LA MARINA MERCANTE EN LA CAMPAÑA DE 1909 ( I )
Por Carlos Esquembri Hinojo
( de la Asociación de Estudios Melillenses )
Junto con el ejército y la armada, la Marina Mercante tuvo su parte de protagonismo en la Campaña de 1909, asegurando las comunicaciones marítimas y la llegada de refuerzos y suministros tanto al ejército de operaciones de Melilla como a las islas Chafarinas y los peñones de Alhucemas y Vélez.
LAS COMUNICACIONES MARITIMAS DE MELILLA EN 1909
Las comunicaciones marítimas en línea regular entre Melilla con la península se cubrían con los vapores correo que hacían la ruta Málaga- Melilla y Málaga-Melilla-Chafarinas-Alhucemas y Peñón de Vélez. Estas rutas, itinerarios y características de los vapores correos venían dadas en las condiciones dictadas en los contratos que suscribía mediante concurso público el Ministerio de Guerra con las compañías interesadas en realizar estos servicios. El primer contrato entró en vigor en 1859 y fue adjudicado a la sociedad gaditana Hermanos Retortillo que se comprometía a realizar dos viajes al mes entre Málaga, Melilla y los llamados “presidios menores”.
Dado el carácter militar de las plazas españolas del Norte de África y que los contratos eran, como hemos referido antes, suscritos por el Ministerio de Guerra, estos servicios de transportes estaban orientados principalmente a cubrir las necesidades militares de dichas plazas.
La línea entre Melilla y Málaga se estableció en abril de 1894 y en 1909 la hacía el vapor “Ciudad de Mahón” de 910 TRB, construido en Inglaterra en 1875 y que pertenecía a la Compañía Mahonesa de Vapores. Salía de Málaga por la tarde los lunes y jueves, llegando a Melilla los martes y viernes por la mañana y saliendo para Málaga esos mismos días por la tarde. Al inicio de las hostilidades estaba averiado y fue sustituido por el “Menorquín” de la misma compañía y 933 TRB. Construido en Inglaterra en 1881 tenía una eslora de 66 metros, manga de 9,20 y puntal de 4,8. Este vapor no pudo hacer su primer viaje a Melilla hasta el 16 de julio (En el blog de tema marítimo “Vida Marítima” hay información sobre la Compañía Mahonesa de Vapores).
A primeros de agosto, una vez reparado el “Ciudad de Mahón” quedaron tanto este como el “Menorquín” cubriendo la línea con Málaga.
En cuanto a la línea con los llamados “presidios menores” estaba cubierta por el vapor “Sevilla”. El “Sevilla” era un veterano de estos mares ya que llevaba en la línea desde julio de 1889, siempre al mando del capitán de la Marina Mercante Onofre Bosch, mallorquín afincado en Málaga, que anteriormente había mandado el “Numancia” en esta misma línea. López Ballesteros, corresponsal de El Imparcial, lo definía el 17 de agosto como: “viejo lobo de mar en toda la extensión de la palabra; conoce estas costas como la cubierta de su barco”.
El “Sevilla” con matrícula de Barcelona, pertenecía a la Sociedad de Navegación e Industria. Sus dimensiones eran: Eslora 56,98 metros; puntal 7,93 y manga 4,44, con 614 TRB y un aljibe de 155 metros cúbicos ya que era el encargado de suministrar agua a los “presidios menores” (datos facilitados por el Museo Marítimo de Barcelona).
El buque salía de Málaga los martes para llegar a Melilla el miércoles por la mañana y salir hacia Chafarinas esa misma mañana. Regresaba a Melilla y el jueves partía para Alhucemas, llegando en la madrugada del viernes a aquella isla para partir ese mismo día al Peñón de Vélez y de allí al anochecer regresar a Málaga. Con la ocupación de la posiciones de Restinga y Cabo de Agua en 1908, el “Sevilla” también tocaba en dichos puntos en su viaje a Chafarinas.
