ÉRASE UNA VEZ MELILLA

ÉRASE UNA VEZ MELILLA
GRUPO DE ESCUELAS MIXTAS

EN EL BARRANCO DEL LOBO

martes, 30 de junio de 2009

SOR ALEGRÍA




Sor María de la Alegría de Jesús: el hecho heroico de una religiosa de la Congregación de Hermanas Franciscanas del Buen Consejo

Una religiosa, hermana de la congregación de Franciscanas del Buen Consejo de Melilla, natural de un pueblecito de la provincia de Salamanca, Aldea Dávila de la Ribera que según definición del Diccionario Universal de Historia y Geografía Universal de 1846, se decía de él, que era una villa de España, en la provincia y diócesis de Salamanca, partido judicial de Lumbrales que contaba con 408 vecinos y un total de 1632 habitantes. Situado junto al río Duero, sobre el que tenía una barca. Sobre dicha población salmantina, no se apuntaba nada más.

Nació el 8 de abril de 1880 en la localidad salmantina de Aldea Dávila de la Ribera.
Una población también denominada Aldeadeávila. Trabajadora, sacrificada, carácter alegre, abierto, eran y son algunos de los calificativos que merece Sor Alegría por su forma de proceder y ser y, aún faltarían más.
Sus padres fueron D. Pedro Garrido, labrador y Victoriana Caballero. Tomando la niña el nombre de Juliana Garrido Caballero.

Contando unos veintidós años de edad, debió de profesar como monja, siendo entonces cuando adoptó el nombre de Sor Alegría.

La Congregación de Hermanas Franciscanas del Buen Consejo se estableció en Melilla en el año 1904 de la mano de Sor Josefina, quien estuvo acompañada entonces por dos hermanas. Llegando Sor María alegría de Jesús al año siguiente, 1905.

Esta nueva comunidad, creó en marzo de 1906, en un local provisional en la vieja Melilla, el Colegio de las Madres del Buen Consejo, que fue la primera congregación religiosa femenina, establecida en Melilla.

Durante la Campaña de 1909, estas monjas, colaboraron como enfermeras en varios hospitales de la ciudad y, además acudían allí donde eran requeridos sus servicios. Entre los mencionados hospitales, se encontraba el de nueva creación llamado Hospital del Buen Acuerdo, comenzado a construir en el segundo semestre de 1909 en madera y con la mayor urgencia, dado que las infraestructuras sanitarias al estallido de la Campaña de 1909, habían quedado insuficientes. En dicho hospital, fue donde el 14 de abril de 1910 tuvo lugar la donación de piel mediante intervención quirúrgica, de Sor María de la Alegría de Jesús, al soldado del Regimiento de Infantería de Saboya núm. 6, D. Gabriel Fernández Rodríguez, herido durante la Campaña de 1909.

Sor Alegría de Jesús, en 1908 fundó la Iglesia y el Colegio del Buen Consejo de Melilla. Fue Directora del Colegio de Nuestra Señora del Buen Consejo de Melilla, y Consiliaria General de las RR.HH (Reverendas Hermanas Terciarias Franciscanas de los Sagrados Corazones de Jesús y María).
Recordemos que en el año 1924, el Obispo de Málaga unió a las Franciscanas del Buen Consejo con las Hermanas Terciarias Franciscanas de los Sagrados Corazones en una sola congregación con el nombre de las últimas.

E igualmente podemos reseñar que también asumió la presidencia de la Hermandad Congregación de la Divina Pastora, una entidad fundada en el año 1914.

Falleció Sor Alegría en Melilla a los 80 años, el viernes 29 de julio de 1960, dejando tras de sí, 58 años de vida religiosa. Su sepelio, fue presidido por el Comandante General de Melilla, D. Ramón Gotarredona Prats y el Alcalde D. Luís Carvajal Arrieta, siendo su cuerpo enterrado en el Cementerio Municipal de la Purísima Concepción de Melilla, ante el lateral derecho de la Capilla Principal. Parcela 4, fila 11 y número 7. Y en sus tumba, sin nombres únicamente figura la inscripción “Terciarias Franciscanas”

Sor Alegría, un hecho altruista y sacrificado

Según aparecía publicado en el “Telegrama del Rif” del 14 de abril de 1910, esta abnegada, sacrificada y valiente monja, se prestó de forma voluntaria y altruista, a que le extirparan tres trozos de piel de su brazo, para practicarle un injerto a un soldado del Regimiento de Infantería de Saboya núm. 6, que era D. Gabriel Fernández González, el cual, había resultado gravemente herido en los combates que había participado el mencionado regimiento. Dicha noticia, decía así (textual):

“…Es un ángel de Caridad que ha prestado al bisturí su carne de heroína, reclamada por la salud de un soldado. Su nombre merece las bendiciones de todos; ahogando el dolor por el imperio de su espíritu bien templado dejó que la cuchilla del cirujano rayase su piel de virgen puestos los ojos en el bien del prójimo y el corazón en lo alto. Sor Alegría ha trabajado sin descanso en los hospitales durante la Campaña con sus hermanas las religiosas del Buen Consejo y ha terminado por poner a su obra hermosa un digno remate, con el cruento sacrificio. ¡Sor Alegría, mujer de carácter abierto todo alegría como el nombre que lleva, su figura no se apartará fácilmente de los que han tenido sus cuidados, su celo exquisito y su inagotable caridad a la cabecera del lecho del dolor…”

Sobre dicha gesta protagonizada por esta religiosa, en un texto atribuido al Sr. Mir Berlanga, se dice (textual):

“…SOR ALEGRÍA.- Abnegada religiosa, que el día 14 de abril de 1910, en el antiguo Hospital del Buen Acuerdo, se sometió voluntariamente a una dolorosa intervención quirúrgica, para ceder, parte de su carne y de su piel a Gabriel Fernández Rodríguez, un pobre soldado del Regimiento de Saboya.
El pueblo natal de la heroína, Aldeavila de la Ribera, acordó colocar su retrato en el Salón de Sesiones. El Ejército le concedió la Cruz del Mérito Militar, y el Estado la de Beneficencia. Melilla le dedicó una calle. Se le concedió la Medalla de Oro de la Ciudad de Melilla…”

Mientras que en la página 60 del libro escrito por el señor Moya Casals, titulado “Melilla Piadosa y Tradicional”, edición de 1954, se recordaba este hecho de la forma siguiente (textual), a la vez que mencionaba los reconocimientos a Sor Alegría y se reclamaba el rotular de nuevo una calle de Melilla con el nombre de la Madre Fundadora Sor Josefina.

“…,rebasando los límites y el esfuerzo humano, se llegó al sacrificio por salvar la vida de un heroico defensor de la Patria y el nombre de Sor Alegría surgió de la sala del dolor a la admiración y reconocimiento del Rey Alfonso XIII, que premió a la humilde religiosa con la Gran Cruz de Beneficencia, Medalla de la Campaña del Rif, la de oro de la Cruz Roja Española y la Cruz de primera clase de la Orden del Mérito Militar con distintivo rojo, cuyas insignias le fueron regaladas a la Madre Alegría, por la oficialidad del regimiento de infantería de Saboya núm. 6; mereciendo más tarde, al igual que la Madre Fundadora Sor Josefina, que la Ciudad grabara sus nombres rotulando dos calles de Melilla, y que si es de lamentar que el de Sor Josefina fuera sustituido, es de esperar asimismo que por el Excmo. Ayuntamiento de Melilla, se repare este acto de injusticia y olvido cometido durante el tiempo que los hombres regían los destinos de España, se proclamaban defensores de la “libertad” y la “democracia”, y por tanto, de respeto al sentimiento altamente cristiano del pueblo español…”
Podemos añadir que Sor Alegría también estaba en posesión de La Legión de Honor francesa.

Religiosas condecoradas

“…Propuesta de recompensas. Entre las últimas propuestas de recompensas con motivo de la Campaña del Rif, ha venido al Ministerio de La Guerra una relación de Hermanas del Buen Consejo, que en Melilla han atendido solícitamente y han alentado con su ejemplo a los heridos de la guerra.

Todos los que en Melilla han estado, y especialmente los que, por haber rendido a la Patria su tributo de sangre, han pasado por los hospitales elogian calurosamente a estas abnegadas mujeres, en muchos casos, con riesgo de su vida, han llegado hasta el campo de batalla para atender a los heridos y socorrer a los enfermos.

El Ejército ha querido coronar su obra otorgándolas las recompensas que a los héroes son concedidas, y por ello se ha elevado a la superioridad esta propuesta de cruces roja al Mérito Militar de primera clase , que ya ha sido aprobado por el ministro de la Guerra.

Además de estas recompensas, se hace especial mención en la propuesta de la hermana Sor María Alegría de Jesús, que, como nuestros lectores saben, fue la que se presentó espontáneamente a que se le cortara un trozo de piel, único medio de que pudiera practicarse una difícil operación al soldado Gabriel Fernández, del Regimiento de Saboya, y de la cual dependía la salvación del infeliz herido.

La recompensa que se solicita para esta hermana, aparte de la cruz roja al Mérito Militar de primera clase, es la de su ingreso en la Orden Civil de Beneficencia.

En la Real Orden aprobatoria de la propuesta, se significa el deseo de S.M. de que se dé traslado al ministro de la Gobernación, para que se ha incoado el oportuno expediente.

El rasgo hermoso de Sor María Alegría de Jesús, que ya obtuvo el aplauso unánime del pueblo español, bien merece esta distinción por parte de los Poderes Públicos, como merecen todas las recompensas concedidas a las virtuosas hermanas del Buen Consejo…”

“…Mundo Eclesiástico. A la hermana María Alegría de Jesús, que en Melilla se prestó espontáneamente a que se le cortara un trozo de piel para la difícil operación del soldado Gabriel Fernández, ha sido propuesta para su ingreso en la Orden civil de la Beneficencia…”

“…El Diario Oficial del Ministerio de la Guerra publica las recompensas otorgadas a las hermanas religiosas del Buen Consejo, por su distinguido comportamiento y extraordinarios servicios prestados en los hospitales militares de Melilla durante la Campaña.

Cruces del Mérito Militar con distintivo rojo, libre de gastos a las siguientes:

- Sor María Aurelia de Jesús.
- Sor María Francisca de Jesús.
- Sor María Antonia de Jesús.
- Sor María Luisa de Jesús.
- Sor María Esperanza de Jesús.
- Sor María Petra de Jesús.
- Sor María …… de Jesús (el nombre está muy borroso).
- Sor María Trinidad de Jesús.
- Sor María de la Anunciación de Jesús.
- Sor María Agustina de Jesús.
- Sor María ¿Vicenta?, de Jesús (el nombre está muy borroso).
- Sor María Socorro de Jesús.
- Sor María Marta de Jesús.
- Sor María Salud.
- Sor María Inés de Jesús.

También publica otra orden que dice así:

-El Rey (q.D.g) ha tenido a bien conceder a la hermana religiosa del Buen Consejo , Sor María Alegría de Jesús, la cruz de primera clase del Mérito Militar, con distintivo rojo, libre de gastos, por su distinguido comportamiento y extraordinarios servicios prestados en los hospitales militares de Melilla durante la campaña. Es al propio tiempo la voluntad de S.M., se signifique a la expresada hermana al Ministerio de la Gobernación por si en consideración al sublime acto de abnegación y caridad cristiana que ha realizado prestándose voluntariamente a que le fuera arrancado un trozo de su piel para hacer un injerto epidérmico necesario a la curación del soldado del Regimiento de Saboya núm. 6 Gabriel Fernández y Rodríguez, se conceptuara procedente disponer se incoe el oportuno expediente para su ingreso en la Orden civil de la Beneficencia…”

Ante la voluntad real de conceder a Sor Alegría, la gran Cruz de la Orden de Beneficencia, se empezó a instruir el correspondiente expediente, cosa que se inició en el Regimiento de Infantería de Saboya núm. 6, quedando la noticia recogida en “La Correspondencia de España” del 18 de julio de 1910, de la forma que a continuación se cita (textual):

“…En el regimiento de Saboya se han empezado a instruir las diligencias, que han de servir de base para la concesión de la Cruz de Beneficencia a Sor María Alegría de Jesús la heroica monja que prestó trozos de su piel para salvar a un soldado de aquel Regimiento…”


Bajo el título “…Religiosa condecorada…”, la prensa salmantina daba a conocer de la siguiente forma, la concesión de la Cruz al Mérito Militar a Sor María de la Alegría de Jesús (textual):

“…Se ha concedido a la religiosa Sor María de la Alegría, la Cruz de primera clase roja del Mérito, libre de gastos por su comportamiento extraordinario en los servicios que prestó en los hospitales de Melilla.
Gestiónase del Gobierno se le conceda la Cruz de la Beneficencia por el acto de abnegación de ofrecer su piel que le fue arrancada para hacer un injerto epidérmico al soldado de Saboya Gabriel Fernández Rodríguez.

