"EL PERÍODICO DE CATALUÑA (27 de julio de 2009)
27/7/2009 21:35 h NO HAY DENUNCIAS
27/7/2009 21:35 h NO HAY DENUNCIAS
El Arzobispado de Barcelona lamenta las pintadas
en iglesias en el centenario de la semana trágica
Una escrita sobre el muro de la iglesia un plaza de la Virreina. Foto: NURIA PUENTES
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· Un grupo radical sabotea iglesias en recuerdo de la Setmana Tràgica
EL PERIÓDICO BARCELONA
El Arzobispado de Barcelona ha lamentado hoy la aparición de pintadas en diversas iglesias de la ciudad del grupo autodenominado La Gallinaire con motivo del centenario de la setmana trágica, y ha recordado que el derecho a la libertad religiosa y de culto está reconocido en la Constitución. En un comunicado, el Arzobispado asegura que el respeto y la defensa del derecho a la libertad religiosa es "un elemento integrante de una sociedad auténticamente democrática". Se investigará el casoUna veintena de iglesias de Sarrià, Poblenou, Gràcia, Sant Gervasi, Raval, Eixample, Sant Andreu y el Clot amanecieron ayer con pintadas en sus fachadas. Los Mossos d'Esquadra explicaron que investigarán el caso y han confirmado que de momento no se ha cursado ninguna denuncia al respecto, aunque no descartan que se puedan presentar. La Gallinaire ensalzaba el espíritu de la setmana trágica, la revuelta popular que arrancó el 26 de julio de 1909 en Barcelona. La protesta, contraria a la movilización de reservistas del Ejército por parte del Gobierno central para luchar en la guerra del Rif, en el norte de Marruecos, acabó con la quema de varias iglesias, entre otros incidentes.
EL PERIODICO DE CATALUÑA (27 de julio de 2009)
27/7/2009 ACTOS VANDÁLICOS EN VARIOS DISTRITOS
Un grupo radical sabotea iglesias en recuerdo de la Setmana Tràgica
1. • Unas 20 parroquias de BCN amanecieron con pintadas ofensivas y puertas encadenadas
2. • Los responsables acusan a la jerarquía católica de «imponer su moral hipócrita»
Pintadas en las paredes de la iglesia de Sant Joan, en la plaza de la Virreina. Foto: NURIA PUENTES
CARLOS MÁRQUEZ DANIEL BARCELONA
una veintena de iglesias de Barcelona amanecieron ayer con la desagradable sorpresa de encontrar sus paredes exteriores repletas de pintadas ofensivas, las cerraduras selladas y las puertas encadenadas. Los responsables de semejante broma son un grupo que se autodenomina La Gallinaire y que la madrugada del domingo decidieron que la mejor manera de recordar la Setmana Tràgica de 1909 es volver a sabotear los templos de la ciudad, aunque en esta ocasión, sin llegar a quemarlos.El objetivo, según reza un manifiesto de este colectivo radical, era que ayer no se pudiera decir misa; ya fuera porque el párroco no era capaz de reventar el enorme hierro que impedía el paso, porque las bombas fétidas o los excrementos de animal introducidos por cualquier orificio convertían la iglesia en una cuadra o porque las pintadas –con adjetivos tan originales como «pederastas» o «genocidas»– eran demasiado ofensivas como para que los feligreses acudieran a su cita dominical. SORPRESA RELATIVA / El padre Victor, del oratorio de Sant Felip Neri, en Gràcia, no parecía ayer muy sorprendido. Reconoció que los días anteriores incluso bromearon con la idea de «hacer guardias nocturnas» ante la posibilidad de ataques y se puso serio al sentenciar que nadie iba a decidir por ellos si había misa o no. Eso sí, este templo tuvo que dejar las puertas abiertas durante el oficio matinal debido al tremendo hedor de las bombas fétidas, que durante toda la noche escamparon su perfume por el oratorio. Curiosamente, la placa que el sábado se destapó en este edificio que hace un siglo fue pasto de las llamas no sufrió daño alguno. «Supongo que no vieron la información en la prensa, porque de haberla visto se la habrían cargado seguro», bromeó el padre Victor. PRESAGIO DE MARAGALL / Este religioso, un hombre joven y afable, parecía incluso satisfecho de haber abierto la portalada del oratorio, ya que este era, apuntó, «uno de los deseos que Joan Maragall expresaba en su escrito Església cremada», dedicado precisamente a los históricos hechos de aquel julio del año 1909.En el comunicado, La Gallinaire condena a la Iglesia católica a la hoguera por «estar gestionada como una multinacional que mantiene intacto su enorme patrimonio y que recibe cada año del Estado 150 millones de euros». También asegura que la jerarquía católica «sigue imponiendo su hipócrita moral» y recuerda los casos de pederastia en los que se han visto implicados religiosos apuntando que «todavía hoy pretenden controlar y someter nuestros cuerpos mientras encubren los abusos sexuales de sus clérigos». POR TODA LA CIUDAD / El grupo dejó su sello en iglesias de Sarrià, Sant Gervasi, Sant Andreu, Eixample, Ciutat Vella, Gràcia, Clot, Sant Andreu y Poblenou. Colocó en las puertas un comunicado con sus consignas y una foto de 1909 con varios templos humeantes. Entre sus mandamientos, sentencias como «la única iglesia que ilumina es la que arde» o «1909-2009, la lucha continúa». El comunicado ensalza el espíritu de ese 26 de julio de 1909 en el que, tras la decisión del Gobierno de enviar a los reservistas a combatir al norte de Marruecos, cerca de 80 edificios religiosos ardieron en una respuesta social tan contundente como inesperada. Ahora, 100 años después, La Gallinaire retoma esa lucha en versión suavizada. Y el padre Victor responde: «Los católicos de hoy no debemos sentirnos culpables».