El “Sevilla” y su capitán Onofre Bosch habían participado en el transporte de tropas durante la Guerra de Margallo en 1893 y sostenido combate contra los piratas rifeños que habían asaltado el buque de vela francés “Prosper Corin” en octubre de 1896. Mientras que el “Ciudad de Mahón” condujo a las tropas que ocuparon la Restinga en febrero de 1908.
Junto a estas líneas de vapores correo, en Melilla operaban otras compañías que mantenían líneas con otros puertos tanto peninsulares, como del resto de Europa y Norte de África. El vapor “Cabo Páez” que hacía ruta con Málaga, el “Vicente Salinas” cuyo consignatario en Melilla era Gabriel Delbrel, y que comenzó el martes 29 de junio un servicio semanal entre Orán, Melilla, Alhucemas, Peñón de Vélez, Málaga, Melilla y Orán. El Servizio Italo-Spagnolo unía Melilla con Génova, Marsella, Marruecos, Canarias y Portugal. Por último citaremos a los vapores “Tell”, “Gibel Tarik” y “Gibel Muza” que unían Melilla a Gibraltar y otros puertos del Norte de África.
LA LLEGADA DE LAS PRIMERAS TROPAS
Iniciadas las hostilidades el 9 de julio, se hace necesario el envío de refuerzos a Melilla. Estos primeros refuerzos se trasladan desde Barcelona embarcando en buques de la compañía Trasatlántica como el “Montevideo”, “Buenos Aires”, “Cataluña”, “Ciudad de Cádiz” y “Alfonso XII”. Como ejemplo de la características de estos buque, daremos las del “Ciudad de Cádiz” que tenía una eslora de 109 metros, manga 11,4, con 3202 TRB y una capacidad para unos 400 pasajeros. El “Alfonso XII” tenía 139 metros de eslora; 15,6 de manga para 6875 TRB. Su capacidad de pasajeros era de 244 en primera clase, 122 en segunda y 460 en tercera, sumando 826 plazas en camarotes, plazas que se sobrepasaban en los transportes de tropas a Melilla, por lo que los soldados se distribuirían por cubiertas y entrepuentes que no llevaban carga, dejando las bodegas para el material y municiones asignados a las unidades embarcadas y carga adicional para Melilla. La Unión Mercantil de Málaga del 24 de julio informaba que en el “Alfonso XII” embarcaron en ese puerto los batallones de Las Navas y Arapiles con unos 800 hombres, bagajes, impedimenta, un carro, 32 mulas y 5 caballos por batallón. Los buques de la Trasatlántica habían realizado transportes de tropas tanto en la Campaña de Margallo como en las guerras de Cuba y Filipinas. De cara a esta campaña, la Trasatlántica llegó a fletar buques de otras compañías para servicio del ejército de operaciones.
El “Montevideo” llegó en la madrugada del 13 de julio y el “Buenos Aires” el 14 encontrándose ambos el puerto cerrado por el levante. Esta circunstancia se indicaba izando una bandera roja en el Torreón de las Cabras. Los buques marcharon a Chafarinas en busca de resguardo y no es hasta el jueves 15 cuando se pudo iniciar el desembarco de las primeras tropas aprovechando una mejora del tiempo.
Dado que no estaba todavía construido el puerto, este desembarco se realizó mediante lanchas y barcazas remolcadas por los botes de la Compañía de Mar, guardacostas “Numancia”, el “Reina Victoria” remolcador de la Junta de Obras del Puerto y otras lanchas y botes de las empresas particulares que operaban en Melilla.
