ÉRASE UNA VEZ MELILLA

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GRUPO DE ESCUELAS MIXTAS

EN EL BARRANCO DEL LOBO

lunes, 18 de enero de 2010

EL MAYOR RICHARDSON Y SU PERRA JOYFUL EN MELILLA







El mayor Richardson, introducción de los perros



ambulancia en la guerra, de Melilla

Sin duda alguna, el perro ha jugado siempre un papel favorable al hombre desde la antigüedad. Desde que fue domesticado por el hombre, inicialmente para la caza, vigilancia de rebaños y de la casa, usándose contra las cargas de caballería hasta la actualidad, en que le encontramos en diversos campos, ya sea en la búsqueda y detección de estupefacientes, explosivos, armas, personas, pasando por su utilidad en medicina (detección de cáncer de próstata), mensajería, lazarillos e incluso en terapias para personas ancianas como con enfermedades psíquicas.

En España, los canes, fueron introducidos en el campo militar en agosto de 1909 por un mayor (comandante) inglés, apellidado Richardson. Concretamente, fueron los perros ambulancia los cuales ya demostrados sus resultados positivos durante la guerra ruso-japonesa de 1905, tenían la misión de detectar y localizar a los heridos en el campo de batalla, como así fue y en el caso que nos ocupa, en la Campaña de Melilla en 1909.



El mayor Richardson, llegó a San Sebastián el viernes 27 de agosto de 1909, lugar donde fue recibido por S.M. la Reina Victoria y su madre, S. M. Cristina. La finalidad que traía a Richardson a España, era la implantación del servicio de perros-ambulancia los cuales y como ya se ha mentado, habían prestado notables servicios a la Cruz Roja en 1905. Estos servicios, habían sido clasificados de “excelentes”. El Ministro de la Guerra, designó a un oficial para que acompañara al mayor Richardson a Melilla, plaza a la que partiría el 28 de agosto de 1909. (1).

De los perros que portaba el mayor Richardson, y de la presencia de los canes en la milicia, decía “La Correspondencia Militar” del 27 de agosto de 1909, lo siguiente: (textual) (2).

“…Los perros que lleva el Mayor Richardson a Melilla para ayudar a la búsqueda de heridos parece ser que cumplen su misión maravillosamente.

Los intentos de utilizar en la guerra las dos cualidades sobresalientes de estos animales, el olfato y el instinto, son muy antiguos; pero nunca han recibido orientación exacta y adecuada.

Lo que se ha hecho en casos aislados, con resultado completo, y los servicios que los perros prestan en la vida normal del campo, hacen creer que en este asunto no se ha pensado nunca en serio, y no es para olvidarlo.

En todos los cuarteles hay perros que se encariñan con el soldado, comen las sobras del rancho y son allí un estorbo más que otra cosa. Más de un jefe de Cuerpo se ha visto obligado a ordenar su desaparición. Pero bien elegidos y enseñados por quien supiese hacerlo, podrían ser muy útiles, no sólo en la recogida de heridos, sino también en la exploración y las avanzadas…”

¿Quién era el Mayor Richardson y cómo llegó a España? ( 3 )
El mayor Richardson, era un comandante inglés que había servido en el Regimiento de Infantería núm. 43, del ejército británico. Se hallaba en posesión de muchísimas condecoraciones de diferentes países, especialmente de Rusia, ya que el Zar, le hizo llamar a palacio para felicitarle por los servicios prestados por sus perros que del campo japonés, habían rescatado a más de 23 heridos, los cuales, si no hubieran sido rescatados, hubieran perecido. Habiendo pasado a la reserva, al parecer de forma voluntaria, para dedicarse al mundo de los perros, por el que sentía verdadera pasión (5), solicitó ser agregado a la policía inglesa, para colocarse al frente de sus perros auxiliares de los agentes de seguridad.

El mayor Richardson, después de la Primera Guerra Mundial, estuvo al frente de las Escuelas de Perros Lazarillo en Inglaterra, de los cuales, surgió durante dicha contienda, dado el número elevado de soldados que perdieron la vista como consecuencia de las agresiones con gases contra las personas. Uno de los centros más importantes ya había sido creado en Alemania por Kraemer a lo largo del año 1915.

