ÉRASE UNA VEZ MELILLA

ÉRASE UNA VEZ MELILLA
GRUPO DE ESCUELAS MIXTAS

EN EL BARRANCO DEL LOBO

jueves, 18 de junio de 2009

DOCTOR GÓMEZ ULLA ( 2 )






1910. En Madrid

En 1910, se le concedía al Doctor D. Mariano Gómez Ulla, la Cruz Roja al Mérito Militar pensionada. Dicho acto de condecoración, quedó recogido en la prensa del momento, siendo galardonados otros médicos militares. La noticia se publicó en “La Correspondencia de España” del día 29 de abril de 1910 y decía textualmente, bajo el título “Homenaje a la medicina militar”:
“…Anoche se celebró en el salón de actos del Ateneo una solemne velada, un brillantísimo homenaje de admiración y gratitud al Cuerpo de Sanidad Militar, por sus progresos como rama de la Medicina y por su conducta en la guerra de Melilla.

El doctor Pulido, médico ilustre, gloria de la tribuna, del libro y de las redacciones profesionales y (¿……?), leyó un hermoso discurso rindiendo el cumplido honor de la organización del acto a la Medicina civil que orgulloso se mantuvo en su indiscutible puesto de presidente del Colegio.
A continuación el Sr. Canalejas hizo entrega entre grandísimos aplausos, de algunas condecoraciones concedidas a los señores siguientes:

Sanidad Milita.

Médico primero D. Miguel Moreno López, Placa de María Cristina.
Médico primero D. José Andújar Solana, Placa de María Cristina.

Sanidad de la Armada

Subinspector de tercera clase D. Rogelio Moreno Rey, Cruz de tercera clase del Mérito Naval con distintivo blanco.

Sanidad Milita. (Médicos colegiados en Madrid

D. Francisco Huguet Lostao, Cruz Roja del Mérito Militar de primera clase, pensionada.
D. Justo Carmena Ruíz, Cruz Roja del Mérito Militar de primera clase, pensionada.
D. Víctor Guerrero y Díaz de Ulzurrún, Cruz Roja del Mérito Militar de primera clase, pensionada.
D. Nemesio Agudo de Nicolás, Cruz Roja del Mérito Militar de primera clase, pensionada.
D. Alberto Fumagallo Medina, Cruz Roja del Mérito Militar de primera clase, pensionada.
D. Mariano Gómez Ulla, Cruz Roja del Mérito Militar de primera clase, pensionada.
D. José Palanca y Martínez-Fortún, Cruz Roja del Mérito Militar de primera clase, pensionada.
D. Juan Rivaud Ballesteros, Cruz Roja del Mérito Militar de primera clase, sencilla.
D. Antonio Sánchez Reyes, Cruz Roja del Mérito Militar, de primera clase, sencilla.
D. Heliodoro Palacios Salto, Cruz Roja del Mérito, de primera clase, sencilla.

Sanidad de la Armada

Médico mayor D. Enrique Navarro Ortiz, Cruz de segunda clase del Mérito Naval.
D. Francisco Maranges del Valle, Placa de María Cristina.

Esta última honrosa condecoración, ofrendada por el Colegio de Médicos, ofreció la particularidad de haber sido donada por el doctor D. Antonio Espina y Capo, y ser la misma que llevó en el pecho su padre, el distinguido médico de Sanidad de la Armada D. Pedro Espina. Rasgo tan hermoso del eminente decano del Hospital Provincial, fue acogido con extraordinaria simpatía.

Larra y Cerezo, maestro en lides periodísticas, leyó a continuación unas brillantes cuartillas en representación de la Prensa profesional y diaria; Ruíz Albéniz describió en sentidos párrafos el día glorioso de la batalla de Taxdirt, y en representación de sus respectivos Cuerpos leyeron también breves discursos los doctores Altayó y Fernández Caro.

El general Tovar dijo igualmente algunas palabras en nombre del ministro de la Guerra, y los Sres. Arias de Miranda y Canalejas pronunciaron, por último, dos elocuentísimos discursos, enalteciendo el acto y exaltando aquel augusto ministerio de la Medicina, que tiene su más sublime desempeño en los campos de batalla.
El doctor Pulido fue felicitadísimo por el buen éxito de la velada…”

Esta misma noticia, quedaba recogida de esta forma en el rotativo madrileño “El Imparcial” del 29 de abril de 1910, bajo el título “Homenaje al Cuerpo de Sanidad Militar”, diciendo (textualmente):

“…La hermosa iniciativa del Colegio de Médicos de Madrid, al obsequiar al Cuerpo médico castrense , que tan heroicos servicios prestó al Ejército y a la patria en la última campaña de Melilla, con las condecoraciones que el gobierno ha otorgado , tuvo lugar anoche en el salón de actos del Ateneo.

