ÉRASE UNA VEZ MELILLA

ÉRASE UNA VEZ MELILLA
GRUPO DE ESCUELAS MIXTAS

EN EL BARRANCO DEL LOBO

martes, 21 de julio de 2009

2º teniente José Fdez. de Guevara y Mackenna (1/2)






“…A mí sección, no la abandono sino muerto…”
(José Fernández de Guevara y Mackenna)


2º teniente de Infantería, D. José Fernández de Guevara y Mackenna

Nació en Barcelona, en el seno de una familia militar, el 10 de octubre de
1886. Era hijo del entonces comandante de Artillería, D. Enrique Fernández de
Guevara y Zaragoza y de doña Blanca Mackenna y Zaragoza.
Su carrera militar, fue cortisima ya que apenas, llegó según se puede observar
en su hoja de servicios, a los cinco años, concretamente, fueron 4 años, 10 meses
y 25 días, tiempo suficiente, para demostrar su valentía y coraje ante el
enemigo.

A los 17 años, el 29 de agosto de 1904, ingresaba en la Academia de Infantería
de Toledo, de hecho, en su hoja de servicio, consta la siguiente anotación:
“…1904. Por haber obtenido plaza de Alumno en la Academia de Infantería según
R.O. de 16 de Julio (D.O núm. 157), se incorporó a la misma (…) el día 27 de
Agosto que fue matriculado y quedó cursando sus estudios hasta fin de año…”

En 1905, juraba fidelidad a la Bandera. Tres años más tarde, a finales de
septiembre de 1907, obtenía en el Alcázar toledano, tras superar el plan de
estudios, el empleo de 2º teniente, graduación a la que ya había sido promovido
el día 3 de ese mes. Recibió de manos de su padre D. Enrique Fernández de
Guevara, el sable de oficial en el patio frente a la estatua de Carlos I de
España, como tantos otros cadetes que allí, obtuvieron sus despachos.

Las notas finales de concepto obtenidas en la Academia de Infantería de Toledo,
fueron, según las que constaban en sus antecedentes:

Valor : Se le supone.
Aplicación : Buena.
Capacidad : Buena.
Conducta : Buena.
Puntualidad en el servicio: Buena.
Salud : Buena.
Estado : Soltero.
Estatura : 1’782 m.

Instrucción:
En ordenanza : Bueno.
En táctica : Bueno.
En procedimientos militares: Bueno.
En detall y contabilidad : Bueno.
En teoría y práctica del tiro : Bueno.
En arte militar : Bueno.
Ha cursado el alemán y traduce el francés.

De su promoción, habían obtenido el empleo de 2º teniente de Infantería, los
siguientes señores, según publicaba el diario madrileño “El Globo” del 5 de
septiembre de 1907:
- D. Hilario Vicente Castro. Fue destinado al Regimiento de Serrallo núm. 69.
- D. Carlos Aynat Ortíz. Fue destinado al Regimiento de Serrallo núm. 69.
- D. Jualián Cogolludo García. Fue destinado al Regimiento de Infantería de
Melilla núm. 59.
- D. Javier Ortega Yudarain. Fue destinado al Regimiento de Infantería de
África núm. 68.
- D. Juan Garrido García. Fue destinado al Regimiento de Infantería de África
núm. 68.
- D. José Fernández de Guevara y Mackenna. Fue destinado al Regimiento de
Infantería de Melilla núm. 59.
- D. Manuel Hazañas González. Fue destinado al Regimiento de Serrallo núm. 69.
- D. José García Agulla. Fue destinado al Regimiento de Infantería de Melilla
núm. 59.
- D. Fernando Cases Ruíz del Árbol. Fue destinado al Regimiento de Infantería
de Melilla núm. 59.
- D. Emilio Pascual del Povill Ameller. Fue destinado al Regimiento de Mahón
núm. 63.
- D. Manuel Macías Rodríguez o Ramírez. Fue destinado al Regimiento de
Infantería de África núm. 68.
- D. Luís Contreras Carrillo. Fue destinado al Regimiento de Infantería de
África núm. 68.
- D. Enrique Cano Reggio. Fue destinado al Regimiento de Mahón núm. 63.
- D. Ricardo Fajardo Allende. Fue destinado al Regimiento de Infantería de
Melilla núm. 59.
- D. Ricardo Álvarez Maldonado Díez Canseco. Fue destinado al Regimiento de
Ceuta núm. 60.
- D. Arturo Torrecilla Urbano. Fue destinado al Regimiento de Ceuta núm. 60.
- D. Juan Hernández Armiñán. Fue destinado al Regimiento de Ceuta núm. 60.

Su primer y único destino, sería el Regimiento de Infantería de Melilla núm.
59,
el cual, fue publicado en “La Correspondencia Militar” del 7 de septiembre
de 1907 y, al que se incorporaría el 9 de octubre de ese mismo año. Cumplía 21
años, a la mañana siguiente. Sus únicos servicios, se resumirían a
reconocimientos y guarnición, siendo esta última, en Melilla y La Restinga con su
compañía a partir del 14 de octubre de 1908 hasta fin de año, en que regresó a
Melilla. Participó en los primeros combates, desatados a raíz de los hechos del 9
de julio en que los rifeños, atacaron a los trabajadores del ferrocarril minero.
Hallaría gloriosa muerte en combate mantenido contra los moros, el 23 de julio de
1909, en las estribaciones del monte Gurugú , ganando la Cruz Laureada de San
Fernando y obteniendo el único ascenso de su carrera a primer teniente, publicado
por Real Orden de 11 de agosto en el Diario Oficial núm. 178.. Estaba destinado
según dimana de la lectura del Expediente de Concesión de la Cruz Laureada de San
Fernando, en la 2ª Compañía 2º Sección del 3r Batallón del Regimiento de
Infantería de Melilla núm. 59.

El heroísmo del 2º teniente D. José Fernández de Guevara y Mackenna, no
obstante, ya había quedado recogido en “La Correspondencia de España”, del
miércoles 7 de julio de 1909. En la 4ª página, había una noticia muy breve, que
bajo el título, “…Acto Heroico…”, decía lo siguiente (textual):
“…En la playa inmediata al Hipódromo se bañaban hoy varios chiquillos. Uno de
ellos fue arrastrado mar adentro e iba a ahogarse, cuando el teniente D. José
Fernández de Guevara se arrojó al agua, y con peligro de su vida, salvole…”

Las órdenes recibidas

“…A las ocho de la noche llegó al campamento del Hipódromo el ayudante de S.E.
el General Marina, Comandante de Estado Mayor, Sr. Morales, el cual era portador
de instrucciones escritas para el jefe de aquel campamento el bizarro Coronel de
Infantería D. Venancio Álvarez Cabrera.

Poco tiempo después llegaban a dicho campamento, importantes tropas de refuerzo
que iban presentándose al referido jefe manifestándole que tenían órdenes de
ponerse a su disposición.
Dos horas más tarde se ponía en marcha al mando del Coronel Sr. Álvarez
Cabrera, llevando a sus órdenes al Comandante de Infantería Sr. Moratinos una
columna compuesta de dos compañías del Regimiento de África, una de Melilla, dos
del Batallón de Cazadores de Reus y otra de Alfonso XII, más una Sección de
Artillería de Montaña.

Antes de ponerse en marcha la referida columna se recomendó la más escrupulosa
y eficaz vigilancia a los destacamentos de la posada del Cabo Moreno y de la
primera Caseta, como también a las fuerzas que quedaron destacadas en el
Hipódromo…”

Los combates del 23 de julio de 1909

Para conceder la Cruz Laureada de San Fernando de 2ª clase, al 2º teniente del
Regimiento de Infantería de Melilla núm. 59, se tuvo que instruir el
correspondiente Juicio Contradictorio. En el expediente, se recogieron desde la
petición de dicha condecoración llevada a cabo por doña Blanca Mackenna y
Zaragoza, madre del 2º teniente Fernández de Guevara, hasta los interrogatorios,
pasando por las diligencias de trámites, y de conclusión, para elevar dicho
expediente (que en este caso se resolvería favorable a la concesión), al Consejo
Supremo de Guerra y Marina. Uno de las diligencias practicadas, fue la de
“recibir una copia del parte de la acción”, (acción en el contexto de la cual, se
vio inmerso el 2º teniente D. José Fernández de Guevara y Mackenna), para
incluirse en el expediente. Dicha diligencia en la cual era narrada la acción
militar del día 23, decía los siguiente (textual):