Oficiales del Ejercito francés, paralelamente, los señores Maric y Megnin realizaban experimentos en las perreras de Plessis-Trevise. También después de la guerra, surgió otra en Suiza pero para Instructores de perros-lazarillo en la propiedad de Dorothy Harrison Ausis, además aparecieron gran cantidad de escuelas en Europa y Estados Unidos. (6).

Una entrevista en el “ABC” (textual) (5)
“…Los perros en la guerra.
Uno de nuestros redactores celebró ayer una interesante interviú con el mayor inglés Richardson, que, como es sabido, va a Melilla con la famosa perra Jouful, adscrito a la Cruz Roja, con la humanitaria misión de recoger a los heridos y desaparecidos en campaña.
El mayor Richardson salió de Londres el día 19 del actual, llegó a San Sebastián el 21, y en la capital donostiarra fue recibido por S.M. la Reina doña Victoria, quien desde el primer momento se interesa sobre este asunto.

Nuestro interlocutor muéstrase satisfechísimo de la entrevista regia, pues Su Majestad le ofreció desde el primer momento su incondicional apoyo para la feliz realizaxión de su empresa.

Míster Richardson relató a la Soberana la misión especial de los bloodhound, que es el nombre de esta clase de perros, los cuales no sólo prestan sus servicios en las guerras, sino que también auxilian de un modo eficacísimo a la policía en el descubrimiento y captura de los criminales.

Esta raza canina existe en Inglaterra, a pesar de lo cual sus ejemplares en el mismo Reina Unido, no son muy comunes. Baste decir que se cotizan de 100 a 150 libras esterlinas cada uno.

Su instinto y su sagacidad son tales, que en Londres han realizado descubrimientos verdaderamente maravillosos, señalando pistas a la Policía y aún aprehendiendo a los autores de muchos crímenes varios días después de ser estos cometidos.

De tal modo han sido reconocidas estas cualidades, que en las jefaturas de Policía de París y Berlín han solicitado auxilio en algunas ocasiones a la de Londres, y esta ha presentado a aquellas a sus perros, que en las capitales indicadas dieron prueba de sus excepcionales facultades.

Al frente de la sección formada por estos perros y los agentes policiacos auxiliares se halla el propio mayor Richardson, que para desempeñar este cometido, por el que siempre ha sentido decidida vocación, pidió el retiro del Ejército británico, en el que había llegado al grado de comandante de Infantería.

Por los antecedentes que se tienen de la raza de los bloodhounds, sabése que estos perros tienen origen español, y que Cristóbal Colón, primero, y después Pizarro, en sus viajes a América, llevaron a este Continente algunos ejemplares de aquéllos. Quizá tengan en ellos su origen los que hace bastantes años existían todavía en Cuba.

En esta isla dedicábamos los dueños de ingenios a perseguir a los esclavos que se fugaban de las plantaciones de azúcar, y que casi siempre, merced a los “cazadores de hombres”, nombre con el que allí se designaba a estos perros, eran capturados.

En la reciente guerra ruso-japonesa dieron también excelente resultado los bloodhounds. El número de heridos por ellos descubiertos y que sin su auxilio hubieran perecido abandonados fue enorme. Las proezas en Manchuria se olvidaran dificicilmente.

Es tan grande su instinto. Poseen un olfato tan exquisito y tienen tal acierto en sus exploraciones, que con dificultad en los campos de batalla en que ellos maniobran se quedará ni un rezagado, ni un herido, que no sea olfateado por el can u orientado y aún transportado por él al lugar en que se halla establecida la ambulancia.

Como ejemplo de la constancia de estos animales, nos refería ayer tarde el mayor Richardson que, no hace aún dos meses, uno de sus perros estuvo durante cuatro días sin comer y sin descansar persiguiendo una pista, al cabo de los cuales dio con el paradero del autor de un crimen cometido en Londres y que por sus singulares condiciones adquirió enorme resonancia.

Ayer por la mañana estuvo Mr. Richardson en el ministerio de la Guerra. Conocido allí el interés por su humanitaria empresa tiene nuestra Soberana, le fueron dadas cuantas facilidades necesitó, y sus pasaportes quedaron prontamente en regla.