Aunque el desembarco del personal se podía hacer, si las condiciones del tiempo lo permitían, con cierta celeridad, la descarga del material y el ganado que conducían también los buques era un proceso lento que entrañaba ciertas dificultades según el estado de la mar. A los caballos y demás acémilas había que pasarles unas eslingas alrededor del cuerpo para poder ser izados mediante los puntales del buque para franquear las amuras y ser depositados en las barcazas que los conducirían a tierra. Las cajas de munición, toneles con víveres, cañones, fardos de mercancías o cualquier otra cosa que transportara el buque en sus bodegas debía ser izado por los puntales del buque y transbordado a las barcazas que los conducirían al pequeño muelle de Melilla y allí había que descargar las barcazas utilizándose la grúa de vapor instalada en el muelle. Para disminuir los tiempos de estancia en la rada, se trabajaba también de noche alumbrando el muelle con unos reflectores eléctricos situados en el torreón de las Cabras. Como ejemplo de los cargamentos que conducían estos buques, La Vanguardia del 23 de julio informaba que en el “ Menorquín” se embarcaron 750.000 cartuchos, fusiles, ametralladoras y carros cubas, el mismo diario de 13 de julio informaba que en el “Sevilla” se iban a cargar 2000 piezas de madera cortada para fabricar barracones en Melilla para hospitales y cuarteles, La Vanguardia del 19 de septiembre informaba que el “Menorquín” transportó a Melilla 3.315 sacos de harina, 30.000 sacos terreros, 1000 estacones, 82 cajas de pan galleta, 22 bocoyes de tocino y 25 barriles de vinagre entre otros efectos, mientras que “La Correspondencia de España” informaba el 10/09/1909 que el “Sevilla” partió de Málaga a plena carga de agua y con 6 bultos de tela para jergones y cabezales, 825 cajas de pan galleta y 659 sacos de harina. Una vez que se generalizaron los combates, en sus viajes de vuelta estos vapores y trasatlánticos transportaban heridos y enfermos a los hospitales de la península.
El viernes 16 de julio llegó el “Cataluña”, el sábado 17 el “Ciudad de Cádiz” y el domingo 18 el “Alfonso XII”. Durante el desembarco de las tropas transportadas en el “Ciudad de Cádiz”, se produjo, debido a la marejada de levante, el naufragio de una barcaza ocupada por un centenar de soldados en las rompientes que se formaban en la zona cercana al torreón de la Florentina. A pesar de la rapidez con que se procedió a dar auxilio a los ocupantes de la barcaza perecieron ahogados varios soldados.
El hecho de que la rada de Melilla esté abierta al levante era su principal defecto, defecto que ya señaló Cristóbal Colón cuando se planteaba su conquista. Para intentar asegurar las comunicaciones marítimas en cualquier circunstancia de tiempo, tras la ocupación de la península de Tres Forcas, Onofre Bosch propuso mediante unas declaraciones a la prensa (El Imparcial 5/10/1909) la habilitación de Cala Charrani como desembarcadero auxiliar de Melilla.
Por Carlos Esquembri Hinojo
( de la Asociación de Estudios Melillenses )
Junto con el ejército y la armada, la Marina Mercante tuvo su parte de protagonismo en la Campaña de 1909, asegurando las comunicaciones marítimas y la llegada de refuerzos y suministros tanto al ejército de operaciones de Melilla como a las islas Chafarinas y los peñones de Alhucemas y Vélez.
LAS COMUNICACIONES MARITIMAS DE MELILLA EN 1909
Las comunicaciones marítimas en línea regular entre Melilla con la península se cubrían con los vapores correo que hacían la ruta Málaga- Melilla y Málaga-Melilla-Chafarinas-Alhucemas y Peñón de Vélez. Estas rutas, itinerarios y características de los vapores correos venían dadas en las condiciones dictadas en los contratos que suscribía mediante concurso público el Ministerio de Guerra con las compañías interesadas en realizar estos servicios. El primer contrato entró en vigor en 1859 y fue adjudicado a la sociedad gaditana Hermanos Retortillo que se comprometía a realizar dos viajes al mes entre Málaga, Melilla y los llamados “presidios menores”.