Presidió el Sr. Canalejas. A su derecha estaban el capitán general Sr. Azcárraga, el general Ríos, el general Tovar, en representación del señor ministro de la Guerra y los señores Altayó, Larra y Cerezo, jefes del Cuerpo de Sanidad Militar. A la izquierda del señor Canalejas figuraban el señor ministro de Marina, el doctor Pulido, el Sr. Fernández Caro, el Sr. Francos Rodríguez y el Sr. Ruíz Albéniz, que tanto sobresalió en la campaña como facultativo y como corresponsal experto.

La solemnidad dio principio con discurso muy elocuente del doctor Pulido, en la cual encareció la misión del médico en la sociedad civil, y muy particularmente en los campos de batalla.
El doctor Pulido tuvo palabras sentidísimas para los héroes vivos y muertos, que asistieron a los soldados en los días más luctuosos de la campaña.
Después e doctor Pulido fue llamando a la presidencia a los médicos primeros premiados con la cruz de primera clase de María Cristina, Sres. Moreno López (D. Miguel), Andújar Solana (D. José) y Maranges del Valle (D. Francisco).

Recibieron de manos del Sr. Canalejas la cruz roja de primera clase del Mérito Militar pensionada los Sres. D. Miguel García Rodrigo, D. Clemente Herranz Lamielo, don Santos Rubiano y Herrero, D. Francisco Maranges del Valle, D. Francisco Uguet Lostao, D. Justo Carmena Ruíz, D. Quintín Aracorna y Álava, D. Germán Sorní Peset, D. Gustavo Prieto Muñoz, D. Carlos Gómez Moreno Martínez, D. José Picó Pamies, D. Víctor Herrero y Díez Ulzurrún, D. Virgilio Hernando Quecedo, D. Benajmín Tamayo Santos, don Elíseo Rodríguez Sayans, D. Manuel García Sánchez, D. Vicente Vidal Frenero, D. Nemesio Agudo Nicolás, D. Alberto Fumagallo Medina y D. Mariano Gómez Ulla. Todos fueron aplaudidísmos al recibir las merecidas recompensas.

El Sr. Larra y Cerezo, como representante de la Prensa del Cuerpo de Sanidad, leyó un breve discurso de gracias por el honor que todos sus compañeros recibían de los médicos civiles.

Fueron muy notables, por lo bien sentidas y por la modestia que en él revelaron las palabras del Sr. Ruíz Albéniz, a quien el Cuerpo de Sanidad Militar ha dedicado un álbum firmado por todos los jefes y oficiales, en recompensa de sus valerosos servicios.

Los discursos de los Sres. Altayó. Inspector de la primera región, y Fernández Caro, jefe superior de Sanidad militar, fueron muy notables y celebrados. En uno y otro resplandeció el sentimiento de fraternidad entre los médicos civiles y militares. Las palabras de ambos señores interpretaron fielmente el espíritu de los oyentes, entre quienes figuraban todos los jefes y oficiales del Cuerpo residentes en Madrid.

Después de unas concisas expresiones del Sr. Arias de Miranda, ministro de Marina, habló el presidente del Consejo.

Dijo el Sr. Canalejas que S.M. el rey se asociaba al acto que se celebraba. Recordó los hermosos trabajos de los médicos en nuestra última guerra colonial, que tuvo ocasión de ver y admirar sobre el terreno. Significó su amor al Ejército y exaltó la idea de Patria. Enalteció los merecimientos insignes que asisten al Cuerpo de Sanidad, felicitándose de su confraternidad completa con el de Sanidad civil, y también de la armonía e identificación del Ejército con las otras categorías sociales, que consideró como un deber ineludible para el acrecentamiento de la prosperidad nacional. El Sr. Canalejas fue muy aplaudido.

El auditorio que llenaba literalmente el salón y en el que figuraban muchas damas, salió complacidísimo de la velada…”

Ese 29 de abril de 1910, con motivo del homenaje recibido por los Cuerpos de Sanidad Militar del Ejército y de la Armada y de las condecoraciones otorgadas, referidas anteriormente, en el Palacio de Exposiciones del Retiro de Madrid al que asistieron 450 comensales, entre otros el médico primero D. Mariano Gómez Ulla, el cual ocupó puesto en la mesa de honor junto a sus compañeros condecorados, fueron agasajados con un banquete.