Esta noche saldrá para Málaga, y quizá el lunes podrá desembarcar en Melilla. En Málaga se le agregará un capitán de Artillería. Expresamente designado por el ministro de la Guerra para este objeto.

El bravo comandante hallase muy animado y deseoso de entrar en campaña. La perra Joyful, que le acompaña, es un hermoso ejemplar de la raza. Es no muy alta, fornida, tiene largas orejas, hocico pronunciado y mirada inteligente, su color es canela oscuro y tiene cuatro años.

El mayor Richardson, con motivo de la guerra actual, la regaló a nuestro compatriota el duque de Santoña, que reside en Londres. Este a su vez, dándose cuenta de la importancia del regalo, lo transmitió a la ex emperatriz Eugenia, y esta, comprendiendo su verdadero destino, la regalo a sí mismo a la Reina Victoria.

Esto explica, pues el interés vivísimo que S.M. ha tomado en este asunto desde el primer momento.

-Y ¿no tiene perros la Policía española?- nos pregunto nuestro interlocutor al final de la entrevista.
-¡Ay!, nosotros andamos bastante mal de perros- le respondimos, también hemos tenido nuestro correspondiente can por acá, y le contamos las aventuras del famoso Ney, cuyo paso por nuestros centros policíacos fue por cierto como el de un meteoro.

Nos despedimos del animoso comandante, felicitándole por su generosa iniciativa y dándole las gracias en nombre de ABC por su amabilidad con nosotros…”

Sobre su llegada a España, la prensa madrileña, concretamente el diario “La Época, publicó el siguiente artículo al respecto: (textual), (3).

“…Cuando Richardson tuvo conocimiento de los sucesos de Melilla, solicitó una entrevista en Londres con el duque de Santoña, a quién comunicó sus deseos de regalarle uno de sus perros para que fueran utilizados sus servicios en la campaña de Melilla.
El duque de Santoña aceptó el ofrecimiento y poco después le fue entregado el perro, que el duque regaló a su vez a la Emperatriz Eugenia.

La Emperatriz conocedora de la importancia de los servicios que prestan en campaña estos perros ingleses, dispuso que “Joiful”, nombre al que atiende la perra regalada, y que es un hermoso ejemplar de la raza Blordhounds, fuese enviada como regalo a la Reina Dª Victoria.
Pocos días después fue recibido por la Reina en el Palacio de Miramar el mayor Richardson, quien escuchó de labios de la Soberana frases de agradecimiento.

Como detalle curioso debe consignarse que los dos perros que acompañaban a Colón en las carabelas al hacer el descubrimiento de América, pertenecían a la preciada raza de Blordhounds, cuyos servicios han sido muy apreciados durante la guerra ruso-japonesa.

El coste ordinario de estos perros oscila entre 100 y 125 libras esterlinas…”.

El uso de estos animales, no tenía antecedente en España o no era recordado ya que en Méjico, muchísimos años atrás, los españoles, los habían usado en combate. Este, es el caso de “Becerrillo” y de su hijo “Leoncillo”, la historia de los cuales fue (textual) (11), según una publicación “Alrededor del Mundo”, del 6 de octubre de 1909, bajo el título, “El perro que llegó a capitán”.

“…Becerrillo era un enorme dogo, de pelaje rojizo con el hocico y el cerco de los ojos manchados de negro. Estaba dotado de tanta audacia como prudencia, por lo que se le apreciaba más que a los otros perros que siempre obraban brutalmente y se le daba doble ración. En el combate, se arrojaba sobre los indios, cogía a uno de ellos por un brazo y se lo levaba sin hacerle el mayor daño si el prisionero no se resistía; pero si trataba de huir, lo tiraba al suelo y en un santiamén lo estrangulaba.

En la batalla empeñada con el cacique Mabodomaca, “Becerrillo” se portó con sin igual bravura, contribuyendo al triunfo de los españoles. Se le nombró capitán en el mismo campo de batalla, y las tropas desfilaron ante el valeroso can rindiéndole los honores correspondientes.