“…En Melilla a veintiocho de Noviembre de mil novecientos nueve el Sr. Juez
recibió una copia del parte de la acción que copiado a letra es como sigue.= Hay
un membrete en que se lee =Gobierno Militar de Melilla y Plazas Menores de
África.= E.M.= Sección 3ª.= Excmo. Sr.= La situación general después de los
combates sostenidos en nuestras posiciones avanzadas la noche del veinte al
veintuno del corriente y algunas confidencias recibidas, me hicieron temer la
posibilidad de un nuevo ataque del enemigo.= Para sostener a la guarnición de
Sidi-Musa posición que más cuidados me inspiraba, dispuse el día 22 que se
mantuviese pronta en el Hipódromo una columna de seis compañías y una sección de
Artillería de Montaña a las órdenes del coronel D. Venancio Álvarez Cabrera, y
este jefe llevado de un celo entusiasta y apara hacer más inmediato su apoyo en
caso de necesidad, salió de aquel puesto a las 10 de la noche con una compañía
del Rgto. De Melilla, dos del de África, otras dos de Cazadores de Alfonso XII y
una de Reus, más la sección de Montaña marchando lentamente por la oscuridad de
la noche y los obstáculos del terreno hasta que al amanecer del 23 llegó a
Sidi-Musa entrando parte de la columna en el interior del atrincheramiento y
situándose el resto con la Artillería en la explanada de gola.= Durante esta
marcha nocturna fue varias veces tiroteada ligeramente nuestras fuerzas sin que
esta contestase.= Poco antes de las 6 de la mañana numeroso grupo de moros rompió
nutrido fuego desde las laderas del Gurugú que dominan la posición.= El Coronel
Cabrera avanzó seguidamente unos quinientos metros con parte de su fuerza dejando
al resto y emplazada la Artillería en la explanada de nuestra fortificación y
consiguiendo desalojar al enemigo se hizo fuerte en los puntos ocupados
rechazando las acometidas de aquel.= Allí sucumbieron el capitán de África D.
Fernando Fernández de Cuevas, los tenientes de la compañía de Melilla Reyes y
Labrador cayendo herido además el 2º teniente Suárez Álvarez de la misma
compañía, murieron también los 2º tenientes de Cazadores de Alfonso XII Ochoa y
Pérez y fueron heridos el Comandante y el 2º teniente del mismo cuerpo D. Ricardo
Lacanal y D. Fernando Huero quedando asimismo muertos o heridos gran parte de los
soldados que constituían aquellas escasas fuerzas.= De los últimos en caer fue su
bravo Jefe Álvarez Cabrera que conducido a Sidi Musa expiró a los pocos momentos
y al faltar su enérgica dirección, falta asimismo de oficiales, nuestra tropa y
mermado su número, la retirada se impuso verificándose al fuerte bajo la
protección de la Artillería y Ametralladora y con el auxilio de la 4ª compañía
del 3er Bon. de Melilla enviada de refuerzo por el Jefe de la 2ª caseta la que
retiró los heridos a la vista. Más tarde dispuse que esta columna se replegara a
la 2ª caseta y desde ella regresó a la plaza con la fuerza de protección del
convoy diario a las posiciones avanzadas sin noticia todavía del paradero de la
columna Álvarez Cabrera, para inquirirla y sostenerla caso necesario salió del
Hipódromo a las 4 y ½ de la mañana del mismo día 23 la Brigada Disciplinaria con
una sección de la batería de Montaña de esta plaza y una parte del Escuadrón de
Melilla, dirigiéndose estas fuerzas a las alturas próximas al poblado de Mezquita
en los que fue recibido con nutrido fuego que le obligó a batirlas con la
Artillería y a veces con fuego rápido a una distancia menor de 800 metros, hasta
que agotando las municiones de esta arma hubo de colocarse la Artillería a
cubierto esperando a ser de nuevo municionada.= Detrás de la columna anterior
marchó el General 2º Jefe de este Gobierno Militar a quien había confiado la
dirección del conjunto llevando consigo a las dos únicas compañías una de cada
Rgto. de la guarnición, llegadas hasta entonces al Hipódromo de las designadas
para tomar parte en la operación y además el resto del Escuadrón y una sección de
la batería del grupo mixto de Melilla situando esta fuerza delante de los
lavaderos de mineral y procurando extenderla por la izquierda hacía el barranco
del Lobo para buscar el contacto con la columna Álvarez Cabrera a la que se
suponía entre Sidi Musa y dicho barranco. La caballería envió también con este
objeto patrullas hasta la 2ª caseta sin obtener noticia del paradero de aquella
columna y entre tanto abrió fuego sobre el enemigo primeramente la sección de
Artillería Montada y luego toda la batería reunida bajo la protección de la
Compañía de África, llegado aviso de que no solamente las piezas de montaña
habían tenido que enmudecer por falta de munición sino que también estaban a
punto de agotar las suyas los soldados de la Brigada Disciplinaria y careciendo
por el momento de medios de transporte para reponerlas dispuso el General Real
que la 2ª compañía del 3er Bon. de Melilla relevara a una de las disciplinarias
para que pudieran marchar a municionarse.= En aquellos momentos arreció el
enemigo sus fuego, y acometividad siendo herido mortalmente el capitán Gil de
dicha compañía de Melilla, muerto el teniente de la misma Fernández de Guevara y
forzadas nuestras posiciones, con numerosas bajas en la tropa.= El retroceso de
la Infantería en nuestra derecha, arrastró a las otras armas y volcada una pieza
de montaña, no fue posible retirarla, quedando en grave riesgo de ser tomada por
el enemigo.= Sólo la citada compañía de Melilla no perdió por completo su
posición y a su amparo se agruparon los Artilleros para no perder de vista la
pieza, defendiéndola con el fuego de sus carabinas.= Se distinguieron en este
acto el trompeta Andrés Jiménez, el artillero Genaro Alpañiz y sobre todos,
Privato Macias, que permanecieron al lado de su capitán y los más próximos a la
pieza volcada, mientras el Teniente regresaba con la otra al Hipódromo para
municionarse. El tambor Adelino Gómez Cañada y soldado Montserrat Alvero Huertas,
de la 2ª del 3º de Melilla, se distinguieron también notablemente y el Teniente
Carrasco de la Brigada Disciplinaria, reuniendo algunos soldados de su cuerpo,
contribuyó a contener el enemigo.= Pero lo verdaderamente eficaz para detener los
progresos de este fue la oportuna llegada de dos compañías de Cazadores de
Estella al mando del Comandante Fernández Ampón enviadas inmediatamente por el
General 2º Jefe al lugar donde se desarrollaba el episodio anterior, con lo que
alejados los moros, pudo ser recogida la pieza en peligro y varió el desfavorable
aspecto de la lucha, asegurándose en su puesto, con el refuerzo de una de
aquellas, la compañía de Melilla, y extendiéndose la otra de Estella por la
izquierda, para contrarrestar el empeño del enemigo en envolvernos por este
flanco. La Brigada Disciplinaria volvió entonces a subir a las lomas ya
municionadas, y el combate quedó restablecido en condiciones normales.= Momentos
más tarde llegaban también dos compañías de Cazadores de Alfonso XII con el
coronel de la Media Brigada Señor Fernández Cuerda, siendo enviadas seguidamente
a reforzar la izquierda y prolongada hasta el barranco del Lobo, por donde cada
vez se empeñaba más el combate. Hizo esto necesario nuevo refuerzo constituido
por dos compañías del Regimiento de Melilla, procedentes de su cuartel y que
inmediatamente entraron en fuego, pues los moros seguían corriéndose hacia
nuestra izquierda y amenazaban ya a la Artillería Montada en forma tal que hubo
de desguarnecerse las Posada del Cabo Moreno, para emplear en la defensa de
aquella la compañía allí destacada.= Mientras esta llegaba echó pie a tierra una
sección del Escuadrón para defender con su fuego las piezas y la fuerza a caballo
amagó algunas cargas para despejar el frente y recuperar varias acémilas. Una de
las compañías de Melilla mandada por el capitán Don Ildefonso Infante, dejando
mantas y morrales avanzó a la bayoneta sobre el enemigo, ocupado en despojar a
muertos y heridos, rescatando estos, entre ellos al capitán Gil, y varios
cadáveres, así como cajas de municiones, y distinguiéndose en esta ocasión el
soldado Agustín Coronado Ortíz.= Al Teniente Don Ramón Abad le disparó a
quemarropa un moro que fue muerto por el mismo oficial quien sólo recibió una
ligera herida.= Tale era la situación poco antes del medio día.= En vista de ella
y del aviso del General Real para que se le enviara mayores refuerzos, después de
disponer lo necesario para el rápido desembarque de las fuerzas de la fuerza de
la 1ª Brigada Mixta que se hallaban en la rada y de atender a otras exigencias
perentorias, me trasladé al lugar de la acción, llevando conmigo dos compañías de
Cazadores de Figueras y dos de Barbastro, acabadas todas ellas de desembarcar, y
encargándome a las 11 y media del mando inmediato de las fuerzas empeñadas.= Las
compañías de Figueras, al mando de su Teniente Coronel fueron empleadas en
reforzar al ala izquierda y a las de Barbastro, también a las órdenes del 1r Jefe
del cuerpo, se las destinó a formar parte de la fuerza de protección del convoy a
la 2ª Caseta a las órdenes del Coronel Axó, del Regimiento de África.= Apreciada
par mí, al recorrer la línea de fuego, la importancia del enemigo y la
conveniencia de mantenerlo en sus posiciones a fin de evitar un golpe de mano al
convoy, ya intentado en diferentes ocasiones, decidí mantener sobre el terreno
conquistado un combate demostrativo, hasta que regresado el convoy pudiera
ordenarse el repliegue.= De este modo continuó el fuego sin incidentes notables;
y a las seis ,próximamente de la tarde, recibido ya el aviso de que el convoy se
había retirado, después de cumplida su misión, sin más novedad que algún fuego
sostenido por el flanco amenazado y teniendo en cuenta además lo avanzado de la
tarde envié órdenes a la línea de fuego para que se replegara a los Lavaderos,
apoyada en escalones colocados a retaguardia, en el fuego de las baterías,
convenientemente emplazadas y en las fuerzas de Caballería disponibles colocadas
al flanco derecho sobre la llanura.= Mis Ayudantes y oficiales a las órdenes
fueron enviados con instrucciones precisas para las fuerzas avanzadas, y dio
principio al repliegue con el mayor orden demostrando la tropa el buen estado de
espíritu que la animaba.= El enemigo intentó en distintas ocasiones aproximarse a
los escalones, al empezar estos su movimiento retrogado, y siempre fue duramente
escramentado, rechazados con fuegos bien dirigidos la Artillería y los escalones
de apoyo.= En el espacio que abarcaba mi vista todo se desarrollaba en prefecto
orden y con regularidad completa. Sin embargo, algo ocurrió de importancia en la
extrema izquierda, donde se encontraban el Teniente Coronel de Cazadores de
Figueras Don José Ibáñez Marín. Este bravo e ilustrado Jefe honra el Arma de
Infantería por su bien cimentada reputación Militar alcanzada en la campaña de
Cuba, y por su incansable labor productora de trabajos profesionales y literarios
conocidos dentro y fuera de España, fue duramente atacado en el momento de dejar
su posición, mantenida durante el día y bravamente, animando a sus cazadores, ya
herido de dos balazos que le causaron instantáneamente la muerte. Con él
cayeron otros valientes como el capitán Don José Fernández Márquez y varias clases
y soldados de su compañía. Cuando el repliegue hubo terminado, ordené que las
fuerzas que habían tomado parte en la acción se retiraran a su campamento,
quedando en la posición de los Lavaderos ocupada aquel día, el Coronel D. Luís
Arana con dos compañías de Cazadores de Barbastro reforzadas después por otras
dos del mismo Batallón, y por una compañía de Ingenieros que procedió
seguidamente a asegurarla con atrincheramientos.= Con esto terminó la lucha
encarnizada sostenida sin tregua en este día durante 14 horas, contra un enemigo
numeroso y tenaz que ocupando las vertientes oriental y norte del macizo
montañoso conocido con el nombre de “Gurugú” amenazaba a la vez el campo exterior
de esta plaza y sus comunicaciones con las posiciones avanzadas ocupadas el 9 del
actual. Si en ella no fue aquel desalojado definitivamente de sus puestos, lo que
nunca pude proponerme, por no permitir las escasas fuerzas disponibles y la
desfavorable condición del terreno, se consiguió al menos imponerle respeto
puesto, que no obstante su acometividad bien probada, nada serio intentó en lo
sucesivo con tan considerable reunión de fuerza contra la plaza, ni contra sus
fuerzas avanzadas.= Pero este resultado solo pudo ser obtenido a costa de
sensibles pérdidas, siendo entre ellas de lamentar muy particularmente la del
bizarro Coronel Álvarez Cabrera y del Teniente Coronel Ibáñez Marín, ya
mencionados, y también la de los oficiales que así mismo han sido citados al
relatar los distintos episodios de la acción así mismo como la del 2º Teniente de
la Brigada Disciplinaria D. Alberto Molina, componiendo un total de dos Jefes, 8
oficiales, y 46 individuos de tropa muertos. Fueron heridos el Comandante de
Alfonso XII Don Ricardo La Canal, 4 capitanes, 6 Tenientes, 215 de tropa; y hubo
además 8 oficiales y 19 de tropa contusos y 9 soldados desaparecidos.= El
espíritu de todos los cuerpos se mantuvo siempre alto, no obstante las
desfavorables condiciones en que la necesidad hizo que algunos de ellos fuesen
empeñados, bien por acabar de desembarcar después de una molesta travesía o ya
por haber tenido otros la mayoría de su fuerza prestando el servicio avanzado
durante la noche en las posiciones exteriores y por haber tenido en general que
marchar al combate sin comer.= El calor del día y la falta de agua contribuyeron
a hacer más fatigosa la lucha, dando ocasión a una brillante muestra de buen
deseo y patriotismo ofrecida por muchos habitantes de esta plaza que acudieron a
dar de beber bajo el fuego a los soldados y hasta se batieron a su lado algunos
de ellos, resultando herido más de uno.= …..,hacer a V.E, calurosa recomendación
del General 2º Jefe de este Gobierno Militar, por el acierto y pericia con que
dirige el combate hasta cerca del medio día, en que tomé el mando, debiéndose a
sus oportunas decisiones el que la superioridad numérica de los moros fuese
contenida, primero, y rechazado después en cuantas ocasiones intentaron envolver
a nuestras fuerzas. En mi cuartel Gral, todos se condujeron con decisión y
entusiasmo, comunicando órdenes a la línea de fuego, y como más significativas
debo citar al Teniente Coronel Morcillo, del Escuadrón de Melilla, que me
acompañaba en este día, y al capitán del mismo Miguel Cabanellas, que primero a
las órdenes del General Real y después a las mías, estuvo infatigable demostrando
valor e inteligencia en cuantas ocasiones tuvo ocasión de emplearle, siendo as
mismo digno de que se le cite particularmente mi Ayudante de campo capitán de
Infantería Don Alberto Morris por su excelente comportamiento en todas las
ocasiones y particularmente en este día.= El Coronel Fernández Cuerda,
recomendado por el General Real en el parte que me ha dirigido del período de la
acción en que estuve presente, merece que haga de él mención especial por su
distinguido comportamiento durante todo el día, no limitando su acción al mando
directo de las fuerzas presentes de su media Brigada, sino que se hizo cargo
también de las inmediatas, dirigiéndolas con pericia.= El Teniente Coronel de
Cazadores de Estella Don Pedro Murcia secundó el mando en Jefe con gran celo y
actividad, desde el Hipódromo, puesto que le estaba confiado, disponiendo el
envío de refuerzos, municiones y elementos sanitarios.= De las fuerzas que
combatieron en las lomas de los Lavaderos y alturas próximas a Mezquita, merecen
mención el Teniente Coronel de la Brigada Disciplinaria, Capitán de la misma Don
Simón Serena y 1º Tenientes Don José Roig y Don Ricardo Carrasco, que durante
todo el combate ocuparon los puestos de mayor peligro; del Regimiento de Melilla
el capitán Don Teodoro Fernández Cuevas, el Comandante de Cazadores de Estella
Don Gabriel Fernández Ampón y el capitán del mismo cuerpo Don José Montero
Molino; el 1r Teniente de Caballería D. Jaime Tous, Capitán de la batería de
Montaña de la plaza Don Carlos Sánchez Pastorfido y 1r Teniente D. Francisco
Tudell, el capitán de Infantería D. Antonio Zegri, ayudante de campo del General
Real, que contribuyó a rescatar al capitán Gil, herido, y varios cadáveres que
despojaban los moros, y los Alumnos de Infantería D. Pedro y D. León del Real que
se presentaron voluntariamente en el lugar del combate siendo empleados por aquel
General como Ayudantes y para la conducción de municiones.= En el combate reñido
sobre las alturas de Sidi-Musa, que con el anterior puede considerarse
constituyendo la acción general del día 23, a la cual sirvió de prólogo y motivo
determinante se distinguieron además el Comandante de Cazadores de Alfonso XII
Don Ricardo Lacanal, que siguiendo al Coronel en el 1r ataque a la posición
enemiga, cayó herido al frente de sus compañías; el capitán de la de Melilla Don
José Otegui, cuya compañía perdió tres oficiales, y el único de ella que resultó
ileso, 1r Teniente Don Ramón Fontana, quien contribuyó con su presencia de ánimo
a poner orden en la retirada, el capitán del mismo cuerpo Don José Miajas que
acudió con su compañía desde la segunda caseta ayudando a la retirada y a recoger
a los muertos y heridos y el 1r Teniente (E.R) Don Juan Román del Regimiento de
África, que se hizo cargo del mando de su compañía por muerte del capitán y con
los otros oficiales de la misma logró contener al enemigo, hasta retirar los
muertos y heridos. Contribuyó también notoriamente a esta operación el Comandante
de Cazadores de Reus Don Joaquin Summers.= Acompaño a V.E, relación nominal de
los individuos de tropa de todas clases que se distinguieron en la acción de que
se trata, así como un cuadro demostrativo por cuerpos y clases de las bajas de
cada especie sufridas y que ya quedan reunidas en el cuerpo de este parte.= Dios
guarde a V.E, muchos años.= Melilla 26 de julio de 1909.= Exmo. Sr.= José Marina
Rubricado.= excmo Sr. Ministro de la Guerra.= Madrid.= Melilla 20 noviembre
1909.= Es copia.= El Coronel Jefe de E. Mayor.=Francisco Larrea.= Rubricado.= Hay
un sello que dice Gobierno Militar de Melilla y Plazas Menores de África.= E.
Mayor. Y para que conste se pone por diligencia que firma dicho Sr. Juez y yo el
secretario certifico.= Firmas.

