ÉRASE UNA VEZ MELILLA

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GRUPO DE ESCUELAS MIXTAS

EN EL BARRANCO DEL LOBO

domingo, 10 de mayo de 2009

El combatiente rifeño ( 3/3 )








La fuerza rifeña
Extraída del rotativo madrileño “La Época”, La Vanguardia del 14 de agosto de 1909, en el apartado “Hojeando la prensa”, explicaba de la forma siguiente la manera de combatir del rifeño e incluso, “El Imparcial” del 31 de julio, narraba algún ardid moro para camuflarse en el terreno. Ambas narraciones dadas en los periódicos, decían textualmente lo siguiente:
“…De La Época:
Los rifeños en contra de lo que se piensa, no carecen de organización: la tienen a su manera, y es bastante adecuada a la guerra irregular en que son maestros, en un terreno que conocen y les es favorable.
Como Infantería, cumplen todas las condiciones que se le puede exigir a la mejor. Son tiradores excelentes, cuidan su arma como un tesoro, y conservan sus municiones como puede recomendarse en la más severa disciplina en fuego: se ciñen a los accidentes de sus riscos, con habilidad pasmosa para cubrirse, y llegado el momento del ataque, se lanzan a él con fé ciega.
Su Caballería, poco numerosa, es también buena como irregular. Firmes a caballo, sabiendo usar sus fusiles cual si estuviesen a pie, y salvando todos los obstáculos con ágiles cabalgaduras, no so despreciables en un encuentro en que nuestros escuadrones no pudiesen maniobrar y aprovecharse de la superioridad táctica que da la instrucción y la disciplina. Carecen de Artillería, y esta es nuestra gran ventaja; pues nuestras tropas poco tienen que temer de su acción antes de los 1200 metros. Ellos en cambio están batidos a partir de 4000.
Las cualidades enumeradas igualan de tal modo las condiciones de sus infantes y jinetes con las del Ejército expedicionario, que en el momento del combate es indispensable disponer de un efectivo idéntico para lograr un éxito franco y decisivo.A esto hay que añadir que nuestro frente de avance tiene que ser algo extenso , y por lo tanto, que es preciso llevar reservas fuertes y bien situadas, para acudir al punto amenazado con la oportunidad que el caso requiere…”
“El Imparcial” de Madrid, del 31 de julio, publicaba sobre la forma de combate de los rifeños y la importancia que tenía el saber mimetizarse con el terreno, lo siguiente:
“…Ardides de los moros. Los moros han adoptado un singular procedimiento para presentar menos blanco a las balas de nuestros cañones y nuestra artillería. Recientemente adquirieron muchos millares de sacos. En la plaza se creyó que los querían para llenarlos de tierra y formar trincheras. Ahora se ha visto a que los destinaban. Cada combatiente coge un saco; le baña para darle mayor consistencia, en una lechada de cal y tierra, le abren agujeros para meter las piernas y los brazos y se visten con él. De este modo creen librarse mejor de la vista de los soldados españoles…