Acto de imposición de la Cruz al Mérito Militar a Sor Alegría

La prensa de Salamanca, concretamente el periódico “El Salmantino”, narraba a la opinión pública de la forma que a continuación sigue (textual), el acto de imposición de la Cruz del Mérito Militar a Sor Alegría, bajo los títulos “…Imposición de una cruz.-Una hermana heroica…”

“…Ayer se celebró con gran solemnidad (diario del 7 de junio, por lo tanto, la ceremonia tuvo lugar el día 6 del citado mes), la ceremonia de imponer las insignias de la Cruz Roja del Mérito Militar, a una hermana del Buen Consejo. Objeto de esta distinción tan honrosa, fue la Hermana Alegría, cuyo heroísmo alabaron no hace mucho tiempo todos los periódicos.

La ceremonia.-Discurso del general Arraiz.

Al acto de imposición de las insignias asistió toda la oficialidad del regimiento de Saboya y las hermanas del colegio donde se verificó la ceremonia. El coronel señor Arraiz, visiblemente conmovido, pronunció un breve discurso, ensalzando la noble y cristiana entereza con que la buena hermana sufrió la operación de dejarse cortar la piel, para salvar la vida a un soldado del regimiento. Y, en nombre de este, le dio las más expresivas gracias. La hermana recibió tan honrosa distinción con la humildad de que tantas pruebas tiene dadas. Para más honrar este ángel de la Caridad, el regimiento le costeó las insignias de la Cruz…”

El rotativo madrileño “La Época”, daba a conocer a la opinión pública el acto ya narrado, en la forma siguiente (textual), bajo el título “…Ceremonia interesante.-Noticias-…”:

“…Melilla 6 (9 noche).-En el Colegio del Buen Consejo se ha celebrado hoy una interesante ceremonia, a la cual ha asistido brillante representación del Ejército, que ha querido así testimoniar el sentimiento de afecto que profesa a las religiosas del mismo, recientemente condecoradas con cruces del Mérito Militar, rojas, por sus grandes servicios durante la última campaña.

La imposición de la preciada condecoración militar a Sor Alegría, la heroica Hermana que se prestó a que fuera extirpado un gran trozo de su piel para salvar la vida de un soldado del regimiento de Saboya, revistió gran solemnidad, pronunciando entusiástico discurso el coronel del Cuerpo en elogio de la ilustre y heroica monja, la cual apenas podía balbucear las gracias, profundamente emocionada…”


Condecoraciones y homenajes recibidos

Sor Alegría, ya era conocida en Melilla por su fecunda estancia en la ciudad así como por haberse sometido de forma voluntaria y desinteresada, de forma altruista a una intervención quirúrgica con la finalidad, de salvar la vida de un soldado. Este último hecho, le valió el reconocimiento de todas las instituciones y personas, incluyendo al mismísimo Rey D. Alfonso XIII, que solicitó atender la petición de ingreso de la religiosa en la Orden de la Beneficencia.

Las condecoraciones que recibió fueron:

- La Gran Cruz de Beneficencia.
- Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo.
- Medallas de la Cruz Roja de España, entre ellas la de Oro.
- Medalla de la Real Academia.
- Medalla de la Campaña del Rif.
- Medalla de Oro de la Ciudad de Melilla.
- Medalla de Plata de la Ciudad de Melilla (falta esta confirmar que fue por dicho acto).
- La Legión de Honor francesa.
- En Melilla, se le dedicó el nombre de una calle, la cual al llegar la proclamación de la IIª República, tocó el turno cambiar. Pero prevaleció el sentido común, ya que si inicialmente la mayor parte del Ayuntamiento, decidió cambiar el nombre de la vía al igual que había sucedido con la de Sor Josefina. Finalmente uno de los allí reunidos, posiblemente el cronista oficial D. Rafael Fernández de Castro, recordó a los allí presentes los méritos de Sor Alegría y el por qué la calle llevaba su nombre. Motivo por el cual finalmente, fue respetado conservar el nombre de la vía.
- En su pueblo natal, Aldea Dávila de Ribera, en Salamanca, se acordó colocar su retrato en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento.
También en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Melilla estuvo presente un cuadro con la imagen De Sor Alegría. Que al igual que el de algunos generales fue retirado poco tiempo después de instaurase la II República española.
Si bien, su imagen continuó en el Colegio del Buen Consejo de Melilla, y pasados bastantes años. A comienzos del año 1992, en la biblioteca de la Asociación de Estudios Melillenses, formando parte de la galería de personajes ilustres de la Ciudad, se colocó una fotografía suya. Facilitada por la madre María Balbina, profesora del Colegio del Buen Consejo de Melilla.


Fuentes:

- “Diccionario Universal de Historia y Geografía, de D. Francisco de Paula Mellado, D. J. Pérez Camoto, D. F.F. Villabrille, D. V. Canseco y D. C. Iturralde”, Tomo I, Madrid 1846.
- “La Correspondencia de España”, Edición de la mañana, Madrid núm. 18.799, págs. 2 y 3, de fecha domingo 1 de agosto de 1909.
- “Siglo Futuro”, Diario católico, Madrid núm. 610, pág. 1, de fecha lunes 9 de agosto de 1909.
- “La Correspondencia de España”, edición de la mañana. “Informaciones de Madrid”, Madrid, núm.
19.107, pág. 4 de fecha domingo 5 de junio de 1910.
Nota: También publicada en “El Imparcial” de Madrid núm.15.533, pág. 1, de fecha domingo 5 de junio de 1910. En esta noticia, aparecía con el mismo texto que en “La Correspondencia de España”, pero no citaba el nombre del resto de religiosas, simplemente decía que eran 15 las condecoradas.
- Fuente: “La Correspondencia de España”, edición de la mañana. “Informaciones de Madrid”, Madrid núm. 19.116, pág. 4, de fecha martes 14 de junio de 1910.
- Fuente: “La Correspondencia de España”, edición de la mañana, Madrid, núm. 19.099, pág. 1, de fecha sábado 28 de mayo de 1910.
- “El Salmantino”, periódico semanal, Salamanca, págs.2 y 3, de fecha 7 de junio de 1910.
- “La ´Época”, Ultimos telegramas y noticias de la tarde, Madrid, núm. 21.418, pág. 2, de fecha jueves 9 de junio de 1910.
- “Regimiento de Infantería de Saboya núm. 6”, Buscador de imágenes de Google, en Internet.
- CARMONA, Francisco.”Melilla de Ayer. Un antiguo hospital de madera y una monja ejemplar: Sor Alegría”, en dominical” La Voz”, suplemento del diario ”Melilla Hoy”,15 de agosto de 1993.
- Agradecemos a Don Mariano Carralero Tovar, Encargado del Cementerio de la Purísima Concepción de Melilla, las facilidades prestadas para realizar este artículo.




Este artículo fue publicado el 29 de junio de 2009 en el diario "El Telegrama de Melilla".


Por Hans Nicolás y Hungerbühler

jueves, 18 de junio de 2009

DOCTOR GÓMEZ ULLA ( 1 )





Melilla, Sanidad Militar en 1909


Médico, D. Mariano Gómez Ulla

“…A usted lo conozco yo; usted sale en los periódicos al lado del militarote, el médico ése…”,”…Sería mejor que se callase. Porque ese militarote acaba de salvarle la vida, a costa de jugarse la suya. Porque tenía una espoleta que podía explosionar en la pierna y está aquí de milagro…”

Compostelano de nacimiento y conocido como “Don Mariano”, este médico militar que compaginó vida civil y milicia, hizo de ambas vocaciones su credo, atendiendo a personas de la alta sociedad como al pobre soldado herido en campaña, pasando por colaborar con las casas de socorro madrileñas, compaginó entre 1909 y 1944, siempre que sus actividades se lo permitieron, los cargos de inspector provincial de Sanidad, en Madrid y Palencia y el de Médico de la Beneficencia Municipal de Madrid. Entregado a una y a otra, en el ejercicio de ambas, recorrió Europa y en 1929, Estados Unidos, lugar donde al verle trabajar, quedaron impresionados, eco de ello fue las sentidas necrológicas que se publicaron en recuerdo suyo en los Estados Unidos.

Le empezamos a encontrar como médico primero (teniente) en la campaña de 1909 en Melilla, lugar de donde nunca acabará de marcharse dado que compagina su profesión con el trabajo en la península pero cada vez que estalla el conflicto, vuelve siempre al frente de combate ya sea para colaborar, ya sea para inspeccionar los servicios sanitarios. Vivió 4 guerras, la de Marruecos, la primera mundial entre los años 1914 al 18, donde atendió por deseo expreso de S.M. El Rey D. Alfonso XIII, heridos tanto franceses como alemanes, la guerra civil española de 1936-39, la cual vivió preso en una checa de Madrid hasta que pudo ser canjeado por otro médico republicano en el lado nacional. Le salvó de las sacas, la escasez de médicos en el Madrid en guerra, cosa que no pasó inadvertida al lado republicano. Sirvió como médico en el Hotel Ritz de Madrid, habilitado como hospital de campaña. Intentó fugarse al lado nacional, siendo interceptado. En una de sus escapadas, le delató una bandera que llevaba en el bolsillo y sus captores, le obligaron a comérsela. Finalmente fue canjeado por el médico donostiarra D. José Bago. Al llegar al lado nacional, el teniente coronel médico Gómez Ulla, se puso rápidamente al servicio del general Franco siendo encuadrado de nuevo en los Servicios de Sanidad Militar. Y en la cuarta guerra, forma parte de la Inspección Médica de Sanidad Militar, reconfigurando los servicios en la División Azul, llegando hasta Koenisberg

Dotó de medios operativos a la Sanidad Militar para reducir la morbo-mortalidad de los combatientes con los “Hospitales móviles Gómez Ulla”. La rehabilitación de los heridos de guerra, le interesó también años más tarde más tarde para reducir el sufrimiento de los pacientes, tanto civiles como militares. Creando entre otras ya existentes, la escuela de la anestesia raquídea, dirigida por el mismo doctor Gómez Ulla en el Hospital Militar de Carabanchel, centro que con los años, llevará su nombre, en reconocimiento pedido por sus propios compañeros de profesión, persistiendo el mismo hasta nuestros días. Sobre la anestesia, llevó a cabo numerosas investigaciones con la finalidad de obtener mezclas estériles de anestésicos y sustancias estabilizadoras a las que llamó “ampollas raqui”, las cuales, estaban constituidas por cloruro sódico hieprtónico, estovaína, acído láctico y estricnina. El uso de la anestesia raquídea ira a lo largo de los años veinte del pasado siglo, interesando cada vez más a los cirujanos españoles, pasando a ser tema central de conferencias y debates médicos y de numerosas tesis de la época. Será el antecedente de “la epidural”.

Campaña de 1909

Cuando se inició la Campaña de 1909, en la guarnición de Melilla y referente al Cuerpo de Sanidad Militar, estaban destacados en aquellos momentos, una sección de Sanidad Militar, la cual contaba con 37 sanitarios. Dicho Cuerpo y por los acontecimientos, se tuvo que ver reforzado. Entre los médicos militares que llegarían con destino a la citada plaza, se encontraba un jovencísimo médico primero, D. Mariano Gómez Ulla, el cual contaba con 30 años, a punto de cumplir los 31. Este médico, llegó a ser el más admirado cirujano militar español de su tiempo y con proyección internacional.

Por Real Orden de Guerra, del día 31 de julio de 1909, su compañía al frente de la cual se encontraba y contaba con dos secciones, una al mando del médico segundo D. Mariano Navarro y Moya y la otra, al mando del también médico segundo D. José Palanca y Martínez-Fortún, partió hacia Melilla. Iba destinado a la Ambuláncia de Montaña de la primera división, en comisión junto a los médicos segundos que se hallaban al frente de su compañía ya citada.

D. Mariano Gómez Ulla

Nació en Santiago de Compostela (Galicia), el 6 de noviembre de 1878, siendo hijo del médico-cirujano, D. Ramón Gómez Fernández y de Doña Dolores Ulla Fociños, los cuales vivían en la Calzada de San Pedro núm. 12. Su tío, D. Mariano Ulla y Fociños, fue nombrado Juez de Término por la provincia de Lugo por Real Orden de Gracia y Justicia, sobre el 19 de septiembre de 1893, El cual tendría varios destinos a lo largo de su carrera, por la geografía española.

1892-93 – 1898-99, en la facultad de medicina

Mariano Gómez Ulla, inició sus estudios de medicina en la facultad de Santiago de Compostela, con apenas 14 años, en el curso de 1892-93, acabándola con la calificación de sobresaliente como licenciado en medicina, en el curso de 1898-99. Más tarde, se doctoró en Medicina, presentado la tesis doctoral titulada “La desinfección en el Ejército”, por la facultad de Medicina (Universidad Central), de Madrid, que era la única en España, que concedía el doctorado. Obtuvo una vez más, la calificación de sobresaliente.