El Telegrama del Rif, 23 de julio de 1909

Sobre los combates el día 23 de julio de 1909, se escribiría en el periódico
citado a la mañana siguiente día 24, bajo el título “…La jornada de ayer…”

“…Es de las que deben escribirse con letras de oro en el libro de la historia
patria. Jefes y soldados, enardecidas sus almas por el entusiasmo, rivalizaron en
sacrosanto ardor bélico para defender este pedazo de territorio español, en el
cual tiene la patria puestas todas sus mejores intenciones, y que es segura
garantía de que España ha de cubrirse de inmarcesible gloria por los caudillos
que mandan los elementos defensivos y ofensivos, y por el entusiasmo patriótico
de que estos están poseídos.

La audaz osadía del enemigo, intentando agredir a la Plaza de Melilla,
precisaba un castigo ejemplar, y de imponérselo se encargaron las columnas del
bravo General Del Real, del bizarro y heroico coronel Álvarez Cabrera y del
valeroso teniente coronel Aizpuru, rechazando can bajas tan sensibles como
numerosas al atrevido enemigo, al que fueron persiguiendo más allá de dos
kilómetros, y evitando con tan temeraria persecución que la harka llegara a
conseguir sus locos propósitos de penetrar en la plaza.

En el brillante y doloroso hecho de armas del día de ayer, tomaron parte activa
y valerosa las fuerzas de Madrid, desembarcadas momentos antes, las cuales se
dirigían al campo de operaciones dando vivas entusiastas a la Patria.
Poco tiempo después, algunos de dichos soldados daban su sangre por la nación
en que nacieron, demostrando con ello la sinceridad de sus vítores a la tierra
que adoran y que adoramos todos y que adoraremos mientras que en pechos españoles
quede un aliento de vida y un sentimiento de amor patriótico.

Grande es la osadía del enemigo, pero mucho mayor es el valor arrojado y
temerario del brazo armado nacional a quien tiene España confiados sus intereses
y sus prestigios.
Jornadas como las de ayer llenan del más legítimo orgullo el alma nacional, y
depositan en nuestros corazones la seguridad más absoluta de que, a la postre,
será nuestra la más hermosa victoria, que será la del heroísmo , la del progreso
y la de la civilización.

¡Viva España! ¡Viva su invicto Ejército!...”