La hoguera :comunicación entre las tribus kabileñas del Rif
Las tribus rifeñas, para comunicarse entre sí, usaban un sistema muy primitivo el cual era visto desde kilómetros de distancia, cosa que también advertía a los militares españoles sobre las intenciones de sus enemigos, según la disposición que pudieran tener. Las siguientes noticias al respecto, nos lo indican: “…En previsión de un ataque.
Melilla (viernes madrugada). Acabada de transmitir mi crónica anterior, me entero de que se han dictado órdenes terminantes para que la vigilancia se refuerce durante la noche. Hay la sospecha, y parece fundada porque la noticia la han traído moros leales, de que algunos kabileños intentan cortar la línea telegráfica por encima de la segunda caseta, aunque para ello tenga que agredir a la fuerza que la defiende.Esta fuerza la forman dos compañías del regimiento de África, al mando del teniente coronel Sr. Baños. La Artillería de Sidi-Hamed está prevenida y ha calculado ya las distancias para barrer el barranco de Sidi-Musa, pues se sabe que por allí intentará desembarcar la morisma. Se ha pedido un reflector de campaña, que hará proyecciones desde el campamento.
Hasta la hora en que envío este despacho, los temores no se han confirmado; porque entre los moros hay gran movimiento es indudable. El resplandor de las grandes hogueras nos lo dice.
Rodríguez de Celis, “La Correspondencia de España”, del 16 de julio de 1909…”
“…A lo lejos se ven columnas de humo denunciadoras de hogueras de guerra con las cuales se llaman una kábilas a otras. Felizmente, hasta la una de la madrugada , hora en que telegrafio, esas hogueras no han dado resultado, pues no se ha oído ni un solo tiro. Por si acaso todas las fuerzas están prevenidas, y el servicio de vigilancia es ta exquisito, que el general ha comprobado a media noche que los escuchas vigilan de tal manera, que a más de doscientos metros le han dado a él, ¡quién vive!.
Sidi-Ahmed-El-Hachs, N. Rodríguez de Celis. “La Correspondencia de España”, del 11 de julio de 1909. “…En el Gurugú fueron encendidas hogueras convocando a las tribus sin duda para proseguir la lucha…” “Los kabileños atacan, sangrienta jornada” “La Correspondencia de España” del 20 de julio de 1909”. “…En el campo moro. Constantemente se ven hogueras en los montes inmediatos, señal de que los moros siguen llamando en su auxilio a los de las kábilas inmediatas. He hablado con un moro que , aunque amigo de España, está enterado de lo que ocurre en el campo enemigo. Me dice que la actitud de los kabileños es expectante, esperando el desarrollo de las circunstancias. No es creíble que por ahora intenten un ataque…”
“En el campo moro”. “La Correspondencia de España” del 30 de julio de 1909.
“…Otra observación se ha hecho; en la noche última se divisaron en los campos inmediatos algunas hogueras que en la estación presente sólo podían ser encendidas como anuncio o convenida señal entre los los diferentes elementos belicosos de las kábilas…” (Víspera del ataque a los obreros del ferrocarril el 9 de julio de 1909).
“El Imparcial”, del 10 de julio de 1909.
“…Tal es el resumen de los sucesos ocurridos en los días 25 y 26, y que noto, porque constituyen el principio del recio combate de ayer. Dije en uno de mis despachos que en la noche del 26 al 27 se habían visto hogueras en las cumbres del Gurugú. Eran señales de las que acostumbran los rifeños cuando quieren reunirse para algún combate. También se vieron estas hogueras en la noche anterior al 23, que será inolvidable en nuestras crónicas…”
“Hogueras en el Gurugú”, “El Imparcial”, del 29 de julio de 1909.
Las diferentes tribus
Según Guillermo Rittwagen, los BEREBER (masa humana en general, que poblaba el norte marroquí),constituían uno de los grupos humanos más interesantes a estudiar. Los consideraba la representación más antigua de la humanidad cuando vivía, incluso afirmaba, “en las antiquísimas edades prehistóricas”, Decía que si no fuera por las modernas armas de fuego que usan, se creería el visitante, transportado a los tiempos en que se vivía de los productos del suelo, mal labrados, calzando sandalias de esparto, vistiendo indumentarias elaboradas por las mujeres con pelo de cabra o lana. Sus necesidades, estabn reducidas a mínimos posibles y, la intelectualidad al más bajo nivel, desconociendo por completo toda idea de cultura.