1899 - 1900, en la Academia de Sanidad Militar

En 1899, ingresó por oposición, haciéndolo con el número 1, en la Academia de Sanidad Militar de la que salió en junio del año 1900 con el empleo de médico 2º, siendo destinado a la tercera sección de la tercera compañía de la brigada sanitaria.
Junto con él, salían con el empleo de médicos segundos:

- D. Rafael Fernández Fernández, destinado a la Academia de Infantería.
- D. Jesús Bartolomé, destinado a la tercera compañía de la brigada sanitaria.
- D. Luís Rubio, destinado al segundo batallón del Regimiento de Infantería de Canarias núm. 2.
- D. Ignacio Sanz Felipe, destinado al fuerte de Isabel II, de guarnición en Mahón. (Baleares).
- D. Manuel Meléndez, destinado al batallón de Artillería de la plaza de Canarias.
- D. Alberto Valdés, destinado al batallón de Cazadores de Canarias.
- D. Manuel Iglesias, destinado al Regimiento de Baleares núm. 2.
- D. Bonifacio Collado, destinado al Hospital de las Islas Chafarinas.
- D. Aurelio Díaz, destinado al Hospital de El Peñón.
- D. Alfredo Piquer, destinado al Regimiento de Canarias núm. 1.
- D. Manuel Ocaña, destinado al segundo batallón del Regimiento de Melilla núm. 2.

1904 – 1905, Médico segundo, ascenso a médico primero

En febrero de 1904, fue destinado como médico segundo, al batallón del Regimiento de Melilla núm. 1. En julio de 1905, se le concedía licencia para contraer matrimonio, al médico primero D. Mariano Gómez Ulla, pudiendo entre ambas noticias publicadas en el diario madrileño “Siglo Futuro”, ubicar entre febrero de 1904 y julio de 1905, su ascenso efectivo de médico segundo a primero ya que en “La Correspondencia Militar” del 13 de octubre de 1903, se había publicado su calificación de “apto” para el ascenso de médico segundo a primero. Junto a él, obtenían dicha calificación, los médicos segundos:

- D. Víctor Herrero y Díez de Uizurrun.
- D. Federico González Deleito.
- D. Vicente Ferrer Ciurana.
- D. Juan Barcia Eleizegui.
- D. Benjamín Tamayo Santos.
- D. Pedro Bouthelier Saldaña.
- D. Emilio Alonso García-Sierra.
- D. Juan Sánchez Pallasar.
- D. Justo Carmona Ruíz.
- D. Carlos Villaplana Gonzálvez.
- D. Aurelio Solís Jacinto.
- D. Alfonso Moreno López.
- D. José Bua Carón.
- D. Francisco Manuel Conde de Albornoz.
- D. Francisco López Eligaray.
- D. Paulino Paredes Pereda.
- D. Mariano Gómez Ulla.
- D. Rafael Fernández Fernández.
- D. Jesús de Bartolomé Relimpio.
- D. Luís Rubio Janini.
- D. Ignacio Sanz Felipe.
- Manuel Meléndez Castañeda.
- D. Alberto Valdés Estrada.
- D. Bonifacio Collado Jarais.
- D. Aurelio Díaz y Fernández-Fontecha.
- D. Manuel Ocaña López.

El 21 de marzo de 1905, se publicaban en “La Correspondencia Militar”, los destinos de varios médicos militares, entre los que se encontraba D. Mariano Gómez Ulla, el cual, era destinado Eventualidades del Servicio a la sexta región. Dichos médicos y destinos eran:

Subinspectores médicos de primera clase

- D. Jaime Bachs y Cortadellas, destinado como director al Hospital Militar de Vitoria.

Subinspectores médicos de segunda clase

- D. Estanislao Moreno de la Sesta y Navarro, destinado al Parque Central de Sanidad Militar.
- D. Miguel Cirera y Monrós, destinado al Hospital Militar de Lérida.
- D. Fausto Domínguez Cortellés, destinado al Hospital Militar de Alicante.
- D. Eugenio Fernández Garrido, destinado a la Asistencia de personal de Plana Mayor de la sexta región y subinspección, y director del Parque sanitario regional.
- D. José Valledor y Martín, destinado al Hospital Militar de Gerona.
- D. José Castañé Otero, destinado a la Inspección de Sanidad Militar del sexto Cuerpo de Ejército.

Médicos mayores

- D. Antonio Almansa y Chacón, destinado al Hospital Militar de Burgos.
- D. Gustavo Mayo y Vela, destinado al Hospital Militar de Madrid-Carabanchel.
- D. Pablo Barronechea y Alcaín, destinado al Hospital Militar de La Coruña.
- D. Isidro García Julián, destinado en situación de excedente en la quinta región.
- D. Francisco Fernández Victorio y Cociña, destinado en situación de excedente en la cuarta región.

Médicos primeros.

- D. Enrique Pedraza y Vivanco, destinado al Regimiento de Infantería de Tenerife.
- D. Francisco Muñoz y Bueno, destinado a la Comandancia de Artillería de Barcelona.
- D. Melchor Camón y Navarra, destinado al Regimiento de Pontoneros.
- D. Antonio Solá y Huerta, destinado al Regimiento de Orotava.
- D. Jesús de Benito y Azorín, destinado al Regimiento del Infante núm. 6
- D. Paulino Paredes y Pereda, destinado al batallón de Cazadores de Barcelona.
- D. Mariano Gómez Ulla, destinado a Eventualidades del Servicio en la sexta región.
- D. Rafael Fernández Fernández, reemplazo por enfermo en La Coruña.
- D. Jesús de Bartolomé y Relimpio, destinado al primer batallón del Regimiento de Infantería del Rey, núm. 1.

Médicos segundos

- D. Pascual Morales Sicluna, destinado a la ambulancia montada.
- D. José Orendes y Martínez, destinado al tercer batllón del Regimiento de Infantería de Ceuta.

1909. Destinado a Melilla, acciones de Tauima y Nador

“Siglo futuro”, publicaba una nota en “Informaciones políticas”, el 30 de junio de 1909, informando sobre los médicos, que habían aprobado las oposiciones a Inspectores provinciales de Sanidad. Entre ellos, figuraba el nombre del doctor D. Mariano Gómez Ulla.

En agosto de 1909, se daba la noticia que el médico primero D. Mariano Gómez Ulla, que éste, junto a los médicos segundos D. Mariano Navarro Moya y, D. José Palanca Martínez-Fortún, pasaban destinados a completar la ambulancia de montaña de Sanidad, la cual, iba ya muy adelantada. Este refuerzo, iba destinado a la división reforzada. Ese domingo 1 de agosto, se daba la noticia en “La Correspondencia de España”, que dichos médicos, marchaban destinados a Melilla, a la 1ª División.

Sobre dicha partida hacia tierras de Melilla, hay un interesante artículo, recogido en “La Correspondencia de España” de la fecha anteriormente citada, en el cual, bajo el título “Para la Campaña”, figura el material médico que se enviaba a Melilla para reforzar el ya existente, el cual, constaba de (textual):

“…Para la Campaña”. Los ilustres médicos militares Sres. Casares y Morales (D. Ángel), han sido designados para organizar rápidamente en Melilla todos los servicios que se estimen necesarios a fin de asegurar la debida higiene en las tropas que allí se encuentran.

Entre estos servicios figuran el de montar los aparatos necesarios para convertir en potable el agua del mar. Por lo pronto, parece ser que mientras llegan los aparatos pedidos al extranjero con este objeto, se utilizarán los de los barcos de la Compañía Transatlántica.

Además, el Parque de Sanidad, cumpliendo órdenes de a superioridad, trabaja activamente para la remisión inmediata de un tren sanitario de desinfección y análisis microbiológico y de alimentos y bebidas, a cuyo frente van los antes citados doctores médico mayor Sr. Casares y primero señor Morales.

Al propio tiempo se remitirán tres carruajes de ambulancia, que con los cinco que existen en la plaza, se juzgan suficientes para el servicio, pero si se necesitaran más, el parque podría suministrarlos inmediatamente, toda vez que tiene más de 50 construidos en sus almacenes.

Esto, unido al material de curación y de salas de operaciones, así como la evacuación que se ha remitido y que constantemente, se remite por el Parque, hace que los servicios sanitarios de nuestro ejército , tanto por el personal como por el material, estén a la altura de los más adelantados de Europa…

…,Para atender a las necesidades sanitarias de las tropas expedicionarias al Norte de África y prever, en lo posible , las contingencias en el orden higiénico que puedan surgir en las mismas, se ha dispuesto lo siguiente:

- 1º Se elevan a la categoría de parques de Sanidad de campaña, los depósitos que existen actualmente en las plazas de Melilla y Ceuta, completando su dotación actual para que cada uno tenga en almacenes, como mínimum, 10.000 paquetes de cura individual, 250 camillas de campaña, 50 artolas, 50 sillas suecas, 50 bolsas de socorro, 25 mochilas de curación, 12 botiquines de batallón y 12 repuestos de ídem.

- 2º En la plaza de Melilla se aumentarán a 8 los carruajes “Lohner” para el transporte de heridos o enfermos.

- 3º La ambulancia de montaña de la primera división, llevará uno de los furgones tienda-hospital afectos a la actual ambulancia divisionaria.

- 4º Mientras se dota a las fuerzas de aparatos de esterilización por el calor u ozonización de las aguas, se asigna a cada batallón o destacamento aislado en el territorio donde se opera, un filtro de campaña, debiéndose remitir, además para su ensayo, a las referidas fuerzas, 100 filtros individuales de los modelos que designe la sección de Sanidad Militar.

- 5º Se remitirá a Melilla un horno portátil de incineración de los efectos que deben destruirse, por ser procedentes de soldados atacados o muertos por enfermedad contagiosa. Asimismo se dispondrá el envío de una estufa locomóvil de desinfección, modelo ligero, que no exija para su arrastre más de dos caballerías.

El parque de Sanidad Militar remitirá desde luego, los efectos que se expresan, de los cuales haya existencia en almacenes, y procederá a la inmediata construcción o adquisición de los restantes, todo ello con cargo al crédito extraordinario de la campaña.

También se ha dispuesto que con urgencia sean expedidas las siguientes remesas de material de los hospitales:

- Del Hospital Militar de Badajoz al de Melilla, 100 camas completas.
- Del Hospital Militar de Zaragoza al de Melilla, 100 camas completas.
- Del Hospital Militar de Burgos al de Melilla, 100 camas completas.
- Del Hospital Militar de Vitoria al de Melilla, 100 camas completas…”

El 25 de septiembre de 1909, durante los combates y ocupación de Tauima y Nador, el Doctor Gómez Ulla tomó parte en los mismos desde su puesto en el Cuerpo de Sanidad Militar. Por los méritos observados y su comportamiento, junto con los médicos primeros D. Diego Bru Gomis, D. Antonio Sánchez Reyes, D. Alberto Fumagallo Medina y el médico segundo D. Manuel Bastos Ansoral, recibieron la Cruz Roja al Mérito Militar sencilla.
Breve reseña de la caída del monte Tauima y ocupación de Nador, el 25 de septiembre de 1909

Las operaciones en la zona de Beni Sicar, fueron un éxito. El general D. José Marina Vega, tenía ahora tiempo, para ocuparse de las concentraciones rifeñas existentes en las zonas de Zeluán y de Beni-Bu-Ifrur. Reunió rápidamente y sin perder el tiempo un ejército para proseguir el avance que ya sería definitivo.

El 24 de septiembre de 1909, desplazó desde el Zoco del Arbaa al Pozo de Aograz (sudoeste de Mar Chica), a la Brigada del general D. Francisco Aguilera Egea, donde existían algunos pozos de agua. No encontró apenas hostilización por parte de la fuerza rifeña. Días antes, el 20 de septiembre, había sido desplazada a ese mismo punto, Pozo de Aograz, a la Brigada del general Orozco, donde levantó un campamento fortificado.

Reunida toda la fuerza, bajo el mando del general Orozco, el 25 de septiembre, partió la misma desde Pozo de Aograz, menos un batallón, descendiendo por la Mar Chica. Su objetivo, Tauima y Nador, siendo el primero, preferente sobre el segundo.

Toma del Monte Tauima

La fuerza mandada por el general Orozco, se dividió en dos columnas. La de la izquierda y la de la derecha. La primera, estaba mandada por el general Aguilera y estaba formada por el Regimiento del Rey, el Regimiento de León, tres escuadrones de Cazadores de María Cristina, y dos baterías de Artillería del Regimiento Montado.

La segunda columna, se hallaba bajo el mando del general Orozco. Partió 30 minutos después de que lo hiciera la anterior y, estaba formada por los Regimientos de León, Wad-Ras, Saboya núm. 6, tres escuadrones de Húsares de la Princesa y dos baterías de Artillería, siendo una de Montaña y la segunda que era la Primera batería de Artillería del Regimiento de Campaña.

La columna mandada por el general Aguilera marchaba inicialmente con dirección hacia Zeluán. Realmente, este sentido de marcha se realizó con la intención de engañar al enemigo ya que estos creyeron que se marchaba con intención de ocupar dicho punto. Los rifeños, “mordieron el anzuelo” y se corrieron en esa dirección. De los montes de Beni-Bu-Ifrur y de la llanura de Bu-Erg, se lanzaron al galope, centenares de jinetes e incontables infantes moros, con intención de proteger la Alcazaba de Zeluán. Su punto de concentración, era el Zoco de Telatra, el cual, era dominante en altura.