El relato oficial de los combates del día 23 de julio, apareció publicado en el
diario “El Telegrama del Rif” de fecha 27 de julio de 1909, y con ese título,
con las siguientes palabras (textual):

“…El Excmo. Sr. General en Jefe del Ejército de operaciones, ha dado cuenta al
Excmo. Sr. Ministro de la Guerra, del combate del 23 en los siguientes términos:

Combate del 23. Primera fase, salió a media noche del Hipódromo una columna
compuesta de seis compañías, una sección de artillería de Montaña para auxiliar
las posiciones Sidi-Musa y segunda caseta. Llegó de madrugada a Sidi-Musa, atacó
al enemigo y lo rechazó muriendo gloriosamente el ataque el coronel Cabrera que
mandaba la columna, el capitán Fernando Fernández Cuevas del Regimiento de África
y los tenientes Reyes y Labrador del de Melilla, tuvo además 13 heridos de tropa.
Segunda fase: al salir del Hipódromo la columna Cabrera se envió en su apoyo la
Brigada Disciplinaria, dos compañías de África y una sección de artillería
Montaña para ponerse en contacto con aquella al amanecer caso de hallarse cerca;
numerosos grupos enemigos en proximidades límites rompieron fuego y
formalizándose la acción salió el general Real con dos compañías Estella y
batería montada como refuerzo. Informado el general Marina de que fuego se
sostenía tenazmente tan pronto desembarcó batallón Figueras marchó con dos
compañías al mando de un Teniente Coronel tomando el mando de todas las fuerzas a
las 9 de la mañana. Se desplegó una compañía de Figueras a la que dirigió el
Teniente Coronel, no siendo necesario adoptar más disposiciones porque las
tomadas por el general Real no podían ser más acertadas.
Tercera fase: Dominadas las primeras estribaciones del Gurugú no convenía
avanzar más pues hubiera habido necesidad de ocupar frente demasiado extenso. Las
fuerzas se sostuvieron en las posiciones conquistadas durante todo el día y antes
de oscurecer ordenó el general Marina que se replegasen sobre los lavaderos de
mineral que están en las inmediaciones de la Posada del Cabo Moreno; el repliegue
se hizo con verdadera precisión por escalones apoyado por la artillería que bastó
para contener al enemigo; sólo la extrema izquierda ocupada por una compañía de
Figueras fue acosada por el enemigo a favor de unas chumberas; pero una reacción
extensiva de dicha fuerza hizo huir a un grupo numeroso haciéndole catorce
muertos recogidos en reconocimiento del día siguiente. En este combate ha muerto
gloriosamente el teniente coronel Ibáñez Marín. Las bajas en las tres fases
fueron unas 300 entre muertos y heridos. Todas las tropas cumplieron bien su
deber. Las del enemigo debieron ser considerables a juzgar por las noticias que
se reciben del campo pasando de los 100 muertos…”

Ascenso a primer teniente por méritos contraídos en combate

El 12 de agosto de 1909, “La Época”, daba la noticia que ascendían por los
méritos contraídos en los combates de los días 9, 18, 20, 22, 23 y 27 de julio y
1 y 3 de agosto, al empleo superior inmediato los jefes y oficiales que se
citaban entre los cuales, se hallaba el 2º teniente Fernández de Guevara y
Mackenna. Los jefes y oficiales mentados eran:

Comandante D. Eduardo López Nuño Moreno , a teniente coronel. Pertenecía al
Batallón de Cazadores de Las Navas. Fallecido en los combates del 27 de julio de
1909.
Comandante D. José Capapé Romero, a teniente coronel. Pertenecía al Batallón de
Cazadores de Madrid. Fallecido en los combates del 27 de julio de 1909.
Comandante D. José Royo de Diego, a teniente coronel. Pertenecía a la
Comandancia de Artillería de Melilla. Falleció en los combates del 18 de julio de
1909.
Capitán D. Ángel Melgar Mata, a comandante. Pertenecía al Batallón de Cazadores
de Arapiles. Falleció en los combates del 27 de julio de 1909.
Capitán D. Enrique Navarro Ramírez de Arellano, a comandante. Pertenecía al
Batallón de Cazadores de Arapiles. Falleció en los combates del 27 de julio de
1909.
Capitán D. Alberto Morris Biguel, a comandante. Era el Ayudante del general D.
José Marina Vega. Falleció en los combates del 27 de julio de 1909.
Capitán D. Fernando Fernández de Cuevas y de Ramón, a comandante. Pertenecía al
Regimiento de Infantería de África núm. 68. Falleció en los combates del 27 de
julio de 1909.
Capitán D. Pedro de la Plaza y García Rivera, a comandante. Pertenecía al
Batallón de Cazadores de Las Navas. Falleció en los combates del 27 de julio de
1909.
Capitán D. Laureano García de La Torre, a comandante. Pertenecía al Batallón de
Cazadores de Barcelona. Falleció en combate el 1 de agosto de 1909.
Capitán D. Enrique Guiloche Bonet, a comandante. Pertenecía a la Comandancia de
Artillería de Melilla. Falleció en los combates del 18 de julio de 1909.
Capitán D. Alfredo Rogers y Mathé, a comandante. Pertenecía al Primer
Regimiento de Artillería de Montaña. Falleció en los combates del 20 de julio de
1909.
Primer teniente D. Eduardo López Salcedo, a capitán. Pertenecía a la Brigada
Disciplinaria de Melilla. Falleció en los combates del 9 de julio de 1909.
Primer teniente D. Francisco Roca LLovet, a capitán. Pertenecía al Batallón de
Cazadores de Mérida. Falleció en los combates del 22 de julio de 1909.
Primer teniente D. Joaquín Tourné Pérez Seoane, a capitán. Pertenecía al
Batallón de Cazadores de Las Navas. Falleció en los combates del 27 de julio de
1909.
Primer teniente D. Armando Sojo Montagud, a capitán. Pertenecía al Batallón de
Cazadores de Llerena. Falleció en los combates del 27 de julio de 1909.
Primer teniente (Escala de Reserva) D. Rafael de los Reyes Ortíz, a capitán.
Pertenecía al Regimiento de Infantería de Melilla núm. 59. Falleció en los
combates del 23 de julio de 1909.
Segundo teniente D. Isaac Labrador Gallardo, a primer teniente. Pertenecía al
Regimiento de Infantería de Melilla núm. 59. Falleció en los combates del 23 de
julio de 1909.
Segundo teniente D. José Fernández de Guevara y Mackenna, a primer teniente.
Pertenecía al Regimiento de Infantería de Melilla núm. 59. Falleció en los
combates del 23 de julio de 1909.
Segundo teniente D. José Ochoa Pérez, a primer teniente. Pertenecía al Batallón
de Cazadores de Alfonso XII. Falleció en los combates del 23 de julio de 1909.
Segundo teniente D. Alberto Lozano Gisbert, a primer teniente. Pertenecía al
Batallón de Cazadores de Llerena. Falleció en los combates del 27 de julio de
1909.
Segundo teniente D. Ángel Salcedo Ansó, a primer teniente. Pertenecía al
Batallón de Cazadores de Llerena. Falleció en los combates del 27 de julio de
1909.
Segundo teniente D. Alberto Molina Galano, a primer teniente. Pertenecía a la
Brigada Disciplinaria de Melilla. Falleció en los combates del 27 de julio de
1909.
Segundo teniente D. José Velarde Velarde, a primer teniente. Pertenecía al
Batallón de Cazadores de Alfonso XII. Falleció en los combates del 3 de agosto de
1909.
Segundo teniente (Escala de Reserva) D. Antonio Pérez Prats o Prado, a primer
teniente. Pertenecía al Batallón de Cazadores de Alfonso XII. Falleció en los
combates del 23 de julio de 1909.
Segundo teniente (Escala de Reserva) D. Pedro Salvador Bilbao, a primer
teniente. Pertenecía al Batallón de Cazadores de Arapiles. Fallecido en los
combates del 27 de julio de 1909.
Segundo teniente (Escala de Reserva) D. Antonio Pellón Díez, a primer teniente.
Pertenecía al Batallón de Cazadores de Las Navas. Fallecido en los combates del
27 de julio de 1909.

Solicitud de concesión de la Cruz Laureada de San Fernando

La solicitud de concesión de la Cruz Laureada de San Fernando para el 2º
teniente de Infantería del Regimiento de Melilla núm. 59, fue hecha, por la
propia madre de dicho oficial, doña Blanca Mackenna y Zaragoza. La instancia
presentada el 12 de agosto de 1909, decía lo siguiente:

Excmo.
Señor.

Doña Blanca Mackenna y Zaragoza, Viuda de Fernández de Guevara, vecina de esta
Plaza y madre del 2º Teniente fallecido en el combate del día 23 de julio próximo
pasado Don José Fernández de Guevara y Mackenna a V.E. con el debido respeto
expone:

Que según los datos que ha podido adquirir referente a la muerte de su citado
hijo, este apenas desplegada su Compañía recibió un balazo así como el Capitán
que la mandaba y el Sargento de su Sección lo que motivó un momento de vacilación en las fuerzas, pero él herido y todo arengó y animó a su fuerza desde el suelo en que estaba por ser una herida grave y echándose encima varios moros entabló la lucha con ellos cuerpo a cuerpo, así como algunos soldados que estaban próximos recibiendo otra herida de arma blanca en el costado que le dejó sin vida y tratando el enemigo de llevarse su cadáver, al ir en auxilio de ésta Compañía la
del Capitán Sr. Infantes del mismo Cuerpo tanto este Señor, como el 2º Teniente
Don Augusto Rubio con su Sección impidieron que los moros se llevasen el cadáver
y vieron a su lado el de otros soldados y el de varios moros. Es de notar también
que mi querido hijo iba enfermo pues desde que salió la Compañía del Cuartel
hasta que llegaron al lugar del combate repetidas veces el Capitán de ella Don
Gabriel Gil le invitó a que se retirase a los que él contestó que en momentos
como aquellos de ningún modo lo hacia aún cuando se encontraba muy mal.

Creyendo la recurrente que el hecho citado es de los consignados como heroicos
en el reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando.

A V.E. Suplica si a bien lo tiene dé las órdenes oportunas al objeto de que se
forme juicio contradictorio para esclarecer si su ya citado hijo el 2º Teniente
del Regimiento de Infª de Melilla núm. 59 José Fernández de Guevara y Mackenna
tuviese derecho a la Cruz Laureada de San Fernando de 2ª clase por el hecho
citado.

Gracia que no duda alcanzar de la reconocida bondad de V.E, cuya vida guarde
Dios muchos años.

Melilla doce de agosto de mil novecientos nueve.

Excmo. Señor.

Blanca Mackenna Vdª de F. Guevara…”

Esta solicitud, fue aceptada a trámite, ordenándose la apertura de juicio
contradictorio para esclarecer si el 2º teniente del Regimiento de Infantería de
Melilla núm. 59, D. José Fernández de Guevara y Mackenna era merecedor de la Cruz.

Hans Nicolás i Hungerbühler

2º teniente José Fernández de Guevara y Mackenna ( 2/2 )







Concesión de Laureada de San Fernando de 2ª clase


Orden de apertura de Juicio Contradictorio, para conceder al 2º teniente de
Infantería D. José Fernández de Guevara i Mackenna, la Cruz Laureada de San Fernando.

Dicha orden, apareció publicada en prensa, de la forma siguiente (textual),
según publicaba “La Correspondencia de España”, del 28 de agosto de 1909, que
entre otros puntos, anunciaba la apertura del juicio contradictorio para la
concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, al segundo teniente de Infantería
del Regimiento de Melilla núm. 59:

“…Orden General del Ejército del día 19 de agosto de 1909.