Kalaya. (Kelaya)
Próxima a Melilla, debe su nombre a la traducción del árabe que significa “Atalayas”, por los riscos de sus alturas. Todo y que era considerada como integrante del Rif, se asemejaba más a los Zenetas de Beni-Snassen, por sus costumbres y vestimentas.
Sobre esta kábila, escribía en “La Ilustración Española y Americana de fecha 8 de agosto de 1909, Guillermo Rittwagen, el siguiente arículo, describiendóla de esta forma, bajo el título “Nuestros enemigos. La Kábila de Kaleia” (Kelaya). Habla de su situación geográfica, de las conexiones de su orografía con la española, de sus recursos, de las minas de Beni-Buifrur, que bien explotadas podrían convertir Melilla en segundo Bilabao, de la población, de la casa en la que vivían los Kaleias, de los zocos (mercados), del contrabando, de sus orígenes, y del pasado histórico romano, único vestigio latente en el lugar. (textual):
“…La kábila de Kaleia, actualmente lucha contra España, ocupa las postreras estribaciones orientales del sistema orográfico del Rif, conocido geográficamente con el nombre de Pequeño Atlas, y cuyas últimas vértebras se extinguen bruscamente en los acantilados del Cabo de Tres Forcas, en dirección del pico de Muley Hacen de Sierra Nevada, en la orilla opuesta. Entre ambos sistemas orográficos, y precisamente enfilando Tres Forcas, el Gurugú y la cumbre de Muley Hacen, se alza en medio del Mediterráneo el islote de Alborán, de la misma naturaleza geológica, como punto de emersión que surge del fondo del mar para probar la continuidad natural y geológica de ambas cordilleras gemelas que paralelamente corren desde el Estrecho de Gibraltar, encabezadas por Sierra Bullones en África y por Gibraltar y Sierra Carbonera en Europa. El pico más elevado del Pequeño Atlas en Kaleia es el célebre Gurugú, que tanto dio que habalr en la guerra del 93, y que vuelve a mercer nuevamente los honores de la publicidad, como punto desde donde los marroquíes dirigen todos sus ataques a nuestras fuerzas, por ser el más culminante de la región, que domina todas las vecinas. El Gurugú alcanza una altura de cerca de mil metros sobre el nivel del mar; pero hay otros muchos picachos que llegan hasta los ochocientos y aún novecientos metros de altura, sobretodo en la región minera de Beni-Buifrur, la más montañosa de Kaleia.
A pesar de ocupar los kaleias un territorio que geográficamente pertenece al Rif, no pueden considerarse etnográficamente como rifeños auténticos, pues difieren por muchos conceptos de ellos. En realidad, el río Kert es el que marca la división entre el Rif y las kábilas zenetas que pueblan el oriente de Marruecos, entre las que hay que clasificar también a los kaleias. Los kaleias forman una kábila de la s más complejas de Marruecos, amalgama de todos los pueblos que integran su población, dominando sin embargo, el elemento zaeneta, cuya más importante confederación, la de los Beni-Snassen, no está muy lejos, al otro lado del Muluya. Y zenetas son también nuestros vecinos de Chafarinas y Cabo de Agua, los Kebdanas, y casi todas las del Oriente septetrional de Marruecos.
El elemento árabe se manifiesta también bastante preponderadamente por la más inmediata proximidad de la kabila nómada de los Ulad-Settut, que pasan por ser los marroquíes que hablan el más clásico árabe y los más celebrados poetas y trovadores del pequeño desierto del Garet que pueblan. Los verdaderos rifeños, amacirgas o cheljas, que pueblan ya todos los territorios al Oeste de Kaleia, son los que menos fuerza social y étnica tienen en esta kábila, desconociendo el rifeño y hablando, por el contrario, un árabe muy vulgar, muy influenciado por el dialecto zaneta.
Kaleia es el plural de “Kalá”, que con el artículo árabe “al”, forma nuestra voz Alcalá, y que significa “Atalaya”, cerro, risco, nombre muy justificado por lo abrupto del terreno de Kaleia, que ya en la península de Tres Forcas es completamente impracticable.
Los kaleias participan de todas las condiciones y costumbres de los bereberes, que no otra cosa son los zanetas, si bien difieren, por muchos conceptos, de las demás subdivisiones bereberes. Los kaleias, al igual que los demás bereberes, son sedentarios y habitan casas o chozas de barro, de la misma forma que las antiquísimas edificaciones sabeas. No son, por lo tanto nómadas ni viven en aduares movibles. Las casas constan, por lo general, de un patio central, a cuyo alrededor están las habitaciones, nada confortables por cierto, sin huecos ningunos al exterior más que las aspilleras de defensa, completada por unos espesos cercados de chumberas o espinos y media docena de galgos achacalados muy peligrosos, porque ladran y muerden, y que no faltan en ningún caserío rifeño.
Ya hacia Mar Chica, las abruptidades montañesas deponen sus riscos y el terreno se torna más fácil y practicable hacia la alcazaba de Zeluán, la antigua corte del Roghi, única existente en la actualidad en todo el territorio de kaleia, puesto que la de Frajana, donde había antiguamente una guarnición de tropas del Sultán, quedó destruida en 1903 por las del Roghi. La alcazaba de Zeluán está estratégicamente situada en la confluencia de varios caminos naturales que ponen en fácil comunicación respectiva, Melilla, taza y la región del río Muluya, dando paso a Argelia por Marnia y TIemecen.
Gracias a la proximidad de Melilla se desarrolló entre los kaleias el espiríritu del comercio, y a los numerosos zocos que semanalmente y en distintos días se celebran en diferentes puntos de su territorio, acuden kabileños del interior y de las tribus vecinas, que, por no entender el castellano o por escrúpulos de fanatismo no se avienen a entrar en el impuro recinto infiel de Melilla. Pero los kaleias, más prácticos y comprendiendo casi todos el español, han explotado siempre en su provecho su vecindad. Sirviendo de intermediarios para todo, revendiendo a los otros kabileños,con natural sobreprecio, el azúcar, el té, el café y demás contados artículos imprescindibles para las pocas necesidades de los marroquíes.