Los cañones “Scneider” que habían sido dispuestos en batería, rápidamente abrieron fuego sobre las concentraciones rifeñas, los cuales, también de manera rápida, emprendieron la retirada, hacia las alturas de Beni-Bu-Ifrur. El engaño, había tenido éxito y la brigada del general Aguilera, giró a la derecha, vadeó el Zeluán y prosiguió su avance en oblicuo. El camino al monte Tauima, estaba libre.

El enemigo, comprendió las intenciones españolas y replegó sobre Nador, concentrando allí gran número de jinetes y de infantes.

Durante esta marcha, la fuerza española hizo fuego a discreción atendiendo no obstante, al principio de economía de los medios, es decir, ahorrando munición. La Artillería, enmudeció inicialmente a la hora de haber hecho fuego por primera vez, para reiniciar de nuevo el cañoneo, sobre las diez horas de la mañana, contra los rifeños que huían por el lado izquierdo del Zeluán.

La columna, continuó su marcha sin dejar de disparar. La Artillería, cambió el objetivo, haciendo fuego sobre una colina llamada Tammert, la cual, era una elevación del terreno en medio de la llanura de Bu-Erg, ubicada entre las estribaciones de Beni-Bu-Ifrur y, la Mar Chica. Los moros, en breve tiempo, la desalojaron. Mientras, las compañías del flanco izquierdo de la columna, continuaban manteniendo vivo fuego con los rifeños.

El general, ordenó que la columna prosiguiera su avance. Los moros hostilizaban, siendo su principal objetivo, tres policías indígenas que marchaban en vanguardia y que eran, excelentes tiradores y que avanzaban, hacia la derecha del monte.

Cesó el fuego de la Artillería. La distancia que separaba a los españoles del monte Tauima, era de unos 500 metros y su defensa, cada vez era más débil. Sólo tiraban las guerrillas españolas. Uno de los policías mencionados, avanzó hasta la falda misma de Tauima, volviendo al rato y poniéndose en contacto con el general Aguilera.

El general Aguilera, ordenó el rápido avance de la vanguardia de su brigada, mientras eran protegidos por el fuego de las guerrillas. Dicha fuerza, va apoderándose de la posición, flanqueando por la izquierda, la primera compañía del segundo batallón del Regimiento del Rey, una sección de zapadores y, la tercera batería de Artillería del Regimiento Montado. A su vez y, por la derecha, lo hace un escuadrón de Cazadores de María Cristina que no tardó en coronar el monte.

Practicado un reconocimiento de casas, chumberas y otros accidentes del terreno, entre vivas a España y al Rey, Tauima había caído.



Sobre medio dia, llegaron las fuerzas mandadas por el general Orozco, que habían marchado casi sin novedad, siendo hostilizadas ligeramente por la retaguardia. La fuerza, vivaqueó en el lugar, siendo abastecida por un convoy que había partido por mar con agua y víveres, Las bajas españolas, habían sido de 6 heridos y algunos caballos muertos. La fuerza, había sido auxiliada en la observación del movimiento enemigo, por el globo “Reina Victoria”, el cual se había elevado sobre las 8 horas de la mañana en la restinga, informando de los movimientos enemigos a los combatientes.

Objetivo Nador

Ocupado ya el monte Tauima, ahora se tenía que marchar sobre Nador. Allí se habían concentrado numerosos efectivos enemigos. En Tauima, habían quedado de fuerza de guarnición, el Regimiento del Rey y, una batería de Artillería de Montaña. El resto de la columna, partió hacia Nador.

Descendieron de Tauima a la llanura, conservando la formación del día anterior. Al llegar a la llanura, desplegaron en orden de combate. Inicialmente, se practicó un reconocimiento amplio por los puestos y montes, para preparar el avance de la Infantería.
Los infantes, rompieron el fuego y fueron apoderándose de huertos hasta llegar a ocupar el poblado y estación de Nador.

El general Aguilera, atacó por el flanco derecho, mientras que Orozco hizo lo propio por el izquierdo. Mientras tanto, las baterías artilleras, tanto de la columna como desde los emplazamientos del Atalayón, y Sidi-Ahmet-El- Hach, bombardeaban con furia el monte, despejándolo de enemigos, los cuales, buscando refugio, llegaron hasta las lomas más altas del Gurugú. Los españoles, avanzaban arrasándolo todo, quemando casas y arboledas. Marchaba en cabeza, el Regimiento de León. Apoyaban el avance, los cañones “Schneider” del segundo montado, y el Escuadrón de Cazadores de María Cristina. Los del 38 de Línea, (León) y los escuadrones de Cazadores, llegaron a la falda del monte, los rifeños, ya lo habían abandonado.

A las cinco y media de la tarde, Nador había caído.

Hans Nicolás i Hungerbühler




DOCTOR GÓMEZ ULLA ( 2 )






1910. En Madrid

En 1910, se le concedía al Doctor D. Mariano Gómez Ulla, la Cruz Roja al Mérito Militar pensionada. Dicho acto de condecoración, quedó recogido en la prensa del momento, siendo galardonados otros médicos militares. La noticia se publicó en “La Correspondencia de España” del día 29 de abril de 1910 y decía textualmente, bajo el título “Homenaje a la medicina militar”:
“…Anoche se celebró en el salón de actos del Ateneo una solemne velada, un brillantísimo homenaje de admiración y gratitud al Cuerpo de Sanidad Militar, por sus progresos como rama de la Medicina y por su conducta en la guerra de Melilla.

El doctor Pulido, médico ilustre, gloria de la tribuna, del libro y de las redacciones profesionales y (¿……?), leyó un hermoso discurso rindiendo el cumplido honor de la organización del acto a la Medicina civil que orgulloso se mantuvo en su indiscutible puesto de presidente del Colegio.
A continuación el Sr. Canalejas hizo entrega entre grandísimos aplausos, de algunas condecoraciones concedidas a los señores siguientes:

Sanidad Milita.

Médico primero D. Miguel Moreno López, Placa de María Cristina.
Médico primero D. José Andújar Solana, Placa de María Cristina.

Sanidad de la Armada

Subinspector de tercera clase D. Rogelio Moreno Rey, Cruz de tercera clase del Mérito Naval con distintivo blanco.

Sanidad Milita. (Médicos colegiados en Madrid

D. Francisco Huguet Lostao, Cruz Roja del Mérito Militar de primera clase, pensionada.
D. Justo Carmena Ruíz, Cruz Roja del Mérito Militar de primera clase, pensionada.
D. Víctor Guerrero y Díaz de Ulzurrún, Cruz Roja del Mérito Militar de primera clase, pensionada.
D. Nemesio Agudo de Nicolás, Cruz Roja del Mérito Militar de primera clase, pensionada.
D. Alberto Fumagallo Medina, Cruz Roja del Mérito Militar de primera clase, pensionada.
D. Mariano Gómez Ulla, Cruz Roja del Mérito Militar de primera clase, pensionada.
D. José Palanca y Martínez-Fortún, Cruz Roja del Mérito Militar de primera clase, pensionada.
D. Juan Rivaud Ballesteros, Cruz Roja del Mérito Militar de primera clase, sencilla.
D. Antonio Sánchez Reyes, Cruz Roja del Mérito Militar, de primera clase, sencilla.
D. Heliodoro Palacios Salto, Cruz Roja del Mérito, de primera clase, sencilla.

Sanidad de la Armada

Médico mayor D. Enrique Navarro Ortiz, Cruz de segunda clase del Mérito Naval.
D. Francisco Maranges del Valle, Placa de María Cristina.

Esta última honrosa condecoración, ofrendada por el Colegio de Médicos, ofreció la particularidad de haber sido donada por el doctor D. Antonio Espina y Capo, y ser la misma que llevó en el pecho su padre, el distinguido médico de Sanidad de la Armada D. Pedro Espina. Rasgo tan hermoso del eminente decano del Hospital Provincial, fue acogido con extraordinaria simpatía.

Larra y Cerezo, maestro en lides periodísticas, leyó a continuación unas brillantes cuartillas en representación de la Prensa profesional y diaria; Ruíz Albéniz describió en sentidos párrafos el día glorioso de la batalla de Taxdirt, y en representación de sus respectivos Cuerpos leyeron también breves discursos los doctores Altayó y Fernández Caro.

El general Tovar dijo igualmente algunas palabras en nombre del ministro de la Guerra, y los Sres. Arias de Miranda y Canalejas pronunciaron, por último, dos elocuentísimos discursos, enalteciendo el acto y exaltando aquel augusto ministerio de la Medicina, que tiene su más sublime desempeño en los campos de batalla.
El doctor Pulido fue felicitadísimo por el buen éxito de la velada…”

Esta misma noticia, quedaba recogida de esta forma en el rotativo madrileño “El Imparcial” del 29 de abril de 1910, bajo el título “Homenaje al Cuerpo de Sanidad Militar”, diciendo (textualmente):

“…La hermosa iniciativa del Colegio de Médicos de Madrid, al obsequiar al Cuerpo médico castrense , que tan heroicos servicios prestó al Ejército y a la patria en la última campaña de Melilla, con las condecoraciones que el gobierno ha otorgado , tuvo lugar anoche en el salón de actos del Ateneo.

Presidió el Sr. Canalejas. A su derecha estaban el capitán general Sr. Azcárraga, el general Ríos, el general Tovar, en representación del señor ministro de la Guerra y los señores Altayó, Larra y Cerezo, jefes del Cuerpo de Sanidad Militar. A la izquierda del señor Canalejas figuraban el señor ministro de Marina, el doctor Pulido, el Sr. Fernández Caro, el Sr. Francos Rodríguez y el Sr. Ruíz Albéniz, que tanto sobresalió en la campaña como facultativo y como corresponsal experto.

La solemnidad dio principio con discurso muy elocuente del doctor Pulido, en la cual encareció la misión del médico en la sociedad civil, y muy particularmente en los campos de batalla.
El doctor Pulido tuvo palabras sentidísimas para los héroes vivos y muertos, que asistieron a los soldados en los días más luctuosos de la campaña.
Después e doctor Pulido fue llamando a la presidencia a los médicos primeros premiados con la cruz de primera clase de María Cristina, Sres. Moreno López (D. Miguel), Andújar Solana (D. José) y Maranges del Valle (D. Francisco).

Recibieron de manos del Sr. Canalejas la cruz roja de primera clase del Mérito Militar pensionada los Sres. D. Miguel García Rodrigo, D. Clemente Herranz Lamielo, don Santos Rubiano y Herrero, D. Francisco Maranges del Valle, D. Francisco Uguet Lostao, D. Justo Carmena Ruíz, D. Quintín Aracorna y Álava, D. Germán Sorní Peset, D. Gustavo Prieto Muñoz, D. Carlos Gómez Moreno Martínez, D. José Picó Pamies, D. Víctor Herrero y Díez Ulzurrún, D. Virgilio Hernando Quecedo, D. Benajmín Tamayo Santos, don Elíseo Rodríguez Sayans, D. Manuel García Sánchez, D. Vicente Vidal Frenero, D. Nemesio Agudo Nicolás, D. Alberto Fumagallo Medina y D. Mariano Gómez Ulla. Todos fueron aplaudidísmos al recibir las merecidas recompensas.

El Sr. Larra y Cerezo, como representante de la Prensa del Cuerpo de Sanidad, leyó un breve discurso de gracias por el honor que todos sus compañeros recibían de los médicos civiles.

Fueron muy notables, por lo bien sentidas y por la modestia que en él revelaron las palabras del Sr. Ruíz Albéniz, a quien el Cuerpo de Sanidad Militar ha dedicado un álbum firmado por todos los jefes y oficiales, en recompensa de sus valerosos servicios.

Los discursos de los Sres. Altayó. Inspector de la primera región, y Fernández Caro, jefe superior de Sanidad militar, fueron muy notables y celebrados. En uno y otro resplandeció el sentimiento de fraternidad entre los médicos civiles y militares. Las palabras de ambos señores interpretaron fielmente el espíritu de los oyentes, entre quienes figuraban todos los jefes y oficiales del Cuerpo residentes en Madrid.

Después de unas concisas expresiones del Sr. Arias de Miranda, ministro de Marina, habló el presidente del Consejo.

Dijo el Sr. Canalejas que S.M. el rey se asociaba al acto que se celebraba. Recordó los hermosos trabajos de los médicos en nuestra última guerra colonial, que tuvo ocasión de ver y admirar sobre el terreno. Significó su amor al Ejército y exaltó la idea de Patria. Enalteció los merecimientos insignes que asisten al Cuerpo de Sanidad, felicitándose de su confraternidad completa con el de Sanidad civil, y también de la armonía e identificación del Ejército con las otras categorías sociales, que consideró como un deber ineludible para el acrecentamiento de la prosperidad nacional. El Sr. Canalejas fue muy aplaudido.