El Excmo. Sr. Comandante en jefe del ejército de operaciones, se ha servido
disponer lo siguiente:

I). Para los efectos de esclarecer los derechos que pudieran tener a la cruz de
San Fernando el segundo teniente de Infantería D. José Fernández de Guevara y
Mackenna y sargento de la misma Arma Prudencio Alonso Alonso, , y a petición del
Juez encargado de instruir los expedientes de juicio contradictorio solicitado,
se publican a continuación los siguientes anuncios:

1º). D. Andrés Pérez de la Greda, comandante del Cuerpo de Estado Mayor, se
halla instruyendo, por disposición del excelentísimo señor comandante en jefe del
ejército de operaciones, el proceso prevenido en la ley de 18 de mayo de 1862, a
D. José Fernández de Guevara y Mackenna, segundo teniente de Infantería que fué,
a petición de su madre, la cual solicita se declare a su difunto hijo con
derecho a la cruz de San Fernando de segunda clase por el mérito que contrajo el
día 23 de julio último en el combate sostenido contra los moros, donde murió
gloriosamente en el campo de batalla.

Sí algún individuo de la misma clase o superior a la del interesado tuviese que
exponer algo a favor o en contra del derecho de la madre del interesado cree
asistirle, podrá hacerlo por escrito o presentándose al juez instructor, según
corresponda a su clase, dentro del término preciso de ocho días contados desde
la publicación de este anuncio.

Lo que de O. de S.E. se hace saber en la general de este día para
conocimiento..-El coronel jefe de E.M. Francisco J. Jordana…”

El Interrogatorio

El interrogatorio que se llevó a cabo para todos aquellos que en tiempo y forma
debida quisieron alegar a favor de la concesión de la Cruz Laureada de San
Fernando al 2º teniente Fernández de Guevara, constaba de una batería de
preguntas, formuladas por el Instructor de dicho expediente, las cuales eran las
siguientes:

- Sí conocía a Don José Fernández de Guevara y Mackenna segundo teniente que
fue del Regimiento de Infantería de Melilla núm. 59.
- Si sabe haberse encontrado en el combate que se libró con los moros el día 23
de julio último en las estribaciones del Gurugú.
- Si tenía con él alguna relación favorable o contraria que le impidiese
declarar en el juicio contradictorio que se sigue para obtener la Cruz de San
Fernando de segunda clase.
- Si sabe como testigo o por referencia que Don José Fernández de Guevara
acometiese algún hecho distinguido o heroico en dicho día y combate de los
comprendidos en el título 3º artículo 25 y título 4º artículo 27 de los estatutos
de la Real y Militar orden de San Fernando de 18 de mayo de mil ochocientos
sesenta y dos. En caso afirmativo, ¿en cual de ellos le considera comprendido?.
- En que forma y paraje fue muerto el antedicho oficial .
- Fuerzas que el citado oficial tenía a sus órdenes.
- Situación y fuerza enemiga.
- Testigos que presenciaron el hecho.
- Otras alegaciones.

Los declarantes. Los hechos

D. Pedro del Real y Sánchez Paulete, general de brigada.
D. Narciso Villalón, primer teniente.
D. Ramón García, sargento de la misma sección del 2º teniente Fernández de
Guevara.
D. Manuel Huertas García, cabo Banderín de la compañía del 2º teniente
Fernández de Guevara.
D. Cristóbal Monsalbe, soldado de Infantería. Misma compañía y sección que el
teniente Fernández de Guevara.
D. Vicente Fuentes, soldado de infantería. Misma compañía y sección que el
teniente Fernández de Guevara.
D. Antonio Domenech, soldado de infantería. Misma compañía y sección que el
teniente Fernández de Guevara.
D. Luís Tortosa, corneta. Misma compañía y sección que el teniente Fernández de
Guevara.
D. Antonio Hernández Ballesteros, teniente de Infantería del Regimiento de
Melilla núm. 59. Misma compañía que el teniente Fernández de Guevara.
D. Augusto Rubio Ulloa, teniente de Infantería del Regimiento de Melilla núm.
59. Misma compañía que el teniente Fernández de Guevara.

General de Brigada, Don Pedro del Real y Sánchez Paulete

1 de enero de 1910, Manifestó:

Conocer al teniente Fernández de Guevara, calificando su muerte de gloriosa.
Saber que dicho oficial, se encontraba en los combates del día 23 de julio de
1909.
No tener relación favorable ni desfavorable con el citado oficial.
Dijo ser testigo presencial de ver al segundo teniente Fernández de Guevara,
mandar una de las secciones de la 2ª Compañía del 3r Batallón del Regimiento de
Infantería de Melilla núm. 59.
Sobre los hechos, narró lo siguiente (textual):

“…Con su sección se mantuvo en el flanco izquierdo de la posición, batiéndose
bizarramente y siendo la única fracción que se sostuvo en su puesto cuando las
fuerzas de la Brigada Disciplinaria tuvieron que retirarse ante el vigoroso
ataque del enemigo que se desbordaba por todas partes; que por referencias sé que
el Teniente Guevara después de haber sido herido de gravedad, siguió al frente de
su sección alentándola con su ejemplo y energía y que más tarde sufrió otras
nuevas heridas, alguna de ellas de arma blanca, siendo la compañía a que
pertenecía el Teniente Guevara la que tuvo mayor número de bajas, pues fueron
diez los muertos y veintidós los heridos, entre aquellos el citado teniente y
entre los heridos el capitán de la compañía fallecido después en el Hospital
Militar…”

Afirmar que la conducta del teniente Fernández de Guevara fue heroica y que su
comportamiento, se hallaba incluido en el caso 7º del artículo 27 del Reglamento
de la orden de San Fernando.

Primer teniente, D. Narciso Villalón

10 de enero de 1910. Manifestó que el 2º teniente Fernández de Guevara, se
encontraba al frente de la segunda sección de su compañía, durante el combate del
día 23 de julio de 1909 en las faldas del Gurugú y que efectivamente, le conocía.
No tener ni relación favorable ni desfavorable, que le impidiese declarar en
este juicio contradictorio.

Sobre si sabía, conocía, o había presenciado, los hechos protagonizados por el
2º teniente D. José Fernández de Guevara y Mackenna, los cuales y a petición,
habían iniciado el expediente para el esclarecimiento de los mismos, manifestó
saber “…que encontrándose el teniente Guevara en fuego con su sección desplegada
en guerrilla en el sitio en que el ataque del enemigo fue más enérgico vió que
animaba a sus soldados con su ejemplo y que en el momento que el enemigo llegaba
a asaltar la posición por áquel sitio y que el capitán de la compañía era herido,
él poniéndose al frente de los suyos para contener y dominar la momentánea
vacilación de la tropa producida por el efecto que le causaba las numerosas bajas
de su sección, cuyas clases fueron muertas o heridas al mismo tiempo que el
capitán de la compañía se sostuvo en su puesto hasta que fue herido al llegar al
combate cuerpo a cuerpo…”

Sobre si conocía si al ser herido de gravedad el teniente Guevara, este
continuó al frente de sus soldados hasta que nuevas heridas le ocasionaron la
muerte, el primer teniente Villalón manifestó no haber presenciado dichos hechos
ya que tuvo que asumir el mando de la compañía y organizarla después de las
pérdidas sufridas de oficiales, clases y soldados y que no obstante supo, por
noticias recibidas, que el teniente Guevara tenía una herida en el cuello de arma
blanca.

Citó como testigos a unos oficiales que se hallaban más cerca que eran el
teniente Hernández que mandaba la sección de reserva y al teniente Prado y que
también era de la compañía el sargento Ramón García que pertenecía a la misma
sección que el 2º teniente Fernández de Guevara. Asimismo, citaba al cabo
banderín de apellidos Huertas.

Afirmó que los hechos protagonizados por el 2º teniente Fernández de Guevara,
estaban tipificados en el caso 7º del artículo 27 del Reglamento de la orden de
San Fernando.

Sargento D. Ramón García, de la misma sección que el teniente Fernández de
Guevara

16 de enero de 1910. Compareció dicho suboficial, manifestando que como testigo
presencial sabía que hacía un cuarto de hora que se hallaba en fuego con su
sección cuando se aproximó un grupo de moros por el ala izquierda con tendencia a
envolver la guerrilla y a distancia de 50 metros. El teniente Guevara en vista de
ello, se puso al frente de la misma ordenando el ataque a la bayoneta, cosa que
realizaron 14 ó 15 individuos no haciéndolo el resto de la sección en guerrilla
porque dada la configuración del terreno, no era posible que todos escucharan al
teniente. En ese momento, el sargento D. Ramón García vio que el teniente Guevara
estaba herido, haciéndoselo suponer la forma en que marchaba al frente de la
guerrilla, observando que oscilaba de un lado a otro, pero manteniéndose al
frente de la fuerza animándola y dando ejemplo de valor, consiguiendo que los
moros retrocedieran y en el momento que esto se producía, el declarante caía
herido no pudiendo ver nada más ya que se tuvo que retirar de la línea de fuego,
habiendo escuchado no obstante a los soldados de la misma sección que en vista de
haberse rehecho el enemigo y vuelto al ataque con gran ímpetu tuvieron que
retroceder, quedando el teniente Guevara herido de gravedad, casi cadáver en el
campo y en poder de los moros y según manifestaciones del teniente D ¿….gusto?
subió Ulloa su compañía, que era la 3ª del 3r Batallón siendo los que recogieron
el cadáver del teniente Guevara.

Citó como testigos, al cabo D. Manuel Huertas García, al corneta D. Luís
Tortosa y a los soldados D. Antonio Doménech y D. Cristóbal Monsalve.

Los hechos, fueron calificados por el sargento D. Ramón García, como
comprendidos en el caso 7º del artículo 27 del Reglamento de la orden de San
Fernando.