Los zocos se escalonan de modo que las distancias sucedan a los días de la semana en que tienen lugar, y con cuyos nombres son llamados. A cada fracción de Kaleia corresponde un zoco, excepto a la de Beni-Buifrur, que es, precisamente, donde radican las minas, y que celebra dos mercados a la semana, uno el domingo al pie del monte Taurart Essefert, y otro el jueves, en Iazuren. Los demás zocos son el de had (domingo), frente a Melilla, en Frajana; el del yama (viernes), en Mazuza; el de tiatza (martes), en Beni-Bugafar, y por último, eld el arba (miércoles), en Beni-Sidal.
Calcular la población de Kaleia (como la de cualquier kábila) es imposible de todo punto, por no existir en Marruecos ni asomo de Registro civil ni Censo de alguna clase. Por tanto, cuantas cifras se den son hipotéticas y poco seguras. Entre sí, los marroquíes cuentan por fusiles, pero como su fantasía exagera, y más si lo comunican a los europeos, el único dato que pudiera servirnos de alguna base, hay que comenzar por rechazarlo a primera vista por inseguro. A Kaleia se le calculan unos diez mil fusiles, que darían una población aproximada de treinta mil habitantes en cifras redondas; pero puede ser erróneo este número, tanto en diez mil de más como de menos.
Gracias a la situación tan favorable cerca de Mar Chica, cuyas fáciles playas se abordan sin dificultad, se han alijado los más importantes cargamentos de armas y municiones que justificaron nuestra ocupación de La Restinga, y por eso los Kaleias están bastante bien armados, mejor que todo el Rif seguramente, desconociendo ya la espingarda, que todavía es el arma indispensable y clásica del marroquí en el interior.
Pero el repuesto de municiones no debe ser muy abundante, pues bien si hubo tiempo en que los cartuchos abundaban extraordinariamente, las continuas luchas en que han tomado parte a favor o en contra del Pretendiente y el Sultán han debido agotar los recursos, y la activa represión del contrabando les imposibilita el fácil repuesto. Por eso se puede calcular que los elementos de lucha de que disponen nuestros actuales enemigos no son inagotables ni mucho menos, sino que mientras más pródigos se muestran al principio en derrochar los tiros, más los economizan después.
Los kaleias, como todos los montañeses marroquíes, son infantes. Apenas los jefes principeles tienen caballos, por lo cual hay que suponer que la caballería que atacó el día 19 nuestras posiciones del Yebel Sidi Hamed debía ser de la kábila árabe de los Ulad-Settut, que son consumados jinetes y cuyos territorios comienzan al Sur de Zeluán.
Los bereberes parecen sentir de antiguo una profunda adversión hacia la vida ciudadana, tanto, que son escasísimas las ciudades marroquíes cuya fundación se les deba, a pesar de ser los verdaderos aborígenes del Imperio. Por eso en Kaleia, como en las demás kábilas bereberes, apenas existen importantes agrupaciones de dohares (habitaciones de los marroquíes sedentarios, en contraposición de aduar, chozas de los nómadas) que pueden llegar a formar siquiera una aldea.
Kaleia es terreno rico y pobre a la vez. En sus manos pobre, muy pobre, porque se limitan a cultivar someramente la parte de terreno que les es imprescindible para no morir de necesidad, y no más, con objeto de evitar ser víctimas de las rapiñas de los caídes, imperiales o rebeldes, que todos son unos mismos en el arte de quedarse con el producto del trabajo de sus administrados. En cambio, mejor administrado y explotado, Kaleia sería riquísimo, y son garantía de esa futura riqueza que se vislumbra, las minas, ya célebres, de Beni-Buifrur, que parece han de convertir a Melilla en una segunda Bilbao.
En la vertiente Sur del Gurugú, en un lugar llamado Tazuda, existen unas ruinas, atribuídas a los romanos, que debieron poseer allí una fortaleza, necesario complemento de su colonia de Melilla, que entonces se llamaba Russadir.
Son las únicas antigüedades que quedan del pasado histórico de Kaleia. Estas ruinas fueron visitadas por el explorador español Sr. Puga de Lorenzana, que creyó señalar una basílica cristiana.
Cuando la paz reine de nuevo en Kaleia, sería interesante para los arqueólogos hacer detenidas exacavaciones para sacar algo más en claro, porque el pasado de la Mauritania Tingitana, del poder romano en Marruecos, es uno de los períodos históricos más interesantes y más obscuros también.
Guillermo Rittwagen…”
Beni-Said
Cercana al Peñón de Alhucemas, se dedicaba a la fabricación de molinos de piedra tallada, iguales a los antiguos molinos prehistóricos que se encontraban en el interior de las cavernas. Rittwagen deducía de esto que desconocían el trabajar los metales y que vivirían prehistóricamente sino fuera por el uso de arma modernas.
Bocoyas
En su tiempo, había practicado la piratería, motivando reclamaciones de España. Vivía de la pesca especialmente. Eran navegantes consumados manejando los débiles esquifes que eran sus cárabos. Recorrían las costas del Mediterráneo que bañaban Marruecos, dedicados al tráfico y contrabando.
Otras kábilas
Eran esencialmente labradores, dedicados a la agricultura, su modo de vida y sustentación. Durante las épocas de la recolección de cereales emigraban desde hacía algunos años a Argelia desde el Rif, para prestar sus servicios como temporeros segadores, embarcando en Melilla o Alhucemas hasta Orán y de allí, a sus puntos de destino. Dicha emigración, contaba ya con algunos millares y siendo relativamente importante. La emigración, se hacía en verano y una vez finalizada la siega, volvían al Rif.