La muerte de “Becerrillo” fue la de un verdadero soldado. En un combate con los caribes cayó atravesado por una flecha envenenada. Pero dejó un hijo que fue su digno sucesor. Llamábase este “Leoncillo”, y en las célebres exploraciones del istmo de Darien prestó inmensos servicios a las tropas de Núñez de Balboa. Tan noble como su padre, en cuanto oía la voz de su amo, que era uno de los soldados, se detenía aunque se hallase en lo más recio de la pelea. “Leoncillo” no llegó a capitán, pero tenía, a diferencia de los demás perros, paga y ración de soldado. Los indios le cobraron tal odio, que en todos los combates concentraban sobre él los flechazos, hasta que en una escaramuza lo dejaron acribillado sobre el campo. Esta antipatía se comprende al saber que entre “Leoncillo” y sus compañeros habían estrangulado más de dos mil indios.

Tal maestría llegaron a adquirir los españoles de aquellos tiempos en el empleo de perros en la guerra, que cuando empezaron las campañas entre Carlos Quinto y Francisco I, Enrique VIII de Inglaterra no halló mejor manera de testimoniar su amistad al emperador que enviarle doscientos dogos para que auxiliasen a sus tropas contra el monarca francés…”

La perra “Joyful/Joytol” (4)

Arribó junto al mayor Richardson a Melilla, el martes 31 de agosto de 1909. Al parecer y según dimana de la lectura del artículo publicado en “La Correspondencia de España” de dicha fecha, la perra “Joytol”, era ya veterana de la guerra ruso-japonesa. De ella, decía el periodista autor del citado escrito señor Rodríguez de Celis, que era hermosa y que había llevado a cabo empresas que pudieron parecer increíbles, avaladas por la presencia de testigos. Dicho animal que ahora era propiedad del S.M. la Reina Victoria, era de tamaño grande, de tipo cazador, de orejas grandes, pelo corto de color canela oscuro, dotada de una inteligencia jamás vista. Era muy dócil, como si su vida entre ejércitos la hubiera hecho adaptar a la disciplina y sumisión más grandes.

Sobre la inteligencia de “Joytol”, también escribiría en su artículo Rodríguez de Celis lo siguiente: (textual)

“…”Joytol” parecía comprender mis palabras. A punto he estado de equivocarme y solicitar de ella una “interview”. Pero he caído pronto en la cuenta de que “Joytol”, con toda su inteligencia, no me habría contestado. Esto la distingue de muchos políticos españoles, que hablan sin llegar, en punto a inteligencia, a la altura de “Joytol”…”

De la llegada de “Joyful” a Melilla. Dudas. (9)

El siguiente artículo, publicado en el diario madrileño “El Imparcial” del 6 de septiembre de 1909, el cual cito textualmente, recoge el momento de la llegada de la perra “Joyful” a Melilla.

“…Un dato más: desde que fondeó el “Menorquín”, al amanecer, hasta muy cerca de las once, no han sido desembarcados tres destiladores de agua remitidos por el filántropo marqués de Comillas, que producirán diariamente 15.000 litros de agua potable y la perra Bloodhound “Fortful” (por Joytol), que regaló la emperatriz Eugenia a nuestra soberana como un prodigio de instinto para el descubrimiento de heridos en campaña. El pobre animal, digno de mejor suerte, ha permanecido más de dos horas metido en un cajón dentro de una barcaza sufriendo un calor horrible y en una posición incómoda. Auxiliado por dos de los valencianos que antes indiqué, sacamos el cajón y lo sacamos a la sombra y en sitio llano, mientras que el mayor Richardson que lo ha traído, cumpliendo órdenes de S.M., había ido a cumplimentar al general Marina y a saber que destino que se iba a dar a “Joyful”.

Creíase que se le destinaría a la Cruz Roja, como ocurrió en la guerra ruso-japonesa; pero ha sido o será entregada en breve a los ingenieros, y cuando el general Marina así lo ha dispuesto, su motivos tendrá, porque esta guerra se parece a aquella como un huevo a una castaña.

Yo no dudo que la instalación de servicios de perros amaestrados den excelentes resultados en campañas de otra índole, pero en el Rif vivirá “Fortful” el tiempo que tarde en ponerse al alcance de los fusiles de la morisma.