El auditorio que llenaba literalmente el salón y en el que figuraban muchas damas, salió complacidísimo de la velada…”

Ese 29 de abril de 1910, con motivo del homenaje recibido por los Cuerpos de Sanidad Militar del Ejército y de la Armada y de las condecoraciones otorgadas, referidas anteriormente, en el Palacio de Exposiciones del Retiro de Madrid al que asistieron 450 comensales, entre otros el médico primero D. Mariano Gómez Ulla, el cual ocupó puesto en la mesa de honor junto a sus compañeros condecorados, fueron agasajados con un banquete.

1911, final de la comisión desempeñada y regreso a su destino en plantilla

En 1911, cesó el doctor Gómez Ulla en la comisión que desempeñaba en la ambulancia de montaña afecta a la primera división expedicionaria, debiendo de regresar a su destino e incorporarse en plantilla.. Dicho cese, quedó recogido así en prensa, el 9 de febrero de 1911:

“…Baja.-La causa en el servicio activo el médico provisonal D. Félix Zapatero y Pérez.
Destinos.- Se ha dispuesto que los médicos primeros D. Gustavo Prieto Muñoz, D. Alberto Conradi Rodríguez, D. Ramiro Torreira y Martínez, D. Manuel Romero García, D. Mariano Navarro Moya, D. León Romero Corral y D. Eduardo Zuazua Gaztetu, continuen en Ceuta hasta que se incorporen sus relevos desempeñando los servicios que les estaban encomendados.

También se ha dispuesto que los médicos primeros D. Mariano Gómez Ulla, del Hospital Madrid-Carabanchel y D. Eduardo Sánchez Vega y Malo, de la plana mayor de la brigada de tropas de dicho Cuerpo, y al médico segundo D. Alberto Blanco Rodríguez de la Clínica de urgencia de esta corte, cesen en las comisiones que desempeñan, respectivamente, en las ambulancias de montaña afectas a la primera, tercera y segunda divisiones expedicionarias y se incorporen a sus destinos de plantilla…”

1913, Tribunal examinador

En 1913, formó parte el médico primero del Hospital de Madrid-Carabanchel, D. Mariano Gómez Ulla, de un tribunal examinador, presidido por el general de la 1ª brigada de la 4ª división de Caballería, D. José Fernández de la Puente. Se examinaba a aquellos sargentos que quisieran optar al ascenso a oficiales (2º teniente de la escala de reserva, que era la asignada a los suboficiales de entonces que quisieran optar al empleo de oficial). Los exámenes, eran anunciados para el día 1º de septiembre a las 09:30 horas y en día sucesivos, avisándose de la próxima convocatoria de exámen, la víspera del mismo. Estas pruebas, se hicieron en el local de la Biblioteca del ministerio de la Guerra.

1915, fallece su esposa doña Elisa Salinas de Gómez Ulla

Mientras el médico primero D. Mariano Gómez Ulla, se encontraba de comisión en el extranjero, falleció en Madrid, lugar donde fue enterrada, su esposa, doña Elisa Salinas de Gómez Ulla.

1916, una visita al frente francés, durante la 1ª guerra mundial. “La Gran Guerra”

El 27 de noviembre de 1916, en el Ateneo de Madrid, se celebraba una sesión científica de esa Corporación. La charla, corría a cargo del Doctor Gómez Ulla, y versaba, sobre los “Servicios Sanitarios en la guerra actual”, dimanante de una visita que había hecho al frente francés durante la guerra que se estaba desarrollando en Europa.

1917. Médico mayor

El 4 de agosto de 1917, se publicaba en “La Correspondencia Militar”, el ascenso a Médico Mayor, del Médico Primero D. Mariano Gómez Ulla. Los ascensos publicados, fueron los siguientes:

A Subinspectores médicos de primera.

Subinspector médico de segunda D. Eustasio González Velasco.
Subinspector médico de segunda D. José Salvat.
Subinspector médico de segunda D. Juan Valdivia.

A Subinspectores médicos de segunda.

Médico mayor D. Justo Muñoz.
Médico mayor D. Diego Naranjo.
Médico mayor D. Cándido Navarro.

A Médicos mayores.

Médico primero D. Francisco López Elizagaray.
Médico primero D. Paulino Paredes.
Médico primero D. Mariano Gómez Ulla.

A Médicos primeros.

Médico segundo D. Salvador Vicente Estevez.
Médico segundo D. José Gamir.
Médico segundo D. Juan Martín Rocha.

El 22 de agosto de 1917, se publicaba también en “La Correspondencia Militar” los que habían tenido la clasificación de “Apto” para el ascenso, una serie de médicos militares entre los que se encontraba el ya Médico Mayor D. Mariano Gómez Ulla y, los destinos a los que se les designaba, informándonos en algún caso, de donde se encontraban en ese momento, hallándose Gómez Ulla, de comisión en el extranjero. Estos médicos eran:

“…Sanidad Militar.

Clasificaciones.- Aptos para el ascenso cuando la antigüedad les corresponda, los subinspectores médicos de primera clase, D. Joaquín Gamir, D. Ramón Sáez y D. Enrique Feyto.

Destinos:

Médico primero D. Heliodoro del Castillo, a Vocal interino de la comisión mixta de Cuenca.
Subinspector médico de primera clase D. Fidel Lombana, a Jefe de Sanidad Militar de la Comandancia General de Ceuta-Tetuán.
Subinspector médico de primera clase D. Eustasio González Velasco, a Jefe de Sanidad Militar de Tenerife y, director del hospital.
Subinspector médico de primera clase D. José Salvat, a Jefe de Sanidad Militar de la octava región y director del Hospital de La Coruña.
Subinspector médico de primera clase D. Juan Valdivia, a excedente de la primera región.
Subinspector médico de primera clase D. Federico Parreño, al Hospital de Granada, como director.
Subinspector médico de segunda clase D. Rodrigo Moya, a la asistencia de plana mayor de la Capitanía General de la quinta región y, Subinspección.
Subinspector médico de segunda clase D. Justo Muñoz García, al Hospital de Santa Cruz de Tenerife
Subinspector médico de segunda clase D. Diego Naranjo, al Hospital de Vitoria.
Subinspector médico de segunda clase D. Ignacio Galo, al Hospital de Tarragona como director.
Subinspector médico de segunda clase D. Enrique Solano, al Hospital de Zaragoza.
Subinspector médico de segunda clase D. Cándido Navarro, al Hospital de Sevilla.

Médico mayor D. Mariano Gómez Ulla, en comisión en el extranjero, al Hospital de Madrid-Carabanchel, continuando en dicha comisión.
Médico mayor D. Virgilio Hernando Quevedo, a excedente en la primera región, y en comisión a la Comandancia Laboratorio (¿……..?) y Biblioteca de Ingenieros de Madrid.
Médico mayor D. José Andújar, al Colegio de Huérfanos de la guerra.
Médico mayor D. Carlos Vilaplana, en comisión en el extranjero, a la Academia de Ingenieros, continuando en la referida comisión.
Médico mayor D. Pedro Bouthelier, en comisión, en curso de bacteriología en esta corte, al Hospital de Algeciras como director, continuando en el referido curso.
Médico mayor D. Paulino Paredes, a excedente en la cuarta región.
Médico mayor D. Lorenzo Puncel, al Hospital de Cádiz.
Médico mayor D. Francisco López Elizagaray, a excedente en la primera región.

Médico primero D. Pedro Sainz García, al Regimiento de Artillería pesada.
Médico primero D. Enrique Ayuso, a las Comandancias de Artillería y de Ingenieros de Cartagena.
Médico primero D. Gonzalo López Rodrigo, al primer batallón del Regimiento de Infantería de Alcántara.
Médico primero D. Ángel Capa, al segundo batallón del Regimiento de Infantería de la Reina, en plaza de segundo, incorporándose sin esperar su relevo.
Médico primero D. Mariano Anfruas, al batallón de Cazadores de Estella.
Médico primero D. Fermín Palma, al cuarto Establecimiento de Remonta.
Médico primero D. Eduardo Villegas, al Regimiento de Infantería de Palma.
Médico primero D. Juan Martín Rocha, al batallón de Cazadores de Ciudad Rodrigo.
Médico primero D. José Gamir, al Hospital de Larache.
Médico primero D. Salvador Vicente Estévez, a secretario de la Jefatura de Sanidad Militar de Tenerife.
Médico primero D. Heliodoro del Castillo, al Regimiento de Infantería de Vizcaya.

Médico segundo D. José Javar, al segundo batallón del Regimiento de Infantería de Tetuán.
Médico segundo D. Fernando López Loza, a la sexta compañía de la brigada de tropas del Cuerpo.
Médico segundo D. José Buera, al segundo batallón del Regimiento de Infantería del Rey.
Médico segundo D. José Espina, al segundo batallón del Regimiento de Luchana.
Médico segundo D. Ricardo Villanueva, a la sexta compañía de la brigada de tropas del Cuerpo en comisión, por necesidades del servicio, y sin causar baja en su actual destino.
Médico segundo D. José Cuesta, al Hospital de Larache.
Médico segundo D. Porfirio Garilleti, al Hospital de Alcazarquivir.
Médico segundo D. José Torres, a la Comandancia General de Larache para consultorios.
Médico segundo D. Alberto Leyva, al segundo batallón del Regimiento de Serrallo.
Médico segundo D. Ángel Rincón, a la brigada de tropas del Cuerpo en Madrid.
Médico segundo D. Heriberto Villalobos, a los grupos de Hospitales de Ceuta.
Médico segundo D. Fernando Plaza, al segundo batallón del Regimiento de Infantería de la Princesa.
Médico segundo D. Antonio García Pantaleón, a los grupos de Hospitales de Ceuta.
Médico segundo D. Juan Pérez Ruíz, al segundo batallón del Regimiento de Otumba.
Médico segundo D. Antonio Crespo, al segundo batallón del Regimiento de Infantería de Toledo.
Médico segundo D. Juan Chaguaceda, al Regimiento de Ferrocarriles.
Médico segundo D. Cecilio Fariñas, a la Compañía Mixta de Sanidad de Melilla.
Médico segundo D. Rafael Castelo, a las tropas afectas al Servicio de Aerostación de Madrid por necesidades del servicio.
Médico segundo D. Mariano Grañó, al Hospital de Urgencia de esta corte, por necesidades del servicio.

Médico provisional D. Félix Vegué, a la Academia de Ingenieros.
Médico provisional D. Francisco revuelta, al segundo batallón del Regimiento de Infantería de Extremadura.
Médico provisional D. Rogelio Baixau, al primer batallón de Infantería de Sevilla.
Médico provisional D. Juan Segura, al segundo batallón del Regimiento de América.
Médico provisional D. Ángel Rodríguez Guerra, al primer batallón del Regimiento de Infantería de Burgos.
Médico provisional D. Manuel Guallart, al segundo batallón del Regimiento de Infantería de San Quintín.
Médico provisional D. Antonio Gijón, al segundo batallón del Regimiento de Infantería de La Lealtad.
Médico provisional D. Sinforiano Vierna, a talleres de material de Ingenieros.

Se concedía real licencia por matrimonio, al médico segundo D. Vicente Vilar para casarse con doña Josefa de la Peña. En “La Correspondencia Militar” del día 4 de agosto, también se había anunciado concesión de real licencia para contraer matrimonio, al médico segundo D. César Merás, para casarse con doña Manuela Cambronero.

1914 – 1918. Organizador de equipos quirúrgicos

Entre otras cosas, fue durante la gran guerra de 1914-18, organizador de los equipos quirúrgicos. En 1916, había visitado el frente francés de donde dio como ya se ha citado, una charla en el Ateneo madrileño, titulada “Servicios Sanitarios en la guerra actual.

1920. Real Audiencia

En enero de 1920, el doctor D. Mariano Gómez Ulla, ahora ya con grado equivalente al de Médico mayor que era el de comandante médico, fue recibido en Real Audiencia Militar, por S.M. El Rey D. Alfonso XIII, en presencia del Capitán General de la región junto a otros jefes y oficiales.

1921. Regreso a Melilla

El 3 de septiembre el comandante médico D. Mariano Gómez Ulla, regresaba a Melilla, lo hacía en calidad de Inspector General de los Servicios de Sanidad de África, habiendo ya destacado notablemente como cirujano militar. Había formado 7 equipos con los 14 mejores cirujanos militares del momento. En Sevilla y Málaga, debía de organizar los Hospitales de evacuación de heridos procedentes de Melilla y, en Cádiz y Algeciras, para los procedentes de Larache y Tetuán. Debía también de organizar y montar, los servicios de ambulancia y trenes sanitarios.

Mientras estuvo en Sevilla, presentó en Madrid al ministro, un proyecto para la construcción de un Hospital de Sangre en el antiguo Convento de San Jacinto, en el barrio de Triana.

El 9 de enero de 1921, se daba la noticia en el periódico “La Época”, de la llegada del comandante médico Gómez Ulla a Melilla junto con el Inspector de Sanidad Sr. Valdivia. Gómez Ulla, iba ya a practicar algunas intervenciones quirúrgicas catalogadas como difíciles.