EL PERÍODICO DE CATALUÑA (28 de julio de 1909)
28/7/2009 EDITORIAL
EDITORIAL: 'Mala memoria de la semana trágica'
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· Los Mossos investigan a los autores del ataque a iglesias de BCN
Los sabotajes cometidos por unos energúmenos en una veintena de iglesias de Barcelona, justo al cumplirse un siglo de los sucesos conocidos como semana trágica, no deben inducir a error: la fractura social que hizo de Barcelona una ciudad en estado de guerra no tiene nada en común con la realidad presente. La desesperación que en 1909 acongojó a los reservistas movilizados para ser enviados a Marruecos queda muy lejos de los eslóganes pintarrajeados por unos gamberros que atentan contra la libertad religiosa, consagrada en la Constitución. Dicho de otra forma: la tragedia colectiva del verano de 1909 se desarrolló dentro de unos parámetros inconcebibles en nuestros días.Por fortuna, la economía de subsistencia a la que estaban condenados los trabajadores de hace 100 años, sometidos a la doble presión de las necesidades perentorias y el trabajo extenuante, está en las antípodas de las relaciones sociales que hoy damos por normales. A lo que hay que añadir el papel asumido entonces por un Ejército desacreditado, venal y politizado, el paternalismo de los patronos y la implicación de la Iglesia en la justificación de un modelo social básicamente injusto. Solo este marco de referencia permite comprender la carrera hacia ninguna parte emprendida por los huelguistas entre el 26 de julio y el 2 de agosto de 1909.De la misma manera, la perspectiva histórica permite apreciar en toda su grandeza la lección moral dada por algunos –pocos– personajes ilustres de la sociedad catalana. La tristeza de Joan Maragall, testigo y analista de aquellos sucesos, que tradujo en varios textos que aún hoy son piezas de referencia, no deja lugar a dudas: el país se dirigía a toda prisa hacia la fractura irreversible, la lucha de clases en la calle y la instrumentalización de la Iglesia por los poderosos. En nuestro tiempo, ni siquiera con una crisis económica de salida incierta y cuatro millones de parados cabe establecer paralelismos.La gran lección de hace un siglo es la contraria de la que parecen haber extraído quienes conmemoran el aniversario de mala manera. Porque si alguna conclusión puede sacarse de la dislocación social de 1909 es que es imposible que una sociedad se afiance, madure, atenúe las diferencias y tenga futuro si quienes la gestionan se dejan arrastrar por la falsa ilusión de creer que es posible domeñar la realidad e imponer su criterio aunque para ello sea preciso aniquilar a los adversarios
EL PERÍODICO DE CATALUÑA (27 de julio de 1909)
28/7/2009 VANDALISMO EN EL CENTENARIO DE LA SEMANA TRÁGICA
Los Mossos investigan a los autores del ataque a iglesias de BCN
1. • El Govern considera los sabotajes "una salida de tono de la pluralidad catalana"
Un niño juega ante una pared con pintadas de la iglesia de Sant Joan, en la plaza de la Virreina, el domingo. Foto: NURIA PUENTES
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· EDITORIAL: 'Mala memoria de la semana trágica'
CARLOS MÁRQUEZ DANIELBARCELONA
Que los Mossos inicien una investigación cuando aparentemente no hay denuncia de por medio puede significar dos cosas: que la escasez de información sobre los autores pica la curiosidad de los agentes de la ley autonómicos o que hay temor de que esto esconda algo serio. El sabotaje, el domingo, de una veintena de iglesias en Barcelona el día en que se cumplían 100 años del inicio de la semana trágica inquieta porque nadie lo esperaba y sorprende por lo bien que el autodenominado grupo radical La Gallinaire tramó su gamberrada anticlerical. Fuentes de los Mossos d’Esquadra aseguraron ayer a este diario que el grupo responsable de los sabotajes no está «entre los más habituales», lo que equivale a decir que las pistas y la información que se baraja por ahora es más bien escasa. De momento, será la división de Información la que investigue las pintadas en las paredes –con mensajes como «pederastas» o «genocidas»–, la colocación de cadenas de hierro y silicona en las cerraduras que impedían el acceso a los templos y las bombas fétidas y los excrementos que hacían irrespirable el ambiente.EXPRESIONES «ABSURDAS» / La Generalitat consideró ayer los ataques «una salida de tono» de «la pluralidad, democracia y modernidad que caracteriza a la sociedad catalana». La directora general de Afers Religiosos de la Conselleria de Vicepresidència, Montserrat Coll, calificó de «absurdas» las expresiones de las pintadas. El Observatorio Antidifamación Religiosa –ente con sede en Madrid y de marcado signo conservador– instó ayer a las autoridades a que inicien una investigación y animó al ayuntamiento a que apruebe «una moción de condena» de los actos y «exprese a los sacerdotes su más sincero apoyo y cercanía». El grupo dejó su sello en iglesias de Sarrià, Sant Gervasi, Sant Andreu, Eixample, Ciutat Vella, Gràcia, Clot, Sant Andreu y Poblenou con el objetivo de recordar y revivir la revuelta social de julio de 1909 contra el Gobierno, en la que ardieron 80 edificios religiosos de la ciudad".
Recopilación realizada por Hans Nicolás y Hungerbühler
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