Dado el carácter militar de las plazas españolas del Norte de África y que los contratos eran, como hemos referido antes, suscritos por el Ministerio de Guerra, estos servicios de transportes estaban orientados principalmente a cubrir las necesidades militares de dichas plazas.
La línea entre Melilla y Málaga se estableció en abril de 1894 y en 1909 la hacía el vapor “Ciudad de Mahón” de 910 TRB, construido en Inglaterra en 1875 y que pertenecía a la Compañía Mahonesa de Vapores. Salía de Málaga por la tarde los lunes y jueves, llegando a Melilla los martes y viernes por la mañana y saliendo para Málaga esos mismos días por la tarde. Al inicio de las hostilidades estaba averiado y fue sustituido por el “Menorquín” de la misma compañía y 933 TRB. Construido en Inglaterra en 1881 tenía una eslora de 66 metros, manga de 9,20 y puntal de 4,8. Este vapor no pudo hacer su primer viaje a Melilla hasta el 16 de julio (En el blog de tema marítimo “Vida Marítima” hay información sobre la Compañía Mahonesa de Vapores).
A primeros de agosto, una vez reparado el “Ciudad de Mahón” quedaron tanto este como el “Menorquín” cubriendo la línea con Málaga.
En cuanto a la línea con los llamados “presidios menores” estaba cubierta por el vapor “Sevilla”. El “Sevilla” era un veterano de estos mares ya que llevaba en la línea desde julio de 1889, siempre al mando del capitán de la Marina Mercante Onofre Bosch, mallorquín afincado en Málaga, que anteriormente había mandado el “Numancia” en esta misma línea. López Ballesteros, corresponsal de El Imparcial, lo definía el 17 de agosto como: “viejo lobo de mar en toda la extensión de la palabra; conoce estas costas como la cubierta de su barco”.
El “Sevilla” con matrícula de Barcelona, pertenecía a la Sociedad de Navegación e Industria. Sus dimensiones eran: Eslora 56,98 metros; puntal 7,93 y manga 4,44, con 614 TRB y un aljibe de 155 metros cúbicos ya que era el encargado de suministrar agua a los “presidios menores” (datos facilitados por el Museo Marítimo de Barcelona).
El buque salía de Málaga los martes para llegar a Melilla el miércoles por la mañana y salir hacia Chafarinas esa misma mañana. Regresaba a Melilla y el jueves partía para Alhucemas, llegando en la madrugada del viernes a aquella isla para partir ese mismo día al Peñón de Vélez y de allí al anochecer regresar a Málaga. Con la ocupación de la posiciones de Restinga y Cabo de Agua en 1908, el “Sevilla” también tocaba en dichos puntos en su viaje a Chafarinas.
El “Sevilla” y su capitán Onofre Bosch habían participado en el transporte de tropas durante la Guerra de Margallo en 1893 y sostenido combate contra los piratas rifeños que habían asaltado el buque de vela francés “Prosper Corin” en octubre de 1896. Mientras que el “Ciudad de Mahón” condujo a las tropas que ocuparon la Restinga en febrero de 1908.
Junto a estas líneas de vapores correo, en Melilla operaban otras compañías que mantenían líneas con otros puertos tanto peninsulares, como del resto de Europa y Norte de África. El vapor “Cabo Páez” que hacía ruta con Málaga, el “Vicente Salinas” cuyo consignatario en Melilla era Gabriel Delbrel, y que comenzó el martes 29 de junio un servicio semanal entre Orán, Melilla, Alhucemas, Peñón de Vélez, Málaga, Melilla y Orán. El Servizio Italo-Spagnolo unía Melilla con Génova, Marsella, Marruecos, Canarias y Portugal. Por último citaremos a los vapores “Tell”, “Gibel Tarik” y “Gibel Muza” que unían Melilla a Gibraltar y otros puertos del Norte de África.