1922. Muerte del teniente coronel González Tablas. Homenaje en Madrid

En los meses de febrero y de junio, el Rey, volvía a recibir en Real audiencia al Doctor Gómez Ulla.

El doctor Gómez Ulla, operó al teniente coronel D. Santiago González Tablas y García Herrero, herido de gravedad al recibir un balazo en el vientre. El proyectil, había destrozado el bazo y atravesado el vientre, todo y los esfuerzos del comandante médico D. Mariano Gómez Ulla, no pudieron salvar la vida de González Tablas. De estos hechos, se daba nota en la prensa del 15 de mayo de 1922, de la siguiente forma, bajo el título “…Detalles de la muerte de González Tablas…”

“…Por telegramas y radiogramas se han recibido importantes detalles sobre la muerte del heroico teniente coronel González Tablas. El jefe de las fuerzas Regulares fue herido cuando al mando de los suyos libraba rudísimo combate con un núcleo numeroso de enemigos en las proximidades de Tazaret. Era el momento más peligroso de la jornada.

González Tablas mandaba, como siempre las fuerzas de choque de la columna Serrano, formadas por los Regulares indígenas. Después de tomado el poblado de Tazarut, los contingentes de El Raisuni atacaron rudamente a la columna Serrano.
Entonces las tropas de Regulares retrocedieron, y hubieran emprendió precipitada fuga, determinando un desastre fatal para nuestras tropas, si la oficialidad con el teniente coronel González Tablas a la cabeza, no se hubiera lanzado contra los kabileños para dar ejemplo a los Regulares y hacerles resistir la embestida de los partidarios de El Raisuni.

Las tropas indígenas, enardecidas ante el heroísmo de su jefe, resistieron y por un momento salvaron la situación; pero al atacar de nuevo los kabileños, por segunda vez vacilaron ante aquella avalancha de fuego, que sembraba la muerte entre las filas de los amigos de España.

González Tablas y la oficialidad repitieron la heroicidad, y jugándose la vida en un último esfuerzo, trataron de hacer frente al enemigo. En aquel momento eran las diez de la mañana, cuando González Tablas arengaba a los soldados, una certera bala atravesó el vientre del valeroso jefe, y éste se desplomó, mortalmente herido.
Algunos de los suyos lo recogieron inmediatamente, trasladándolo a retaguardia. Como la gravedad de las heridas reclamasen una arriesgada intervención quirúrgica, el Sr. González Tablas, con las debidas precauciones, fue trasladado al hospital de urgencia más inmediato.

Inmediatamente los facultativos que le asistieron estimaron que era de toda urgencia la práctica de un operación para extraer el proyectil que tenia alojado en el vientre. El estado del herido se agravó considerablemente. El doctor Gómez Ulla reconoció la herida y se dispuso a operarle.

La bala le había destrozado el bazo y perforado el estómago. No pudo conseguirse que recobrara el conocimiento y falleció a las nueve de la mañana siguiente…”

Recibía el 25 de junio de 1922, en el Hotel Palace, de Madrid, un homenaje a iniciativa de la Casa de Galicia, en reconocimiento por la gran labor prestada en Marruecos. De dicho banquete en homenaje al ilustre médico militar, se hizo eco en la prensa, publicándose en “La Correspondencia de España” del día 26 de junio lo siguiente, bajo el título “..: Cuerpo de Sanidad Militar, Homenaje el doctor Gómez Ulla…”

“… Ayer tarde, a la una y media, se celebró en el Palace Hotel el banquete organizado por el Centro Gallego de Madrid en honor del eminente médico militar, jefe de los equipos quirúrgicos de África, D. Mariano Gómez Ulla.

Al acto, que resultó una fiesta hermosa, emocionante, asistió brillante representación de las ciencias, de las artes, del Ejército, de la política, para rendir un tributo de admiración al hombre sabio, bueno, cariñoso, que con su ciencia ha salvado de la muerte muchos cientos de vidas de soldados heridos en las ingratas tierras del Rif.
Ofreció el banquete el ilustre doctor D. Jacobo Elizagaray, en nombre de la Casa de Galicia, el cual pronunció un notable discurso ensalzando los extraordinarios méritos del agasajado. Dio lectura a un escrito que circulaba por el Ejército de Marruecos, en el cual, como testimonio de agradecimiento a los grandes servicios prestados en el campo de batalla por el doctor Gómez, debe fundar el Estado un Hospital que lleve su nombre. Esta iniciativa fue acogida por los selecta concurrencia con grades aplausos.
Habló después el presidente del Centro Gallego, marqués de Leis, proponiendo que solicite para el doctor Gómez Ulla la Gran Cruz de Beneficencia.

Discurso de Vázquez Mella

Después, el gran orador D. Juan Vázquez de Mella pronunció un bellísimo discurso elogiando los sabios que ha producido la gloriosa Universidad compostelana, entre los cuales ha salido el notabilísimo cirujano militar.
Con arrebatadora elocuencia entonó un himno a la raza hispana, que a pesar de tener un Estado decadente, soporta y afronta las más grandes visicitudes con admirable patriotismo. Las últimas palabras del insigne orador fueron ahogadas con una ovación estruendosa.

Otros discursos.

En nombre de la Prensa de África dijo unas sentídisimas palabras de afecto, cariño y admiración el distinguido médico y periodista D. Víctor Ruíz Albéniz, manifestando que tenía el encargo de los regulares y legionarios de Ceuta de adherirse al homenaje que se estaba celebrando.

El general jefe de los servicios sanitarios de Marruecos, D. Federico de Urquidi glosó la brillante historia militar del doctor Gómez Ulla. El coronel Plaza, director del Hospital Militar de Carabanchel, manifestó que llevaba el encargo del personal médico, enfermos, hermanos de la Caridad y personal administrativo de abrazar al comandante médico Gómez Ulla. También pronunció unas elocuentes palabras el abogado Sr. Doval, agradeciendo, en nombre del Cuerpo de Sanidad Militar, la manifestación de simpatía que se celebraba elogiando los méritos de uno de sus miembros.

Entre aplausos y vivas se levantó el festejado, para dar las gracias, y con honda emoción dedicó el homenaje a todos los jefes de equipos quirúrgicos, que tan dignamente cumplen con su deber y que son los verdaderos merecedores de todo género de alabanzas.

Ensalzó su amor al Ejército, diciendo que es un médico militar por verdadera vocación y negó que él posea los altos merecimientos que se le señalaban, creyendo que estas manifestaciones de sus compañeros, amigos y paisanos, nacen del cariño que le profesan.
Por última, dedicó un sentido recuerdo a su venerable madre, a la que se acordó enviar un telegrama a Santiago de Compostela. El ilustre doctor Gómez Ulla fue ovacionado constantemente durante su discurso.

La concurrencia fue muy numerosa. En la mesa presidencial estuvieron sentados los ex ministros marqués de Figueroa, vizconde de Eza, Wais, y D. Leonardo Rodríguez, el alcalde de Madrid, los generales Aizpuru, Aguilera, marqués de Cavalcanti, Urquidi, Valdivia, D. Justo Martínez y Saro; el marqués de Leis; el director general de Sanidad, señor Martín Salazar; el arquitecto D. Antonio Palacios; el director del Museo del Prado, señor Álvarez de Sotomayor; el decano de la Facultad de Medicina Sr. Recasens y los señores Camino, Casares (D. José), Vades Failde, Millán Astray, Goyanes, Varela, Radio, Rodríguez Viguri, Aguilar (D. Florestián), Plaza, Bastos, Pagés, Elizagaray (D. Jacobo), Varela (D. Ricardo), Llorens y Ortega Morejón (D. José).

Entre los asistentes estaban los doctores Villa (D. Julián), Masfarré, Valderrama, Picó, Sánchez Covisa (D. José y D. Isidro), Meranges, Gómez Herrero, Arquellada, Juarros, Verdes, Montenegro, Alabern, Pastor Hoyos, Soler (D. Luís) y muchos más que sentimos no recordar, entre los cuales había varios jefes y oficiales de las distintas armas del ejército.

Se leyeron adhesiones del marqués de Alhucemas, conde de Bugallal, general Marzo, jefe de los legionarios teniente coronel Millán Astray y muchas más, que por ser tan numerosas no recordamos…”

También y por acuerdo en la Junta celebrada por los catedráticos de la Facultad de Medicina de Santiago de Compostela, se envió al doctor Gómez Ulla, un mensaje de saludo y felicitación, recordándolo colmo alumno de la misma que fue.

El 20 de diciembre de 1922, se anunciaba que el comandante médico D. mariano Gómez Ulla, cesaba en el cargo de cirujano consultor, por haber desaparecido las causas que motivaron ese nombramiento.

1923. Vida social, pacientes ilustres

En enero y en octubre de 1923, el comandante médico D. Mariano Gómez Ulla, vuelve a ser recibido por S.M. el Rey D. Alfonso XIII, en palacio. En octubre de ese año, asiste como invitado a un banquete celebrado en el “Palace Hotel”, dado por el embajador italiano, marqués Pauiucci di Calboli y en el cual, obsequiaba a los delegados españoles que intervinieron en las negociaciones para el tratado de comercio entre España e Italia y, al que concurrió el Presidente del Directorio. En febrero de ese año, también había operado al ilustre orador Vázquez de Mella, de una dolencia que sufría en su pie derecho con éxito, todo y que la convalecencia, iba a ser larga. Finalmente y por problemas presentados por infección, el pie tuvo que ser amputado, efectuando la operación los doctores Gómez Ulla y Herreros La misma, tuvo lugar en agosto de 1924.

1924. En Tetuán. El capitán D. Ramón Ochando y Serrano

En enero de 1924, volvía de nuevo a ser recibido por el Rey D. Alfonso XIII.

El doctor Bustos, daba una conferencia en la Real Academia de Medicina, sobre 11 de mayo de 1924. La misma, versaba sobre “Los resultados de la cirugía de la rehabilitación en los inválidos de guerra españoles”. En la conferencia, resaltó las nuevas orientaciones y rehabilitaciones llevadas a cabo por el cirujano militar D. Mariano Gómez Ulla, el cual había aplicado a todos sus pacientes, el “aparato del doctor Sanerbruch”, con el cual, los inválidos, se podían manejar perfectamente.

En octubre de 1924, localizamos al doctor Gómez Ulla en Tetuán, ya que según una nota de prensa del 14 de octubre de 1924, le sitúa en esa plaza militar, asistiendo a un aviador español herido en combate, el capitán Ochando. Dicha nota, publicada en el diario “Siglo Futuro”, decía así (textual):

“…El capitán Ochando. Tetuán 13.- El capitán Ochando herido en los días pasados en la zona de Larache, ha fallecido. El finado ocupaba un aparato tripulado por Spencer, y en el momento de descender, con objeto de defender una columna atacada, recibió un disparo en el muslo, de abajo arriba, que le causó una herida longitudinal. El capitán Ochando, a pesar del accidente, arrojó 20 bombas que había dispuestas en el aparato. Cumplida su misión regresó el aparato a Tetuán, a donde Ochando llegó desmayado por efecto de la hemorragia siendo operado por el doctor Gómez Ulla. El capitán Ochando, por su heroico comportamiento, está propuesto para la cruz de los valientes: para la laureada de San Fernando…”

Nota sacada del trabajo “Alto y Clarowww”, galería de Laureados de 1924, y referente a D. Ramón Ochando y Serrano, para hacernos una pequeña idea del estado en que arribó el capitán Ochando, a manos del doctor Gómez Ulla ya que probablemente, el balazo recibido, le habría alcanzado las arterias femoral o iliaca.:

“…El día 26 de septiembre de 1924, el capitán de Estado Mayor D. Ramón Ochando y Serrano tripulaba como observador jefe de equipo el aparato “Napier 63”, que formaba parte de la escuadrilla de protección de la columna de Zoco El Jemis de la zona de Larache, encargada de la retirada de las posiciones de Tahar Berda y García Acero, con la misión de reconocimiento y bombardeo. Para ser más eficaz la realizó a reducida altura y, no obstante haber sido herido gravemente al terminar el reconocimiento, antes de comenzar el bombardeo, por disparo del enemigo atrincherado en la proximidad de la última de las citadas posiciones, se opuso con elevado espíritu a regresar a la base. A pesar de la intensa hemorragia que sufría, continuó el bombardeo hasta arrojar el total de la dotación que llevaba en el aparato, regresando al aeródromo de Tetuán, terminando por completo su cometido y donde, al ser reconocido en el hospital de la referida plaza, quedó hospitalizado, falleciendo el día 12 de octubre del mes siguiente…”

Hans Nicolás i Hungerbühler

DOCTOR GÓMEZ ULLA ( y 3 )





1925. “Hospitales Gómez Ulla”

En junio de ese año, fue nombrado Gentil hombre de Cámara de S.M. el Rey D. Alfonso XIII con ejercicio y servidumbre. Ese año, figuraron entre sus pacientes, el comandante de la harca Agustín Muñoz Grandes que se hallaba hospitalizado en Carabanchel (diciembre de 1925) ,y el coronel José María Millán-Astray y Terreros operando a este último, una vez ya se le hubo amputado el brazo en marzo de 1925.. Formó parte el doctor Gómez Ulla, de la remodelación de los servicios municipales de sanidad, del ayuntamiento de Madrid, concretamente en el servicio domiciliario de urgencia y en la Clínica Central quirúrgica de la Casa de Socorro.

