupada por el teniente coronel Baños y otra en el cuartel general de Imaz.
Aunque el disciplinario avanzó silencioso para sorprender a los moros, no pudo conseguirlo por haberse ocultado, viéndoseles, en cambio desde las posiciones del general Imaz y del teniente coronel Baños.
A las seis de la mañana se estableció el contacto entre la columna de Álvarez Cabrera y el enemigo trabándose un combate salvaje, en el que los moros barridos por la metralla, no cejaban en su propósito, mientras la brigada disciplinaria, alentada por el heroico coronel Álvarez Cabrera, se batían con desesperado denuedo.
En el momento culminante faltaron a los soldados las municiones. Entonces la Artillería se adelantó, haciendo magníficos disparos, que sembraban la muerte entre los rifeños, que ciegos de furor se dirigían hacia nuestros cañones.

Fue aquel un momento sublime del combate. Españoles y rifeños se batían cuerpo a cuerpo, conteniendo el avance de los moros una brillante carga a la bayoneta.

Se habían apoderado estos de una pieza de Artillería pero el abanderado del disciplinario Sr. Carrasco; el oficial Sr. Astal; un artillero Primitivo Martínez y cuatro soldados se arrojaron como locos sobre los moros, recobrando el cañón, al cual se abrazó, ciego de coraje, Primitivo Martínez, gritando:- Este cañón es mío, y aquí muero, pero no me separo de él.-
En esos terribles momentos perdieron la vida el coronel Álvarez Cabrera, al frente de las tropas: el capitán Cuevas y otros dos oficiales.
Figueras, que hacía apenas una hora que había pisado tierra, se batió con brío, desapareciendo su teniente coronel, el bravo y pundonoroso Ibáñez Marín, tan querido de todos, el cual fue después encontrado muerto. Hubo momentos en que se creyó que había caído en poder de los moros.

También resultaron heridos el capitán Gil del disciplinario; el teniente Molina, hijo del general del mismo apellido y tercero de los hermanos heridos en esta campaña; el teniente Borrero hijo del general, y el teniente José Sánchez Gómez sobrino del director general de la Guardia Civil e hijo del difunto teniente general D. José.
La población civil de Melilla ha dado un gran ejemplo de patriotismo improvisando con toda rapidez socorros para los heridos y acudiendo a prestarlos en los puestos de verdadero peligro.
Los moros sufrieron enormes bajas, retirándose al Gurugú. Las nuestras son todavía desconocidas pero el número de oficiales heridos es grande, y el de soldados se hace ascender a 270.-Gombeet…”

“…Telegrama oficial
Melilla 24 (7,15 mañana).- General segundo jefe a ministro:
Hasta ahora se sabe han ingresado heridos en el Hospital y locales habilitados al efecto los jefes y oficiales siguientes: Comandante Ricardo de la Coma y segundos tenientes Fernando Hueso, Luís Carbonell, Antonio Pérez y José Ochoa, del batallón de Cazadores de Alfonso XII; capitán Mariano Sánchez la Corte,, del escuadrón de Melilla; capitán Francisco Borrero y primer teniente Luis Calvet, del batallón de Figueras; capitán Gabriel Gil y segundo teniente Carlos Suárez Madariaga, del Regimiento de Melilla; capitán Agustín Gómez y Morato, de Cazadores de Barbastro y primero y segundo tenientes de la brigada disciplinaria José Sánchez Gómez y Alberto Molina, de los cuales ha fallecido el segundo teniente Antonio Pérez Prats…”

FUENTES
- “La Correspondencia de España”, Edición de la mañana, Madrid núm. 18.777, pág. 1, de fecha sábado 10 de julio de 1909.
- “El Imparcial”, Madrid, núm. 15.205, pág 1, de fecha sábado 10 de julio de 1909.
- “El Imparcial”, Madrid, núm. 15.206, pág. 1 de fecha domingo 11 de julio de 1909.
- “La Correspondencia de España”, Edición de la mañana, Madrid, núm. 18.778, págs.. 1 y 2, de fecha domingo 11 de julio de 1909.
- Fotografía “Toledo olvidado, blogspot.com/2008/11alfonso
- Fotografía coronel D. Luís Molina Galano, “Jefes de la Legión” , Historia, en internet.
- ”La Correspondencia de España” Edición de la mañana, Madrid núm.18.780, pág. 3, de fecha martes 13 de julio de 1909.
- : “La Época”, Últimos telegramas y noticias de la tarde, Madrid núm. 21,101, págs.. 2 y 3, de fecha sábado 24 de julio de 1909.
- ”La Correspondencia de España”, Edición de la mañana, Madrid, núm. 18.811, pág. 2 de fecha viernes 13 de agosto de 1909.
- “El Imparcial”, Madrid, fecha 8 de octubre de 1909, pág.2.




Hans Nicolás i Hungerbühler