Cabo D. Manuel Huertas García, Banderín de la compañía del teniente Fernández
de Guevara

18 de enero de 1910, comparecía ante el Juzgado que instruyó el expdiente para
la práctica de las diligencias de esclarecimiento de hechos en el expediente
instruído para la concesión de la Cruz de San Fernando de 2ª clase, al 2º
teniente del Regimiento de Infantería de Melilla núm. 59, D. José Fernández de
Guevara y Mackenna, manifestando que “…como testigo presencial sabe que el
Teniente D. José Fernández de Guevara se encontró en el combate del día 23, que
lo conocía por ser oficial de su compañía y que no tenía relación favorable o
contraria que le impida declarar en este juicio…”

Sobre los hechos, manifestó que “…como testigo presencial sabe que el día
veintitrés de Julio próximo pasado estando su compañía por encima de los
lavaderos el Teniente Coronel de la Brigada Disciplinaria le ordenó a su capitán
que desplegara la primera sección de la compañía en guerrilla y todavía no había
terminado de efectuar el despliegue de dicha sección cuando oyó que le dijo
“también la segunda” Que era la que mandaba el segundo Teniente D. José Fernández
de Guevara, al poco rato de estar esta en guerrilla haciendo fuego vio caer al
teniente Guevara herido, pues se echaba la mano a la cadera derecha y se le
veía salir sangre y tan pronto cayó lo vio que se levantaba y andar unos cuantos
pasos animando a la tropa hasta que la herida por lo visto era de mucha gravedad
cuando volvió a caer y entonces rodilla en tierra oyó que decía “arriba hijos
míos, a ellos”, todo esto lo vio el declarante que era el banderín de la compañía
a unos diez pasos del Teniente Guevara y en estos precisos momentos en que el
Teniente animaba a sus fuerzas para el ataque fue cuando no vio más que el
enemigo los rodeaba por todas partes obligando al declarante a emprender la
retirada, que también se encontraba herido de gravedad y desde este momento no se
dio cuenta de nada…”

No citó testigos, por no poder precisarlos pues el cabo D. Manuel Huertas,
estuvo convaleciente de sus heridas durante tres meses, no recordando los nombres
de nadie. Calificó los hechos como heroicos y comprendidos en el caso séptimo del
artículo veintisiete del Reglamento de la orden de San Fernando.

Soldado de Infantería D. Cristóbal Monsalbe. Misma compañía y sección que el
teniente Fernández de Guevara

20 de enero de 1910. Dijo conocerle por pertenecer a su sección. Fue testigo
presencial de la asistencia del teniente Fernández de Guevara a los combates del
23 de julio de 1909. No tenía relación ni favorable ni desfavorable con su
oficial para poder declarar en el juicio contradictorio que se estaba
instruyendo.

Declaró que “…como testigo presencial sabe que el día 23 de Julio estando su
compañía por encima de los Lavaderos el Teniente Coronel de la Brigada
Disciplinaria le ordenó a su capitán que desplegara la primera sección de la
compañía en guerrilla y no habían pasado cinco minutos cuando le dijo “también la
segunda” inmediatamente el Teniente Guevara mandó desplegara por la izquierda al
frente en guerrilla y haría unos diez minutos estaban haciendo fuego cuando vio
que el Teniente Guevara se echaba mano al pecho, y como en este mismo momento
los moros se echaban encima el Teniente Guevara con la mano en el pecho y
saliéndole abundante sangre mandó a la bayoneta no pudiendo andar más de cuatro o
cinco pasos pues cayó en tierra sin poder seguir, pero quedó rodilla en tierra
animando a los soldados pues con voz apenas perceptible se le oía decir “arriba
hijos míos” consiguiendo desalojar al enemigo de la posición que tenían, pero
habiéndose corrido por el flanco izquierdo se vieron todos envueltos ordenando
entonces el Tte. Coronel la retirada y tuvieron que hacerlo dejando con gran
pesar del que declara el cadáver del Teniente Guevara en el campo, pues cuanto
deja dicho lo presenció el declarante a unos dos pasos del Teniente…”

Todo y a su declaración, el Instructor preguntó al soldado D. Cristóbal
Monsalbe si después de haber sido herido de gravedad el 2º teniente Fernández de
Guevara continuó al frente de sus fuerzas alentándolas y si recibió nuevas
heridas que le ocasionaran la muerte, a lo que el soldado contestó que después de
ser herido anduvo el teniente Guevara cuatro o cinco pasos y luego quedó rodilla
en tierra y que no sabía si lo volvieron a herir pero cree que no, que la primera
que recibió, fue la que le ocasionó la muerte.

Citó como testigos presenciales al soldado de primera D. Vicente Fuentes, al
corneta D. Luís Tortosa y al soldado D. Antonio Doménech. Manifestó que los
hechos, eran heroicos y comprendidos en el caso 7º del artículo 27 del Reglamento
de la orden de San Fernando.

Soldado de Infantería D. Vicente Fuentes, de la misma compañía y sección del
teniente Fernández de Guevara

21 de enero de 1910. Declaraba el soldado de Infantería D. Vicente Fuentes, de
la 2ª Compañía, 2ª Sección del 3r Batallón del Regimiento de Melilla núm. 59, que
era la que mandaba el 2º teniente Fernández de Guevara. Motivo por el cual
conocía a su oficial, no tenía tampoco ni relación favorable ni desfavorable que
le impidiera declarar en dicho juicio contradictorio y afirmó, que dicho 2º
teniente, asistió a los combates del 23 de julio de 1909.

Manifestó como testigo presencial de los hechos que “…el día 23 de Julio
estando su compañía por encima de los Lavaderos el Teniente Coronel de la Brigada
Disciplinaria le ordenó a su capitán que desplegara la primera sección en
guerrilla y al rato le ordenó que lo verificara también la segunda, el Teniente
Guevara ordenó a su sección desplegar por la izquierda al frente en guerrilla y
haría aproximadamente unos diez minutos que estaban haciendo fuego cuando vio que
de pronto el Teniente Guevara se echaba mano al pecho que los soldados atacaban
a la bayoneta siendo el declarante uno de ellos y que el Teniente anduvo al
frente de la guerrilla unos cuatro o cinco pasos y enseguida cayó a tierra
quedando de rodilla y aunque no se le oía lo que hablaba por los ademanes se
comprendía que los alentaba, llegaron a desalojar al enemigo de la posición, pero
habiéndose corrido estos por el flanco izquierdo estaban amenazados de ser
envueltos, ordenando entonces el Teniente Coronel la retirada como así lo
verificaron teniendo que dejar el cadáver del Teniente Guevara en el campo pues
ya la lucha se hizo cuerpo a cuerpo por estar completamente envuelto de moros…”

Se le preguntó también sobre si después de haber sido herido de gravedad el
teniente Fernández de Guevara continuó al frente de sus soldados alentándoles con
el ejemplo y recibió nuevas heridas que le ocasionaron la muerte, el soldado
Fuentes, contestó que el teniente Guevara, anduvo cuatro o cinco pasos al frente
de la guerrilla dando el ataque a la bayoneta y que creía que la herida que le
impidió continuar fue la que le ocasionó la muerte pues tenía la seguridad que si
la herida recibida, aún siendo de gravedad no era de muerte hubiese seguido al
frente de su sección, pues le constaba y haberlo visto (al teniente) que durante
la marcha desde el cuartel al lugar del combate ir enfermo y que el capitán, en
repetidas ocasiones le dijo que se volviera que estaba malo, contestándole a
dicho capitán que a su sección no la abandonaba sino muerto.

Consideró los hechos como los anteriores declarantes, y comprendidos en el
mismo caso y artículo del Reglamento de la orden de San Fernando.

Soldado D. Antonio Domenech. Misma compañía y sección del teniente
Fernández de Guevara

23 de enero de 1910. Declaraba el soldado de infantería, D. Antonio Domenech,
el cual, pertenecía a la misma compañía y sección que el teniente Fernández de
Guevara, motivo por el cual, manifestó conocerle y que además, fue testigo
presencial de los hechos, cosa que corroboraba que el citado oficial, se hallaba
el día 23 en los combates ya mencionados. A su vez, manifestó, no tener ni
ralción favorable ni desfavorable, que le impidiera declarar en el juicio
contradictorio.

Referente a la narración de los hechos, dijo lo siguiente: “…el día 23 de Julio
estando su compañía por encima de los Lavaderos ordenaron desplegara su sección
en guerrilla y así lo verificó a las órdenes del teniente Don José Fernández de
Guevara y en esta disposición siguieron avanzando y haciendo fuego y haría unos
díes minutos estaban en esta disposición cuando vió que el teniente Guevara se
hechaba mano al pecho saliéndole abundante sangre y dando la voz de “a la
bayoneta” se puso al frente de la sección y no pudo ver más por haber sido herido
teniendo que retirarse de la línea de fuego…”.

Manifestó saber que después de haber sido herido de gravedad, el teniente
Guevara continuó al frente de su fuerza, alentándola y animándola con el ejemplo,
hasta que nuevas heridas le ocasionaron la muerte, hechos estos últimos que el
soldado Doménech no presenció pero supo que anduvo tres o cuatro pasos.

Dijo que los hechos por el narrados, están comprendidos en el caso 7º del
artículo 27 de “los hechos heroicos”.

Corneta D. Luís Tortosa, de la misma compañía y sección que el teniente
Fernández de Guevara

El 31 de enero de 1910, se presentaba en el Juzgado donde se instruían las
diligencias del Juicio Contradictorio para esclarecer si el teniente Don José
Fernández de Guevara y Mackenna, era acreedor de la Cruz Laureada de San
Fernando, el corneta de su compañía y, a la vez destinado en la misma sección que
el citado oficial, D. Luís Tortosa, motivo por el cual manifestó conocerle y que
efectivamente y como testigo presencial, afirmó que el teniente Fernández de
Guevara se hallaba en los combates del 23 de julio de 1909. Comunicó no tener ni
relación favorable ni desfavorable con el dicho teniente.