La intervención del doctor Gómez Ulla, fue decisiva durante la Campaña de Marruecos en el año 1909, el período de 1921 al 23 y de 1924 al 25. Será en el segundo período donde se inaugurarán los hospitales transportables, primero a lomo de mulos y después en vehículos. A estos hospitales, se les llamó “Hospitales Gómez Ulla”. Dada su transportabilidad, permitían el poder atender a los heridos en los combates en primera línea de fuego cosa que permitió a su vez una reducción considerable de la morbi-mortalidad de los heridos. Más tarde, entre los años 1924 y 25 el punto culminante de los mismos y de la campaña, fue el desembarco de Alhucemas, se coordinó la evacuación de los heridos desde los “hospitalillos de campaña” a los buques hospital para trasladarlos posteriormente a la península.

Prueba de ellos, es una nota publicada en el diario “La Época” de fecha 26 de marzo de 1925, en la cual se daba a conocer en lo que a organización militar concernía en Marruecos y a su cuadro, entre otras armas y servicios, lo que a Sanidad Militar interesaba era (textualmente):

“…El “Diario Oficial del Ministerio de la Guerra” publica hoy el nuevo cuadro orgánico del Ejército de España en África. Las reglas a las que ha de ajustarse este cuadro son las siguientes…”

“…Comandancia General de Ceuta, Zona de Ceuta-Tetuán (entre otras). Sanidad Militar.- Una Comandancia de tropas, con una compañía de plaza, una de montaña, una rodada (una sección de coches Lohner y una automóvil, una sección de hospital móvil (Gómez Ulla) con 100 camas y una de higiene y desinfección…”

En los buques hospital, si la situación lo requería también se llevaban a cabo intervenciones quirúrgicas como una de las que llevó a cabo Gómez Ulla en el buque-hospital “Villarreal”, el cual arribó al puerto de Melilla procedente de Alhucemas en la madrugada del día 14 de septiembre de 1925, transportando heridos y enfermos en su inmensa mayoría indígenas. En ese barco, operaba Gómez Ulla el cual comentó que del mal estado de la mar, había de sujetarse a las camillas de los enfermos para no caerse.

Ese año, también atendía al Infante D. Fernando, a consecuencia de un accidente de automóvil, cosa que quedó recogida en la forma siguiente en la prensa del día 24 de julio de 1925, bajo el título “…El Infante Don Fernando…”. Inicialmente, no se le dieron importancia a las lesiones, hasta que Gómez Ulla, una vez reconocido al paciente dictaminó que eran más importantes de lo que parecían (textual):

“…Se encuentra casi restablecido de las lesiones que sufrió en un reciente accidente de automóvil S.A.R. el Infante Don Fernando. Estas lesiones tuvieron mayor importancia en los que se creyó en primer momento. S.A. sólo presentaba, en la apariencia, una fuerte contusión en la pierna y otra en la cara, ambas sin importancia, por lo cual el infante, a los dos días, encontrándose bien, comenzó a hacer su vida ordinaria, asistiendo a su despacho de la Dirección general de Cría Caballar en el Ministerio de la Guerra.

Después de algunos días, S.A. comenzó a sentir gran molestia en el costado derecho, fuertes dolores de cabeza y malestar general. Reconocido por el doctor Gómez Ulla, y practicada una radiografía en el sitio en que el Infante sentía la molestia, se pudo apreciar que la causa que la determinaba eran que estaban fracturadas dos costillas. Inmediatamente el doctor Gómez Ulla procedió a vendar a S.A.,y dispuso que guardara absoluta quietud en la cama.

La operación se ha verificado normalmente; ayer pudo abandonar el lecho el infante, y dentro de muy pocos días podrá reanudar su vida ordinaria.
El Infante Don Fernando, con su esposa, la Duquesa de Talavera, y sus hijos, tenían proyectado su viaje a San Juan de la Luz para pasar allí el verano; pero, por ahora, está aplazado, por hallarse delicada de salud, a causa de un fuerte catarro, la Infantita doña María de las Mercedes…”

Ídem para la zona de Larache

El 12 de octubre de 1925, regresaba a Madrid procedente de Alhucemas lugar al que acudió rápidamente al enterarse de las operaciones militares que se iban a llevar a cabo y donde prestó el comandante médico D. Mariano Gómez Ulla, relevantes servicios.

1926. Cruz al Mérito Militar con distintivo blanco. De nuevo en Melilla

En junta de generales, celebrada en los albores del 24 de marzo de 1926, en el Ministerio de la Guerra, tras haberse presentado a estudio una propuesta de concesión de la Cruz al Mérito Militar con distintivo blanco para recompensar al comandante médico D. Mariano Gómez Ulla, la junta votó a favor unánimemente, pasando dicha propuesta entonces al estudio del Consejo Supremo de Guerra y Marina.

En mayo, volvió a ser recibido por el Rey D. Alfonso XIII. Operó en el mes de junio, a la señora Fanny Mauri, viuda de García Viedma con éxito.

Ese año, operaba con éxito al hijo de los condes de Sierrabella y en junio al capitán Arniches, alumno de la escuela Superior de Guerra e hijo de los barones de la Puebla de Benferri. Del doctor Gómez Ulla, los medios hablaban del “ilustre y afamado doctor Gómez Ulla legítima gloria del Cuerpo de Sanidad Militar”. En diciembre de ese año, (sobre el día 12), marchaba otra vez a África, esta vez, lo hacía a Axdir con motivo de inspeccionar los servicios de cirugía en aquellos hospitales y enfermerías. Con ese fin también hizo lo propio en Melilla el día 15 de diciembre.

1.927. Cruz al Mérito Militar de segunda clase con distintivo blanco, pensionada. Ascenso a teniente coronel médico

En febrero, cumplimentó al Rey D. Alfonso XIII y, este año, entre otros pacientes, en el mes de mayo, encontramos al Duque de Fernán Núñez, el cual sufría un proceso de linfacitis y celulitis pélvica con gran reacción peritoneal y desfallecimiento del miocardio. En este caso, trabajaba el doctor Gómez Ulla con los doctores Aguirre, Serrada y Marañón. Otro paciente al que operó, fue al marqués de Portago en el mes de noviembre. El 17 de marzo de 1927, operaba de urgencia en una operación muy delicada al dependiente de una joyería juntamente con el doctor Arauz, D. Mariano de Manuel herido de bala al intentar evitar un atraco en una joyería propiedad de D. Tiburcio Dorado de la Cueva que resultó muerto a tiros, en la calle del Príncipe de Madrid. En enero, había operado a un ex conserje, del Parque “El Paraíso”, D. Francisco García Hita.

El 28 de enero, operaba de urgencia a un desconocido, con antecedentes alcohólicos. La nota, quedó recogida de la siguiente forma en el diario madrileños, “El Siglo Futuro” del 28 de enero de 1927, bajo el título “…Un hombre gravísimo…”:

“…A última hora de la madrugada fue encontrado en la Plaza del Callao un hombre de aspecto obrero con una herida en la cabeza. Un chofer que pasó cerca con su coche vio al herido tendido en el suelo. En el automóvil le condujo rápidamente a la Casa de Socorro del Centro donde el doctor Gómez Ulla le vio en tal estado de gravedad, que lo dispuso todo para hacerle una delicada operación. El infeliz padecía también intensa conmoción cerebral, y se le apreció también alcoholismo agudo. Hasta la hora de cerrar nuestra edición se ignora si se trata de un atropello o de una herida casual. El Juzgado de Guardia no se personó en la Casa de Socorro, pues el herido estaba incapacitado para poder declarar…”

“…En el Ministerio de la Guerra, Imposición de una Cruz al doctor Gómez Ulla

A las cinco de la tarde se celebró en el despacho del ministro de la Guerra el acto de imponer al comandante médico don Mariano Gómez Ulla la cruz del Mérito Militar de segunda clase blanca, pensionada hasta el empleo de general o retiro que recientemente le fue concedida.

Asistieron al acto el ministro de la Guerra, capitán general de la región, generales Saro, Cantón, Salgás, Baixeras, Ruíz Trillo y otros; inspectores médicos Maseferré, Semprún y Prieto, comisiones de jefes del ministerio y Hospital Militar, doctores Alsina y Martínez y farmacéutico señor Gómez Ulla.

El ministro expuso como el jefe de la sección de Sanidad Militar propuso al señor Gómez Ulla para esa recompensa, propuesta que prosperó dados los especialísimos servicios y brillante gestión que el ilustre cirujano viene prestando; añadió que la iniciativa de adquirir la condecoración por suscripción entre todos los generales, jefes y oficiales Ejército fue unánimente acogida habiendo llegado a alcanzar la cifra de 14.000 pesetas, y terminó cumpliendo el encargo del jefe del Gobierno de manifestarse asociado al acto.

Seguidamente hizo la imposición de la condecoración, que constituye una verdadera joya artística, en cuyo estuche se lee la dedicatoria “Al comandante médico don Mariano Gómez Ulla, los generales, jefes y oficiales de todas las Armas y Cuerpos del Ejército…”

En el mes de junio. Llegó el ascenso por elección a teniente coronel médico del Cuerpo de Sanidad Militar. Una Real Orden publicada en el Diario Oficial de la Guerra. Dicho ascenso, se dio a conocer en prensa de la forma siguiente, en el rotativo madrileño “La Época” del día 14 de junio de 1927 (textual):

“…Visto el escrito que en 11 de abril último dirigió a este ministerio el teniente general presidente de la Junta Clasificadora de ascensos por elección, al que acompañaba el acta que fundamenta la propuesta citada Junta para la constitución de cuadros de ascenso por elección de los diferentes empleos y Armas y Cuerpos del Ejército después de un detenido estudio de dicha propuesta y de un riguroso análisis de los servicios, merecimientos, cualidades y aptitudes de las propuestas, el Rey (q,D.g) ha tenido a bien disponer que los jefes y oficiales que a continuación se indican, por el orden que se mencionan, insertándose también en cumplimiento de los dispuesto por el párrafo tercero del artículo 18 del Real decreto de 3 de septiembre de 1926 (C.L. número 308), el acta íntegra en la que se fundamentó su propuesta la Junta Clasificadora. (Entre otros y en lo que a Sanidad Militar concernía, el nombre que aparecía era el del comandante Gómez Ulla)…”

En junio, se publicaban nuevos destinos. El teniente coronel médico D. mariano Gómez Ulla, continuaba en el Hospital Militar de Madrid-Carabanchel, continuando en sus anteriores cometidos, de profesor del curso de cirugía y jefe de los servicios quirúrgicos de África.

1928 – 1945

Posteriormente, llegarían más homenajes y los ascensos a coronel y general del Cuerpo de Sanidad Militar, permaneciendo siempre activo el doctor Gómez Ulla, hasta que un infarto de miocardio segó su vida para siempre un anochecer invernal del mes de noviembre de 1945. De su vida durante este período de tiempo, se puede conocer algo, en la introducción de este trabajo-homenaje al que fue sin duda alguna el mejor cirujano militar de su época, un hombre entregado a su doble vocación la milicia y la medicina, el cual, podría tener su consulta privada como de hecho consta pero que jamás, rechazó atender a nadie en su mesa de operaciones por su condición social.

25 de noviembre de 1945. Se apagó la vida del Doctor D. Mariano Gómez Ulla

A la una de la mañana del 25 de noviembre de 1945, en su casa de Madrid, traspasaba el Doctor D. Mariano Gómez Ulla, quedando atrás una vida dedicada a la medicina y a la milicia, tenía 67 años. La nota de su fallecimiento, quedaba recogida en la siguiente forma, según publicó un diario de Cuenca, de aquellos años “Ofensiva” de la fecha ya citada, (textual).



“…A las doce de la noche falleció el general Gómez Ulla.
Era una eminencia de la medicina y se hallaba retirado por la edad.

Madrid 25 (una madrugada). Urgente.-El general de Sanidad Militar, don Mariano Gómez Ulla, ha fallecido esta noche.
A las nueve se sintió indispuesto y llamó a sus hijos de los que requirió un sacerdote. Dándose perfecta cuenta del extremo estado de gravedad en que se encontraba por un ataque cardíaco. Gómez Ulla, recibió con gran fervor los Santos Sacramentos y dijo a los suyos que moría tranquilo con el pensamiento puesto en España. A las doce de la noche dejaba de existir. El general Gómez Ulla era una eminencia en Medicina. Es autor de numerosos e interesantísimos trabajos. Se hallaba en la situación de militar retirado, a la que por su edad había pasado recientemente. (Cifra)…”

La Vanguardia de Barcelona y de ese mismo día 25 de noviembre de 1945, aparte de dar la noticia ya anunciada por “Ofensiva”, la ampliaba con más datos que eran sus datos biográficos que eran los siguientes (textual):

“…El ilustre cirujano don Mariano Gómez Ulla, cuya fama en el campo de la Medicina, traspasó las fronteras españolas, ha fallecido esta última madrugada en Madrid.

