ÉRASE UNA VEZ MELILLA

ÉRASE UNA VEZ MELILLA
GRUPO DE ESCUELAS MIXTAS

EN EL BARRANCO DEL LOBO

domingo, 24 de mayo de 2009

Poesía a un amigo


A MI QUERIDÍSIMO AMIGO DANIEL ALEJANDRO


Ya te vemos en España,
ya volviste de la guerra,
a donde fuiste con saña,
a combatir gente extraña
por el honor de tu tierra.

Como a un inocente cordero,
que dentro de una esportilla
conducen al matadero
a batir al moro fiero;
te llevaron a Melilla

Resignado, con ardor,
bajo un sol abrasador
y cargado de morral;
fuiste a medir tu valor
al lado del gran Noval.

Jamás soñaste y no en vano;
no darías en el quid,
pues tú todo lo hallas llano,
que es una cosa la lid
y otra … tocar el piano.

Ni te infundía pavor,
sólo pararte a pensar
el ruido ensordecedor,
de un combate en el fragor
ni de balas el silbar
………………………

Y vámonos a otro asunto
¿qué te ha dado la campaña?
esto es lo que yo pregunto.
lo se ya punto por punto;
lo que da a todos España.

Sí que parece gracioso
que a un profesor de piano
con su música oficioso;
le hagan meterse en un foso
con un fusil en la mano.

Que se pase sin comer
¡ vaya V. a saber los días!
que no se pueda tener;
Y si sed tiene, beber
el agua … por almofías.

Y aquí una nota sabiente
por lo muy original,
(el hambre es muy transigente)
por comprar … ¡francamente,
los huevos de un orinal!

Con la ropa hecha girones
y la cara sin lavar;
molidos de los riñones,
ir a tomar posiciones,
digo … a acostumbrarse a andar.

Y por si esto poco fuera,
duerma en el suelo entre abrojos,
y si algún frio sintiera
todo su cuerpo cubriera
con una manta de …piojos.

En fin, amigo querido,
si mi pluma no se engaña,
creo haberte referido
todo cuanto has obtenido
por recompensa en campaña.

Más has tenido la suerte
de haber regresado ileso;
pues, salvarte de la muerte,
puedes contento ponerte,
que lo principal fue eso.

Ya estás en paz, guerrillero;
ya no te dejará sordo
el ruido del cañón fiero,
ni el crujido del acero
que oirías de Rostrogordo.

Puedes sin perder momento
tocar una sinfonía
que se oiga en el campamento;
porque allí llevará el viento
los ecos de tu armonía.

O, también ejecutar
la canción del Vagabundo,
y que Maimón Mohatar,
allí en Beni-bu-gafar,
la baile ante todo el mundo.

Y para que nada falte
a ser de tu pena alivio,
yo trataré de narrarte,
lo que en campaña pasarte,
con música del Toribio.

Ya de Marina el mandato
no volverás a acatar;
y para olvidar su trato,
creo te será muy grato
poder Marina tocar.

………………………….


Con un abrazo apretado,
doy aquí fin a la surtoria
tuya, valiente soldado;
digo …ya estás licenciado;
¡tengo tan mala memoria!



Antonio Mortajo González


Zamora 13/7 / 1910


COMENTARIO

Antonio Mortajo González, dedica esta poesía a su amigo Daniel Alejandro, profesor de piano que ha vuelto licenciado de la guerra de Melilla, alegrándose que haya regresado de la campaña sano y salvo.
Los versos originales, están escritos a pluma, de puño y letra del autor, y en un trozo de papel poco mayor que un folio, a dos caras, y fechados el día 13 de Julio de 1.910 en la ciudad de Zamora.
La poesía está estructurada en 19 estrofas, y rima asonante, de arte menor: a, b, a, a, b.
El autor narra en tono jocoso, y a la vez que irónico, crítico y mordaz, las penurias y necesidades de los soldados llamados a filas para combatir a los rifeños en las cercanías de Melilla a principios del siglo XX.
El poeta, se alegra de que su amigo, Daniel Alejandro, pianista de profesión, haya regresado ileso de la guerra de Melilla (parece ser que por la fecha de 1.910, aquél tomaría parte en la campaña que tuvo lugar después de los terribles acontecimientos ocurridos en el Barranco del Lobo un año antes).
Los versos son sencillos y cortos: 19 estrofas, de fácil lectura; el estilo poético es de una calidad media, verso ligero, fácil de hacer, compuesto principalmente para ser recitado, supone que su autor no es poeta profesional, seguramente por su afición en componer y versificar pequeñas estrofas, muy común en España por aquella época; son famosos los troveros en la región de Murcia, porque son muy hábiles en componer rimas en un pequeño lapso de tiempo y sobre cualquier tema que se le pida en ese momento; competían con otros que se retaban entre ellos; también es reseñable citar a los versolaris vascos que lo hacen en su idioma materno.

Los versos de Antonio Mortajo están compuestos sin grandes pretensiones, de llegar a ser una obra maestra; sencillamente lo hace para demostrar su amistad y cariño hacia su amigo, y narra hechos, que aunque el autor no lo haya presenciado en primera persona, les imprime dramatismo, a la vez que ensalza los actos heroicos; no sabemos si aquél estuvo en el frente de batalla, o quizá por su formación musical en la banda del cuartel.
Lo que sí queda claro es que el poeta, además de alabar a su valiente amigo, y después de las vicisitudes que Daniel Alejandro pasó en Melilla, su mayor satisfacción es verlo de regreso a casa sano y salvo.
Estas estrofas realizadas en tono irónico, y en las que el autor quiere demostrar su amistad al amigo que regresa de la guerra de Melilla, nos sugiere preguntar si esta aventura (no sabemos del tiempo que pasó en Melilla) le ha servido para algo y cuál es la recompensa recibida por parte de las Autoridades. Y lo hace con la pregunta “¿qué te ha dado la campaña?”; si la misión de la que vuelve, no sabemos si cumplida o no, de un músico de provincias en este caso Daniel Alejandro, llamado a filas a Melilla, sin ser militar profesional y sin estar debidamente preparado, toma parte en una guerra impopular para los españoles.
Las noticias de estos hechos que se extendieron como la pólvora por todo el país, tuvieron gran repercusión en toda España y alarmaron a la población. Muchos jóvenes fueron llamados a filas al conocerse los sucesos del Barranco del Lobo, pero fue en Barcelona, donde las protestas, principalmente de la clase obrera en general, y de las madres y esposas de los soldados en particular, negándose al embarque de tropas en el puerto de la Ciudad Condal rumbo a Melilla, los disturbios se generalizaron en toda la ciudad con huelgas en fábricas y talleres, barricadas en las calles, y quema de iglesias y conventos, originándose la llamada “Semana Trágica”.

Sólo se libraban del servicio militar aquellos jóvenes que tenían el dinero necesario (500 pesetas) para no ser llamados a filas, y por supuesto éstos no tomaron parte en la guerra así como los hijos de viudas, así que iban a la guerra los más pobres y desfavorecidos.

Domingo N. Bolaños Sánchez
( de la Asociación de Estudios Melillenses )

Artículo publicado en el diario “Melilla Hoy” el día 5 de Octubre de 2008