FUENTES
“El Imparcial”, Madrid núm. 15.205, pág 1, de fecha sábado 10 de julio de 1909.
“La Correspondencia de España”, Edición de la mañana, Madrid núm.18.778, pág. 2, de fecha domingo 11 de julio de 1909.
“La Correspondencia de España”, Edición de la mañana, Madrid núm. 18.783, pág. 2, de fecha viernes 16 de julio de 1909.
“La Correspondencia de España”, Edición de la mañana, Madrid núm.18.787, pág. 1, de fecha martes 20 de julio de 1909.
“La Correspondencia de España”, Edición de la mañana, Madrid núm. 18.793, pág. 1, de fecha 26 de julio de 1909.
“La Vanguardia”, Barcelona, pág.2, de fecha lunes 26 de julio de 1909.
Fotografía de Rifeño, buscador de imágenes de Google, en Internet.
Fotografías “Rifeños” y “Ardides morunas, tiradores detrás de las chumberas”, Revista Nuevo Mundo. (Biblioteca Nacional de España).
“El Imparcial”, Madrid núm. 15.224, pág.1, de fecha jueves 29 de julio de 1909.
“La Correspondencia de España”, Edición de la mañana, Madrid núm.18.797, pág. 1, de fecha viernes 30 de julio de 1909.
“El Imparcial” (descripción de individuo rifeño), Madrid núm. 15.226, pág.1, de fecha sábado 31 de julio de 1909.
“La Vanguardia”, Barcelona, pág. 5, de fecha sábado 14 de agosto de 1909.
“EL RIF”, de Guillermo Rittewagen, pags, 19 y 22 de “La Ilustración Española y Americana”, núm. XXVI, de fecha 15 de julio de 1909,.
“Nuestros enemigos, La Kábila de Kaleia”, de Guillermo Rittwagen, “La Ilustración Española y Americana”, págs. 74, 75 y 78 del núm. XXIX, de fecha 8 de agosto de 1909.
“EL RIF”; Wikipedia, enciclopedia en Internet.
“Alma rifeña”, España en sus héroes, núm. 5. Madrid 1969.

Hans Nicolás i Hungerbühler

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