El eminente hombre de ciencia había nacido el 6 de noviembre de 1877, ingresando en el Cuerpo de Sanidad Militar en el año 1899. A partir de esa fecha, su carrera cobró un ritmo cada vez más ascendente, participando activamente en los numerosísimos Congresos nacionales e internacionales de Medicina, en todos los cuales destacó brillantemente por su valiosa aportación científica, especialmente en todo lo que hacía referencia a Medicina de guerra.

En la campaña marroquí fue donde realizó con éxito sin igual hasta entonces, sus primeras y maravillosas intervenciones quirúrgicas con heridos, a los cuales puede decirse que el doctor Gómez Ulla les salvó la vida cuando ya se desesperaba lograr un resultado satisfactorio. Su valía había sido contrastada en franca y noble lucha con eminencias médicas extranjeras y desde entonces su fama trascendió en el ámbito internacional.

Durante nuestra guerra de Liberación, el doctor Gómez Ulla fue perseguido por los rojos, que le tuvieron cautivo en una checa hasta que el Gobierno del General Franco le canjeó, y una vez llegado a la zona nacional se incorporó inmediatamente a los servicios de Sanidad del Ejército, al frente de los cuales reanudó sus maravillosas intervenciones quirúrgicas.

En 1941 fue nombrado jefe de los Servicios de Sanidad Militar del Ejército español y en octubre del mismo año, presidente de los Colegios Médicos de España. En el año 1943 fue ascendido a Inspector médico de primera clase, concediéndosele la Gran Cruz del Mérito Militar, con distintivo blanco, merecida recompensa que hubo de añadirse a las numerosas distinciones españolas y extranjeras otorgadas a su mérito científico.
Recientemente y en este mismo mes había sido nombrado Inspector general de los Servicios de Sanidad Militar del Ejército…”

Entierro del doctor D. Mariano Gómez Ulla, con honores de general de división con mando en plaza

El entierro del general del Cuerpo de Sanidad Militar D. Mariano Gómez Ulla, fue narrado de la siguiente forma en el rotativo barcelonés de “La Vanguardia”, bajo el título: “…Inhumación del cadáver del general Gómez Ulla. En representación del Caudillo presidió la fúnebre comitiva el ministro del Ejército. Concurrieron también los ministros de Gobernación, Trabajo, Obras Públicas y Aire…” (textual):

“…Madrid 26.-Se ha verificado el entierro del general Gómez Ulla que ha constituido una imponente manifestación de duelo a la que se han asociado , no solamente el Cuerpo Médico Militar, sino los restantes militares residentes en Madrid y las representaciones que pudieron llegar de provincias.

A primera hora de la mañana en el domicilio mortuorio se dijeron misas de “Corpore insepulto”, que fueron oídas por una numerosa concurrencia, y, a la horas señalada llegaron las fuerzas del Ejército que habían de rendir honores al cadáver del general, al que se le tributaron los de división con mando en plaza. Las fuerzas que rindieron honores eran las del Inmemorial número 1.

El cadáver del general Gómez Ulla fue bajado delo domicilio mortuorio a las doce de la mañana, y depositado el féretro en un armón de artillería, tras del cual se situaron los niños del Colegio de Huérfanos de Médicos y de personal del mismo. A pocos pasos del armón se situó el ayudante del general. Sobre el féretro se colocaron las armas y la gorra del finado.
El teniente general Dávila, ministro del Ejército, ostentó la representación del Caudillo, y se situó a unos metros del armón, acompañado únicamente de su ayudante. A continuación iban las presidencias. La oficial integrada por los ministros de la Gobernación, Trabajo, Obras Públicas y Aire; subsecretario de la Presidencia; director general de Seguridad; capitán general de la Primera región militar; gobernador militar, alcalde de Madrid, que ostentaba también la representación del de Santiago de Compostela, pueblo natal del general Gómez Ulla; la familiar, en la que figuraban un hermano del finado y los sobrinos, y otra presidencia más, integrada por el presidente de la Real Academia de Medicina y todos los académicos; el secretario del Consejo de Colegios de Médicos; el presidente del Colegio de Médicos de Madrid y Comisiones de los Colegios de provincias que llegaron a tiempo para asistir al entierro entre las que figuraban las de Segovia, Zaragoza, Ávila y Toledo.

La comitiva fúnebre se dirigió, por la calle de Goya, hacia la iglesia de la Concepción, donde el obispo de Madrid-Alcalá que acompañó al cadáver hasta dicho lugar, rezó un responso por el alma del general Gómez Ulla.

Después, ante el cadáver y la presidencia oficial del duelo, desfilaron las fuerzas que le habían rendido honores.

El cadáver del general Gómez Ulla fue traslado inmediatamente del armón de artillería al coche mortuorio , que continuó hasta el Cementerio de La Almudena, donde recibió sepultura.

En la comitiva figuraba todo el Cuerpo Médico Militar de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire, formado en nutridas comisiones, separadas unas de otras para el distingo de los Cuerpos. Fue numerosa la concurrencia que acompañó los restos mortales del general Gómez Ulla hasta el cementerio.-Cifra.

La noticia del fallecimiento en la ciudad natal del ilustre finado

Santiago de Compostela 26.-Ha causado profundo sentimiento en esta ciudad el fallecimiento del general de Sanidad Militar, don Mariano Gómez Ulla. Las autoridades y entidades oficiales enviaron telegramas de pésame a la familia del finado. Con dirección en Madrid salieron inmediatamente varios parientes del doctor Gómez Ulla residentes en esta ciudad, entre ellos, dos hermanos, uno farmacéutico.

El ilustre cirujano era natural de esta ciudad, cuyo Ayuntamiento acordó hace varios años nombrarle hijo predilecto y rotular con su nombre una de las calles de reciente construcción. La Corporación municipal ha acordado hacer constar en acta su sentimiento y enviar a la familia el pésame . también se puso un telegrama al alcalde de Madrid, rogándole le representara en el acto de sepelio.

Don Mariano Gómez Ulla estudió en la Universidad Compostelana, donde alcanzó la licenciatura en Medicina, y poco después ingresó en Sanidad Militar. Su paso por esta Universidad ha sido recordado esta mañana con motivo de la inauguración de un cursillo de perfeccionamiento médico. El decano de la Facultad de Medicina y el presidente del Colegio de Médicos de La Coruña dedicaron sentidas palabras de recuerdo a la figura del insigne doctor. A estas manifestaciones se sumaron los jefes provinciales de Sanidad de La Coruña y Oviedo.-Cifra.

Sentimiento en los Estados Unidos

Nueva York 26.- La prensa norteamericana ha dado cuenta de la muerte del doctor Gómez Ulla en sentidas necrológicas, donde se recuerda que el ilustre cirujano visitó este país en 1929. Recuerda también que en marzo de 1931 en una sola sesión, operó de apendicitis a las infantas Beatriz y María Cristina.-EFE…”

Se habla en las primeras noticias de los hijos del doctor Gómez Ulla, cosa incorrecta, dado que el ilustre cirujano, murió sin descendencia. La prueba es que no se habla de los hijos en el acto de sepelio del general Gómez Ulla. Su esposa, había traspasado muchos años antes.

Condecoraciones del Doctor D. Mariano Gómez Ulla

1909. Cruz Roja del Mérito Militar sencilla (25 de septiembre).
1910. Cruz Roja del Mérito Militar pensionada. (29 de abril).
1926. Cruz al Mérito Militar con distintivo blanco.
1927. Cruz al Mérito Militar de 2ª clase con distintivo blanco, pensionada.
1935. Gran Cruz del Mérito Militar.
1943. Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.
1943. Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar, con distintivo blanco.
1945. Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad.
1945. Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco.
1945. Otra, Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco.

Con el paso del tiempo, dado el largo camino recorrido por el general médico D. Mariano Gómez Ulla, por los servicios prestado y los méritos contraídos, el Hospital Militar de Madrid Carabanchel, pasará a denominarse, Hospital Militar Gómez Ulla el 5 de junio de 1946.

Hans Nicolás i Hungerbühler

Fuentes:

- “Cuando el médico se va a las guerras”, de “ABC.es”. Anécdota narrada por D. José María Gómez Ulla, sobrino del Doctor y general de Sanidad Militar, D. Mariano Gómez Ulla, con motivo de contestar en réplica por parte de un médico a un recién intervenido quirúrgicamente en una camilla, sobre el comentario hecho. Artículo firmado por Evaristo Amado, en “ABC.es”, de fecha 29 de octubre de 2007.
- “El Imparcial”, Madrid, núm. 9.462, pág. 2, de fecha martes 19 de septiembre de 1893.
- “La Correspondencia Militar”, Madrid núm. 6.831, pág. 2, de fecha 2 de julio de 1900.
- “La Correspondencia Militar”, Madrid núm. 7.846, pág. 2, de fecha 13 de octubre de 1903.
- “El Siglo Futuro”, Diario católico, Madrid núm. 8.752, pág. 2, de fecha sábado 20 de febrero de 1904
- “La Correspondencia Militar”, Madrid núm. 8.291, pág. 2, de fecha martes 21 de marzo de 1905.
- “El Siglo Futuro”, Diario católico, Madrid núm. 9.176, pág. 3, de fecha miércoles 19 de julio de 1905.
- “El Siglo Futuro”, Diario católico, Madrid núm. 576, pág. 1, de fecha miércoles 30 de junio de 1909.
- La Correspondencia Militar”, Madrid, núm. 9.645, pág. 3, de fecha sábado 31 de julio de 1909.
- “La Época”, Últimas noticias y telegramas de la tarde, Madrid núm. 21.109, pág. 2, de fecha domingo 1 de agosto de 1909.
- “La Correspondencia de España”, Edición de la mañana, Madrid núm. 18.799, pág.2, de fecha domingo 1 de agosto de 1909.
- “El Imparcial”. Madrid núm. 15.230, pág. 4, de fecha miércoles 4 de agosto de 1909.
- “Toma de Nador”, (Intervención de España en el Rif), Ashmead, The passing…,págs.. 461-466, del coronel de Intendencia, D. Francisco Saro Gandarillas.
- “La Correspondencia Militar”, Madrid, núm. 9.695, pág. 1, de fecha domingo 26 de septiembre de 1909.
- “La Correspondencia Militar”, Madrid núm. 9.806, pág. 1, de fecha martes 1 de febrero de 1910.
- “La Correspondencia de España”, Edición de la mañana, Madrid núm. 19.070, pág. 6, de fecha viernes 29 de abril de 1910.
- “La Época”, Últimos telegramas y noticias de la tarde, Madrid núm. 21.378, pág.2, de fecha viernes 29 de abril de 1910.
- “El Imparcial”, Madrid núm. 15.496, pág.2 de fecha viernes 29 de abril de 1910.
- “La Correspondencia Militar”, Madrid núm. 10.123, pág. 3, de fecha jueves 9 de febrero de 1911.
- “La Correspondencia de España”, Edición de la mañana, Madrid núm. 20.290,pág. 7, de fecha domingo 31 de agosto de 1913.
- “La Correspondencia Militar”, Madrid núm.11.597, pág. 4, de fecha martes 9 de noviembre de 1915.
- “El Imparcial”, Madrid, núm. 17.880, pág. 5, de fecha viernes 24 de noviembre de 1916.
- “La Correspondencia Militar”, Madrid, núm. 12.136, pág. 3, de fecha sábado 4 de agosto de 1917.
- “La Correspondencia Militar”, Madrid núm. 12.150, pág 3, de fecha miércoles 22 de agosto de 1917.
- “El Globo”, Madrid núm. 15.146, pág. 3, de fecha miércoles 28 de enero de 1920.
- “La Época·, Últimos telegramas y noticias de la tarde, Madrid núm.25.485, pág. 1, de fecha sábado 3 de septiembre de 1921.
- “La Época”, Últimos telegramas y noticias de la tarde, Madrid núm. 25.491, pág. 2 de fecha sábado 10 de septiembre de 1921.
- “La Época”, Últimos telegramas y noticias de la tarde, Madrid núm. 25.495, pág. 2, de fecha jueves 15 de septiembre de 1921.
- “La Correspondencia de España”, Madrid núm. 23.287, pág. 2, de fecha lunes 15 de mayo de 1922.
- “La Correspondencia de España”, Madrid núm. 23.322, pág. 4, de fecha sábado 24 de junio de 1922.
- “La Correspondencia de España”, Madrid núm.23.323, pág. 4, de fecha lunes 26 de junio de 1922.
- “El Globo”, Madrid, núm. 15.892, pág. 3 de fecha viernes 30 de junio de 1922.“Siglo Futuro”, Diario Católico, Madrid núm. 4.810, pág. 3, de fecha miércoles 20 d