LA LLEGADA DE LAS PRIMERAS TROPAS
Iniciadas las hostilidades el 9 de julio, se hace necesario el envío de refuerzos a Melilla. Estos primeros refuerzos se trasladan desde Barcelona embarcando en buques de la compañía Trasatlántica como el “Montevideo”, “Buenos Aires”, “Cataluña”, “Ciudad de Cádiz” y “Alfonso XII”. Como ejemplo de la características de estos buque, daremos las del “Ciudad de Cádiz” que tenía una eslora de 109 metros, manga 11,4, con 3202 TRB y una capacidad para unos 400 pasajeros. El “Alfonso XII” tenía 139 metros de eslora; 15,6 de manga para 6875 TRB. Su capacidad de pasajeros era de 244 en primera clase, 122 en segunda y 460 en tercera, sumando 826 plazas en camarotes, plazas que se sobrepasaban en los transportes de tropas a Melilla, por lo que los soldados se distribuirían por cubiertas y entrepuentes que no llevaban carga, dejando las bodegas para el material y municiones asignados a las unidades embarcadas y carga adicional para Melilla. La Unión Mercantil de Málaga del 24 de julio informaba que en el “Alfonso XII” embarcaron en ese puerto los batallones de Las Navas y Arapiles con unos 800 hombres, bagajes, impedimenta, un carro, 32 mulas y 5 caballos por batallón. Los buques de la Trasatlántica habían realizado transportes de tropas tanto en la Campaña de Margallo como en las guerras de Cuba y Filipinas. De cara a esta campaña, la Trasatlántica llegó a fletar buques de otras compañías para servicio del ejército de operaciones.
El “Montevideo” llegó en la madrugada del 13 de julio y el “Buenos Aires” el 14 encontrándose ambos el puerto cerrado por el levante. Esta circunstancia se indicaba izando una bandera roja en el Torreón de las Cabras. Los buques marcharon a Chafarinas en busca de resguardo y no es hasta el jueves 15 cuando se pudo iniciar el desembarco de las primeras tropas aprovechando una mejora del tiempo.
Dado que no estaba todavía construido el puerto, este desembarco se realizó mediante lanchas y barcazas remolcadas por los botes de la Compañía de Mar, guardacostas “Numancia”, el “Reina Victoria” remolcador de la Junta de Obras del Puerto y otras lanchas y botes de las empresas particulares que operaban en Melilla.
Aunque el desembarco del personal se podía hacer, si las condiciones del tiempo lo permitían, con cierta celeridad, la descarga del material y el ganado que conducían también los buques era un proceso lento que entrañaba ciertas dificultades según el estado de la mar. A los caballos y demás acémilas había que pasarles unas eslingas alrededor del cuerpo para poder ser izados mediante los puntales del buque para franquear las amuras y ser depositados en las barcazas que los conducirían a tierra. Las cajas de munición, toneles con víveres, cañones, fardos de mercancías o cualquier otra cosa que transportara el buque en sus bodegas debía ser izado por los puntales del buque y transbordado a las barcazas que los conducirían al pequeño muelle de Melilla y allí había que descargar las barcazas utilizándose la grúa de vapor instalada en el muelle. Para disminuir los tiempos de estancia en la rada, se trabajaba también de noche alumbrando el muelle con unos reflectores eléctricos situados en el torreón de las Cabras. Como ejemplo de los cargamentos que conducían estos buques, La Vanguardia del 23 de julio informaba que en el “ Menorquín” se embarcaron 750.000 cartuchos, fusiles, ametralladoras y carros cubas, el mismo diario de 13 de julio informaba que en el “Sevilla” se iban a cargar 2000 piezas de madera cortada para fabricar barracones en Melilla para hospitales y cuarteles, La Vanguardia del 19 de septiembre informaba que el “Menorquín” transportó a Melilla 3.315 sacos de harina, 30.000 sacos terreros, 1000 estacones, 82 cajas de pan galleta, 22 bocoyes de tocino y 25 barriles de vinagre entre otros efectos, mientras que “La Correspondencia de España” informaba el 10/09/1909 que el “Sevilla” partió de Málaga a plena carga de agua y con 6 bultos de tela para jergones y cabezales, 825 cajas de pan galleta y 659 sacos de harina. Una vez que se generalizaron los combates, en sus viajes de vuelta estos vapores y trasatlánticos transportaban heridos y enfermos a los hospitales de la península.