Supongamos y esto es un colmo, que logre encontrar un herido no visto y que avise el hecho, ¿quién va por él?. La intención es buena, plausible, y la finalidad hermosa. En cuanto a la eficacia, reservo mi opinión. Por lo pronto están ya instalados en el Hotel Victoria el mayor inglés Richardson y la perra “Fortful”, que es un ejemplar precioso de pelo castaño con lomo negro y unas orejas muy grandes. De los servicios que prestan ya hablaremos cuando llegue la ocasión…”


Una anécdota, sobre el dispendio del viaje del mayor Richardson a Melilla, junto a “Joyful”. (10)

La Vanguardia de Barcelona, recogió una anécdota relativa al coste del viaje del mayor Richardson a Melilla junto a la perra “Joyful”, titulada, “El descubridor de heridos” (textual):

“…Dentro de breves días regresará de Melilla el mayor Richardson, que marchó a llevar al perro descubridor de heridos en campaña, regalado a la Reina, y esta al ejército de operaciones. Con este motivo se ha comentado favorablemente el acto de la Reina, quien ha pagado de su propio peculio el viaje a Melilla del mayor Richardson, que ha llevado el perro. Parece que alguien pretendía disuadir a la Reina del envío del perro, porque llevar uno solo podía ser de pocos resultados, siendo preferible esperar a que hubiera amaestrados más.

La Reina dijo:
- Con una sola vida que salve el perro, pueden darse por bien empleados gastos y viaje-…”

“Joyful”, destinada a la ambulancia de la 1ª División. (12)

Finalmente, “Joyful”, fue destinada a la ambulancia de la 1ª División, según explicaba el periodista Gombeet, en el diario “La Época” del 6 de septiembre de 1909. Con ella partió hacia el campamento de Zoco el Arbaa. Explicaba el citado periodista, que “Joyful”, congenió rápidamente con los soldados y que efectuaba una sola comida al día, consistente la misma en un kilo de carne cruda.

Hans Nicolás i Hungerbühler

Fuentes:

(1). “El Imparcial”, diario liberal, núm.15.253, pág. 2, Madrid viernes 27 de agosto de 1909.
(2). “La Correspondencia Militar”, núm. 9.669, pág. 2, Madrid viernes 27 de agosto de 1909.
(3). “La Época”, Últimas noticias y telegramas de la tarde, “Los perros en la guerra”, núm 21.135, pág.1, Madrid viernes 27 de agosto de 1909..
(4). “La Correspondencia de España·, núm. 18.829, pág. 1, Madrid martes 31 de agosto de 1909.
(5). “ABC” 1 edición, pág. 11, Madrid sábado 28 de agosto de 1909.
(6). “Razas de perros y gatos”, blog sobre las razas de perros y gatos en Internet, artículo titulado “Razas de perros lazarillos” firmado por Cristian en fecha lunes 16 de febrero de 1909.
(7). Fotografía del perro de raza “Bloodhound”, obtenida a través del buscador de Imágenes de Google.
(8). “Litografía perro-ambulancia auxiliando a un soldado alemán durante la primera Guerra Mundial (1914-1916), obtenida a través del buscador de imágenes de Google.
(9). “El Imparcial”, Diario liberal núm.15.261, pág. 2, Madrid sábado 4 de septiembre de 1909.
(10). “La Vanguardia”,pág.5, Barcelona jueves 5 de septiembre de 1909.
(11). “Alrededor del Mundo”,núm. 540, pág.219, “Proezas de perros en la guerra”, Madrid, 6 de octubre de 1909.
(12). “La Época”, Últimas noticias y telegramas de la tarde, núm.21.145, pág.2, Madrid, lunes 6 de septiembre de 1909.

Imágenes
- Perro-ambulancia auxiliando a un soldado alemán durante la Primera Guerra Mundial.
- Perro de raza ¨Bloodhound¨, como el que intervino en la Campaña de Melilla en 1909.(7).
- El Mayor inglés en una trinchera, en Melilla 1909. Dibujo de Frederick Villiers.”Ilustrated London News, The” 4 sept. 1909.
- Portada de ABC, 1909

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