Sobre como se desarrollaron los hechos, el corneta D. Luís Tortosa, manifestó
en su declaración lo que a continuación se cita: “ que como testigo presencial
sabe, pues precisamente estaba al lado del Teniente Guevara, que el día 23 de
Julio estando su compañía por encima de los Lavaderos, el Teniente Coronel de la
Brigada Disciplinaria ordenó a su capitán desplegara la primera sección en
guerrilla y apenas lo hubo verificado, dijo lo hiciera también la segunda, que
era la que mandaba el Teniente Guevara y a la cual pertenecía el declarante,
mandó el oficial desplegar en guerrilla y una vez verificado permanecieron en
esta disposición y haciendo fuego como unos diez minutos, hasta que hirieron en
el pecho al Teniente Guevara que echó mano a la herida y le salía abundante
sangre, una vez ya herido y en vista de que los moros se echaban encima el
Teniente se puso al frente de la sección y con su voz apenas perceptible mandó “a
la bayoneta” no pudiendo andar más que tres o cuatro pasos en que cayó a tierra,
quedando de rodillas y por señas les indicaba que siguieran avanzando como así lo
verificaron los pocos que quedaban que serían unos trece o catorce consiguiendo
desalojar al enemigo de la posición que tenían pero habiéndose corrido estos por
el flanco izquierdo de la sección se encontraba esta envuelta y con este motivo y
el de haber ordenado la retirada tuvieron que hacerlo, dejando al Teniente en
poder del enemigo con grave pesar del que declara pues todavía le quedaba vida…”

Ante la pregunta que hizo el Instructor sobre “…Si sabe que el teniente Guevara
después de haber sido herido de gravedad continuó al frente de sus fuerza
alentándola y recibió nuevas heridas que le ocasionaron la muerte…”, el corneta
D. Luís Tortosa, contestó que: “…después de haber sido herido fue cuando ordenó
el ataque a la bayoneta poniéndose al frente de la sección con una mano en el
pecho y en la otra el sable, cuando ya la pérdida de sangre hizo que cayera al
suelo, con el sable les indicaba que siguieran pues ya no podía hablar, y como
quedó en poder del enemigo ha oído decir que tenía el cuello cortado de gumia y
otro corte en el costado que seguramente esto sería lo que acabaría con su vida…”

El corneta Tortosa, manifestó que los hechos narrados, presenciados por él,
estaban comprendidos en el caso séptimo de del artículo 27 de los hechos
heroicos.

D. Antonio Hernández Ballesteros, teniente de Infantería del Regimiento de
Infantería de Melilla. Misma compañía que el teniente Fernández de Guevara

Destacado en febrero de 1910, el teniente de Infantería D. Antonio Hernández
Ballesteros, de 23 años, natural de San Fernando (Cádiz), y de estado civil
casado, en el Peñón el 2 de junio de 1910, declaraba conocer al teniente D. José
Fernández de Guevara por ser de su compañía y que el 23 de julio de 1909 se
encontraba en el combate, formando en el flanco izquierdo, dijo también, no tener
ni relación favorable ni desfavorable que le impidiese declarar.

Dijo que con referencia a la calificación de los hechos y en su inclusión
dentro del Reglamento de la Orden de San Fernando, que lo que sabía era por
referencias puesto que en dicho combate se hallaba el declarante en el flanco
derecho y ser la línea muy extensa por hallarse desplegadas tres compañías y que
lo oído sobre los hechos protagonizados por el teniente Guevara, cree se hallaba
comprendido en los casos 3º del artículo 25 y en el 6º del artículo 27 del
Reglamento de la Orden de San Fernando.

Manifestó también conocer por referencias , que el teniente Guevara cayó herido
al frente de su sección hacía el barranco que existe al sureste de Agui-ben-Selah
sobre el cerro llamado Colorado, es decir en el sitio aproximado donde había
desplegado.

Dijo haber escuchado a los soldados del 2º teniente Fernández de Guevara, que
este los animaba con su ejemplo y serenidad, resistiendo el empuje y evitando ser
envuelto por su flanco izquierdo a pesar de lo duro del ataque por aquel lado que
fue el más atacado y como en el momento de tratar el enemigo de envolverlos
hubiese una vacilación instantánea por parte de la tropa, vacilación que motivó
también las bajas del Sargento, los Cabos y gran parte de los soldados así como
la del capitán de la Compañía que en vista de que el peligro aumentaba por aquel
lado se unió a la guerrilla para animarla con su presencia el citado segundo
teniente, con sus frases y su ejemplo, resistiendo de esa forma hasta que cayó
herido en el asalto a los moros, herida causada por ellos sin duda por arma
blanca y que aunque herido continuó la lucha cuerpo a cuerpo y que los soldados
suyos que quedaban no pudieron hacer por ayudarle hasta que recibió nuevas
heridas y cayó.

Citó como testigos al teniente Villalón que estaba desplegado cerca de él y el
Sargento Ramón García Pérez herido leve y todos los soldados que habían
presenciado la acción.

D. Augusto Rubio Ulloa, teniente de Infantería, del Regimiento de Melilla núm.
59.Misma compañía que el teniente Fernández de Guevara

En El Peñón, el 14 de febrero de 1910, declaraba el teniente de Infantería Don
Augusto Rubio Ulloa, de la misma compañía, dijo ser soltero y que conocía al
teniente Fernández de Guevara con el que tenía amistad por haber pertenecido a la
misma compañía durante un año.

Comunicó tener constancia de la asistencia del teniente Guevara a los combates
del 23 de julio de 1909 por haberlo encontrado muerto en las lomas que existían
frente al Hipódromo y que no tenía ninguna relación favorable ni desfavorable que
le impidiese declarar en el Juicio Contradictorio.

Comunicó no haber sido testigo presencial de ningún hecho heroico ya que cuando
llegó al lugar de los hechos lo hizo a las 8 de la mañana y el teniente Guevara,
ya había fallecido y se encontraba entre bastantes muertos y heridos, tanto
propios como enemigos, siendo no obstante el cadáver del teniente el más avanzado
descontando al soldado de su Compañía José María Castro que se hallaba herido
unos 50 metros más adelante.

Declaró que como tuvo el cadáver junto a él hasta las 4 de la tarde, observó
que tenía un balazo en el pecho y otro balazo o corte de gumia en el cuello.
Desconocía si una vez herido continuó caminando pero apuntó la posibilidad ya que
tenía más de una herida. Que los hechos quizás podría explicarles mejor el
teniente D. Narciso Villalón por hallarse desplegado cerca.

El Informe de conclusiones

El 12 de marzo de 1910, el Juez Instructor D. Andrés Pérez de la Greda,
Comandante de Estado Mayor, elevaba al general D. José Marina Vega, el informe de
conclusiones extraídas de las declaraciones tomadas a aquellos que quisieron
declarar en el Juicio Contradictoria para la concesión de la Cruz Laureada de San
Fernando, de segunda clase, al entonces ya primer teniente D. José Fernández de
Guevara y Mackenna. Dicho informe, decía lo siguiente:


“…Excmo. Sr.

Don Andrés Pérez de La Greda Comandante del cuerpo de Estado Mayor del
Ejército, Juez instructor del expediente de juicio contradictorio para la Cruz de
San Fernando de segunda clase que se ha instruido a petición de la madre del que
fue segundo teniente de Infantería Don José Fernández de Guevara y Mackenna por
orden de V.E.,para averiguar si el citado oficial se hizo acreedor a la
mencionada condecoración en el combate sostenido en las alturas inmediatas al
poblado de Mezquita el día veintitrés de julio de mil novecientos nueve.

- Visto el parte de la acción, folio ocho, del que resulta que estando la
brigada disciplinaria a punto de agotar sus municiones y careciendo por el
momento de medios para reponerla, dispuso el Gral. Real, que la segunda compañía
del tercer Batallón del Regimiento Infantería de Melilla, relevara a una de las
de la Brigada disciplinaria para que pudiera esta marchar a municionarse; el
enemigo en aquel momento arreció sus fuegos y acometividad, siendo herido
mortalmente el capitán Gil de dicha compañía, muerto el teniente de la misma
Fernández de Guevara y forzadas nuestras posiciones con numerosas bajas en la
tropa; trasmitiéndose el movimiento de retroceso de nuestra derecha a las otras
armas y quedando una pieza de artillería volcada y en grave riesgo de ser tomada
por el enemigo y que solo la citada compañía de Melilla no perdió por completo su
posición y a su amparo se agruparon los Artilleros para no perder de vista la
pieza, defendiéndola con el fuego de sus carabinas.

Examinadas las declaraciones de los testigos, manifiesta el Excmo. Sr. General
de brigada Don Pedro del Real, folio quince, que mandó el hecho de armas de
referencia, hasta que llegó al lugar de la lucha el Excmo. Sr. General Gobernador
de la Plaza Don José Marina Vega, que la sección del teniente Fernández de
Guevara fue la única fracción que se sostuvo en su puesto cuando se retiraron las
fuerzas de la brigada disciplinaria, y que el teniente dicho, después de haber
sido herido de gravedad siguió al frente de su sección alentándola con su energía
y ejemplo, recibiendo después nuevas heridas, algunas de arma blanca, siendo la
compañía del capitán Gil la que tuvo mayor número de bajas, diez muertos y
veintidós heridos.

El teniente Villalón, que declara como testigo presencial de la primera parte
del episodio en que fue muerto el teniente Fernández de Guevara, folio diez y
seis, manifiesta que este, rehaciendo sus fuerzas que tuvieron un momento de
vacilación, al ver hacer muertos o heridos a su capitán y a la mayoría de las
clases, se puso al frente de su sección y se lanzó a la bayoneta sobre el
enemigo, siendo entonces herido gravemente, sin poder precisar más detalles por
haber tenido el declarante que tomar el mando de la compañía, aunque por
referencia sabe que el Teniente Fernández de Guevara tenía en el cuello una
herida de arma blanca.

En la declaración del teniente Don Augusto Rubio, folio treinta y siete, se
hace constar que el cadáver del Teniente Fernández de Guevara, era el más
avanzado a excepción de un soldado que estaba herido algo más a vanguardia del
punto en que aquel se encontraba, y que el cuerpo del mencionado oficial
presentaba una herida en el pecho y otra de arma blanca en el cuello.

El Teniente Don Antonio Hernández dice en su declaración “folio veintinueve”
que por referencia sabe que el Teniente Fernández de Guevara se unió a la
guerrilla para animarla con su ejemplo, siendo herido y continuando después la
lucha cuerpo a cuerpo.

El sargento Ramón García en su declaración, “folio diez y siete” dice que el
Teniente Fernández de Guevara fue herido cuando atacaba a la bayoneta con
catorce o quince hombres de su sección, haciendo retroceder a los moros que los
envolvían, continuando al frente de sus fuerzas después de la herida, y que no
pudo ver más por haber caído herido también el declarante.

Los soldados Manuel Huertas, Cristóbal Monsalbe, Vicente Fuentes, Antonio
Domenech y corneta Luís Tortosa, todos testigos presenciales e inmediatos del
hecho, en sus declaraciones de los “folios diez y ocho al veintidós inclusive”
afirman todos con algunas diferencias de detalle que el Teniente Don José
Fernández de Guevara después de ser herido de gravedad, se mantuvo al frente de
su sección, animándola con el ejemplo, la voz y el ademán.