El viernes 16 de julio llegó el “Cataluña”, el sábado 17 el “Ciudad de Cádiz” y el domingo 18 el “Alfonso XII”. Durante el desembarco de las tropas transportadas en el “Ciudad de Cádiz”, se produjo, debido a la marejada de levante, el naufragio de una barcaza ocupada por un centenar de soldados en las rompientes que se formaban en la zona cercana al torreón de la Florentina. A pesar de la rapidez con que se procedió a dar auxilio a los ocupantes de la barcaza perecieron ahogados varios soldados.
El hecho de que la rada de Melilla esté abierta al levante era su principal defecto, defecto que ya señaló Cristóbal Colón cuando se planteaba su conquista. Para intentar asegurar las comunicaciones marítimas en cualquier circunstancia de tiempo, tras la ocupación de la península de Tres Forcas, Onofre Bosch propuso mediante unas declaraciones a la prensa (El Imparcial 5/10/1909) la habilitación de Cala Charrani como desembarcadero auxiliar de Melilla.
LAS OBRAS DEL PUERTO Y LA HUELGA DE AGOSTO DE 1909
La falta de un puerto en condiciones dificultó las operaciones de desembarco de tropas y material que, como hemos visto, se realizaban mediante barcazas y lanchas. Con todo, las obras del que sería puerto de Melilla comenzaron oficialmente en 1904 cuando Alfonso XIII colocó la primera piedra del mismo en su primera visita a la ciudad. Desde aquella primera piedra poco más se había hecho debido a diferentes causas, entre ellas la falta de presupuesto.
En el momento del comienzo de la guerra, las instalaciones portuarias se limitaban a una explanada con una pequeña línea de atraque para embarcaciones menores en la zona donde hoy está la entrada al puerto y la gasolinera. En este embarcadero había una pequeña grúa a vapor. Junto a esto existían algunos tinglados y casetas en los aledaños de la Puerta de la Marina.
En 1909 se agilizaron las obras que estaban a cargo de la compañía Trasatlántica y en mayo se terminó de montar la grúa “Titán” que empezó a mover bloques de hormigón de hasta ochenta toneladas que debían formar el basamento de los futuros espigones del puerto. Con el inicio de las hostilidades se aligeraron más los trabajos, incluida la construcción de un embarcadero auxiliar de unos 300 metros de largo que partía de la zona que hoy ocupa la Casa del Mar y al que se dotó de un ramal de ferrocarril. Se trabajaba día y noche por lo urgente de la situación y esto originó un conflicto con los obreros que reclamaban un aumento de jornal que en ese momento era de 4 pts. si trabajaban en el turno de día y 9 en el de noche. Sin acuerdo, se llegó a intentar declarar una huelga que fue sofocada por la autoridad militar expulsando de Melilla a los obreros más comprometidos con la misma y empleando a soldados en su lugar. Aunque el Telegrama del Rif no dice nada de esto, diferentes diarios de la península recogieron la noticia en sus páginas como La Vanguardia del 11 de agosto, El Radical de Almería y La Correspondencia de España de igual fecha. Lo que sí recoge el Telegrama es la llegada a Melilla desde Málaga el día 13 de agosto de 80 obreros, 35 contratados por la Junta de Obras del Puerto y el resto por la Trasatlántica. ¿Vendrían a suplir a igual número de obreros expulsados de Melilla por el intento de huelga?
Artículo publicado en el diario "El Telegrama de Melilla", el domingo 13 de septiembre de 2009
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