El Juez que suscribe entiende que el teniente de Infantería Don José Fernández
de Guevara está comprendido en los casos sexto y séptimo del artículo veintisiete
de la Ley.

Melilla doce de Marzo de mil novecientos diez.

Firmado Andrés Pérez de la Greda…”

Este informe, fue elevado al Auditor del Ejército que lo encontró favorable y
este, a su vez, lo elevó al Consejo Superior de Guerra y Marina. El
comportamiento en los combates del 23 de julio de 1909 del 2º teniente de
Infantería del Regimiento de Melilla núm. 59, fue calificado de heroico. El 4 de
julio de 1910, el Consejo Superior de Guerra y Marina, falló a favor de la
concesión de la Cruz Laureada de San Fernando de 2ª clase y, posteriormente, fue
elevado al Rey D. Alfonso XIII para su firma.

Concesión de la Cruz Laureda de San Fernando

Siglo Futuro, publicaba el 28 de agosto de 1910, la noticia siguiente, relativa
a la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando al teniente Don José Fernández
de Guevara y Mackenna (textual).

“…La Cruz de San Fernando.

El Diario Oficial del Ministerio de la Guerra publicó ayer las dos siguientes
órdenes:

Visto el expediente de juicio contradictorio instruido para esclarecer si el
segundo teniente de Infantería D. José Fernández de Guevara y Mackenna se hizo
acreedor de la cruz de la Orden de San Fernando por su comportamiento en el
combate del 23 de Julio del año último en las estribaciones del Gurugú;
resultando que el citado oficial, formando parte de una de las compañías del
regimiento de infantería de Melilla, marchó desde los Lavaderos a las lomas de
Mezquita para relevar a otra de la brigada disciplinaria, a la cual se le habían
agotado las municiones; que en el momento de ocupada la posición cayó muerto el
capitán Gil, de su compañía, y fue herido el segundo teniente Fernández de
Guevara, al propio tiempo que los moros arreciaban el ataque, sufriendo además la
compañía numerosas bajas; que no obstante la herida sufrida por el teniente
Guevara este resistió la acometida del enemigo, ordenando a su sección atacar a
la bayoneta, alentándola con su ejemplo, cayendo muerto al poco tiempo de recibir
una nueva herida; y considerando que los hechos realizados por el segundo
teniente D. José Fernández de Guevara y Mackenna son de los comprendidos en el
caso 7 del art. 27 de la ley de 18 de mayo de 1862, el rey, (Q.D.G), por
resolución de 23 del actual, de acuerdo por lo informado por el Consejo Superior
de Guerra y Marina, ha tenido a bien concederle la cruz de segunda clase de la
Orden de San Fernando, con la pensión anual de 1.000 pesetas, de la cual podrán
disfrutar las personas a quienes se refiere el art. 11 de la citada ley…

La otra persona a quien concedían la Cruz Laureada de San Fernando, era al
capellán militar D. Jacinto Martínez Verdasco, por el combate del 30 de
septiembre de 1909 del Zoco El Jemis de Beni-bu-Ifrur.

Los heridos, el 23 de julio de 1909, entre otros:

Comandante D. Ricardo Lacanal, ingresado en el Hospital con herida en el muslo
izquierdo.
Capitán D. Mariano Sánchez Lacorte, ingresado en el Hospital con herida en la
mano izquierda.
Capitán D. Francisco Borrero, ingresado en el Hospital, con herida en el muslo
derecho y fractura de hueso.
Capitán D. Gabriel Gil, ingresado en el Hospital, con herida en el pecho,
presentando orificios de entrada y salida en la región axilar y, en la mano
izquierda.
Primer teniente, D. José Sánchez Prats, ingresado en el Hospital, con herida en
el pie derecho, penetrando en la articulación de la pierna.
El oficial (primer teniente), D. Alberto Molina Galano, ingresado en el
Hospital, con herida en el torax.
El oficial, D. Fernando Huero, ingresado en el Hospital, con herida en la
muñeca izquierda.
El oficial D. Luís Carbonell, ingresado en el Hospital, con herida en la
rodilla derecha.
El oficial D. Antonio Pérez, ingresado en el Hospital, con herida en la región
abdominal.
El oficial (segundo teniente),D. José Ochoa, ingresado en el Hospital, con
herida en el vientre.
El oficial D. Carlos Suárez, ingresado en el Hospital, con herida en el
vientre.

Los fallecidos en combate el 23 de julio de 1909

Junto al 2º teniente del Regimiento de Infantería de Melilla núm. 59, hallaron
también la muerte en el campo de batalla, entre otros, los jefes y oficiales que
fueron:

El coronel D. Venancio Álvarez Cabrera y de Nevares.
El teniente coronel jefe del Batallón de Cazadores de Figueras núm. 6, D. José
Ibáñez Marín.
El capitán del Regimiento de Infantería de África núm. 68, D. Fernando
Fernández de Cuevas y de Ramón.
El primer teniente del Regimiento de Infantería de Melilla núm. 59, D. Rafael
de los Reyes Ortiz.
El segundo teniente D. Isaac Labrador Gallardo..
El teniente (segundo teniente de la Escala de Reserva), D. Antonio Pérez Prats.

El entierro del 2º teniente de Infantería D. José Fernández de Guevara y
Mackenna

Los restos del segundo teniente de Infantería, del Regimiento de Melilla núm.
59, recibieron sepultura junto a otros militares caídos en la jornada del día 23
de julio de 1909, en el cementerio de Melilla. La nota publicada anunciando tal
evento en las páginas del diario “El Telegrama del Rif” del domingo 25 de julio
de 1909, lo dieron a conocer en la forma siguiente, bajo el título “…El entierro
de los héroes…”:

“…A las diez de la mañana de ayer se verificó el fúnebre acto de inhumar los
cadáveres del coronel Álvarez Cabrera, teniente coronel Ibáñez Marín, capitán
Cuevas (D. Fernando) y tenientes Fernández de Guevara (don José), Reyes (don
Rafael), Labrador y Pérez Prats y los de las clases y soldados muertos
heroicamente en los combates de anteayer.

El duelo iba formado por los generales Balbás, coronel de caballería Urrutia,
teniente coronel de infantería Álvarez Puch, comandante de infantería López
Irisarri y comandante de artillería Sr. Barbaza. Detrás iba numeroso público.

Los cadáveres de los Jefes y Oficiales fueron inhumados en el Panteón, y al
serlo el del teniente coronel Ibáñez Marín, las dos compañías de su batallón de
Figueras que habían rendido a los héroes los honores de ordenanza, quisieron
desfilar por delante del cadáver de su querido jefe y así lo hicieron, colocada
la bandera a la cabeza del féretro.

Muchos soldados de Figueras besaron el rostro del bizarro e ilustre teniente
coronel, que presentaba varias heridas. Terminado el desfile, de entre los
simpáticos cazadores salieron voces de ¡Viva España!, al Ejército, a Figueras y
de gloria a nuestro teniente coronel. El acto resultó verdaderamente conmovedor.

La gloria que con su envidiable muerte supieron alcanzar los héroes enterrados,
será eterna o inmarcesible…”


Fuentes

- “España en sus héroes”, fascículo núm. 2, pág. 54, Madrid 1.969.
- “Hoja de Servicios del 2º teniente D. José Fernández de Guevara y Mackenna”,
(Archivo General Militar de Segovia).
- Fotografía del 2º teniente de Infantería D. José Fernández de Guevara y
Mackenna, “España en sus héroes”, fascículo núm. 2, pág. 54, Madrid 1969.
- Fotografía de Los Lavaderos de Mineral, por encima de la Posada del Cabo
Moreno en Melilla, “Psicomelilla”, Autor, Víctor Torres. (Buscador de imágenes de
Google).
- Fotografía Expediente para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando
de 2º clase al 2º teniente D. Jose Fernández de Guevara. Hoja de servicios de
dicho oficial. (AGMS).
- “El Globo”, Diario Independiente, Madrid núm. 11.511, pág.1, de fecha jueves
5 de septiembre de 1907.
- “La Correspondencia Militar”, Madrid núm. 9.557, pág.2, de fecha sábado 7 de
septiembre de 1907.
- “El Telegrama del Rif”, Melilla, pág. 1, de fecha, sábado 24 de julio de
1909.
- “La Correspondencia de España”, Edición de la mañana, Madrid núm. 18.774,
pág.4, de fecha miércoles 7 de julio de 1909.
- “El Telegrama del Rif”, Melilla 25 de julio de 1909.
- “El Telegrama del Rif”, Melilla, pág. 1, de fecha martes 27 de julio de 1909.
- “La Época”, Últimos telegramas y noticias de la tarde, Madrid núm. 21.120,
pág.2, de fecha jueves 12 de agosto de 1909.
- “El Imparcial”, Diario Liberal, Madrid núm. 15.239, pág.2, de fecha viernes
13 de agosto de 1909.
- “La Correspondencia de España”, Edición de la mañana, Madrid núm.18.826,
pág.2, de fecha sábado 28 de agosto de 1909.
- Parte de batalla: Expediente de Juicio Contradictorio para la Concesión de la
Cruz Laureada de San Fernando al segundo teniente de Infantería del Regimiento de
Melilla núm. 59, D. José Fernández de Guevara y Mackenna. (AGMS), págs.
9,10,11,12,13 y 14.
- Instáncia presentada por la madre del 2º teniente D. Fernando Fernández de
Guevara y Mackenna, solicitando la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando
para su hijo. (Expediente de Juicio Contradictorio, intsruído para el caso).
(AGMS).
- Declaraciones del general D. Pedro del Real y Sánchez Paulete, del primer
teniente D. Narciso Villalón, tenientes, D. Augusto Ulloa Rubio y D. Antonio
Hernández Ballesteros, del Sargento D. Ramón García, del Cabo D. Manuel Huertas
García, el Corneta D. Luís Tortosa y de los soldados D. Cristóbal Monsalbe, D.
Vicente Fuentes,y D. Antonio Doménech, Expediente de Juicio Contradictorio,
instruído a fin y efecto de esclarecer los hechos protagonizados por el teniente
D. José Fernández de Guevara y Mackenna si eran acreedores de la concesión de la
Cruz Laureada de San Fernando de 2ª clase. (AGMS).
- “Siglo Futuro” Diario católico, Madrid núm. 918, pág.1 de fecha jueves 28 de
julio de 1910.

Hans Nicolás i Hungerbühler