1911, final de la comisión desempeñada y regreso a su destino en plantilla

En 1911, cesó el doctor Gómez Ulla en la comisión que desempeñaba en la ambulancia de montaña afecta a la primera división expedicionaria, debiendo de regresar a su destino e incorporarse en plantilla.. Dicho cese, quedó recogido así en prensa, el 9 de febrero de 1911:

“…Baja.-La causa en el servicio activo el médico provisonal D. Félix Zapatero y Pérez.
Destinos.- Se ha dispuesto que los médicos primeros D. Gustavo Prieto Muñoz, D. Alberto Conradi Rodríguez, D. Ramiro Torreira y Martínez, D. Manuel Romero García, D. Mariano Navarro Moya, D. León Romero Corral y D. Eduardo Zuazua Gaztetu, continuen en Ceuta hasta que se incorporen sus relevos desempeñando los servicios que les estaban encomendados.

También se ha dispuesto que los médicos primeros D. Mariano Gómez Ulla, del Hospital Madrid-Carabanchel y D. Eduardo Sánchez Vega y Malo, de la plana mayor de la brigada de tropas de dicho Cuerpo, y al médico segundo D. Alberto Blanco Rodríguez de la Clínica de urgencia de esta corte, cesen en las comisiones que desempeñan, respectivamente, en las ambulancias de montaña afectas a la primera, tercera y segunda divisiones expedicionarias y se incorporen a sus destinos de plantilla…”

1913, Tribunal examinador

En 1913, formó parte el médico primero del Hospital de Madrid-Carabanchel, D. Mariano Gómez Ulla, de un tribunal examinador, presidido por el general de la 1ª brigada de la 4ª división de Caballería, D. José Fernández de la Puente. Se examinaba a aquellos sargentos que quisieran optar al ascenso a oficiales (2º teniente de la escala de reserva, que era la asignada a los suboficiales de entonces que quisieran optar al empleo de oficial). Los exámenes, eran anunciados para el día 1º de septiembre a las 09:30 horas y en día sucesivos, avisándose de la próxima convocatoria de exámen, la víspera del mismo. Estas pruebas, se hicieron en el local de la Biblioteca del ministerio de la Guerra.

1915, fallece su esposa doña Elisa Salinas de Gómez Ulla

Mientras el médico primero D. Mariano Gómez Ulla, se encontraba de comisión en el extranjero, falleció en Madrid, lugar donde fue enterrada, su esposa, doña Elisa Salinas de Gómez Ulla.

1916, una visita al frente francés, durante la 1ª guerra mundial. “La Gran Guerra”

El 27 de noviembre de 1916, en el Ateneo de Madrid, se celebraba una sesión científica de esa Corporación. La charla, corría a cargo del Doctor Gómez Ulla, y versaba, sobre los “Servicios Sanitarios en la guerra actual”, dimanante de una visita que había hecho al frente francés durante la guerra que se estaba desarrollando en Europa.

1917. Médico mayor

El 4 de agosto de 1917, se publicaba en “La Correspondencia Militar”, el ascenso a Médico Mayor, del Médico Primero D. Mariano Gómez Ulla. Los ascensos publicados, fueron los siguientes:

A Subinspectores médicos de primera.

Subinspector médico de segunda D. Eustasio González Velasco.
Subinspector médico de segunda D. José Salvat.
Subinspector médico de segunda D. Juan Valdivia.

A Subinspectores médicos de segunda.

Médico mayor D. Justo Muñoz.
Médico mayor D. Diego Naranjo.
Médico mayor D. Cándido Navarro.

A Médicos mayores.

Médico primero D. Francisco López Elizagaray.
Médico primero D. Paulino Paredes.
Médico primero D. Mariano Gómez Ulla.

A Médicos primeros.

Médico segundo D. Salvador Vicente Estevez.
Médico segundo D. José Gamir.
Médico segundo D. Juan Martín Rocha.

El 22 de agosto de 1917, se publicaba también en “La Correspondencia Militar” los que habían tenido la clasificación de “Apto” para el ascenso, una serie de médicos militares entre los que se encontraba el ya Médico Mayor D. Mariano Gómez Ulla y, los destinos a los que se les designaba, informándonos en algún caso, de donde se encontraban en ese momento, hallándose Gómez Ulla, de comisión en el extranjero. Estos médicos eran:

“…Sanidad Militar.

Clasificaciones.- Aptos para el ascenso cuando la antigüedad les corresponda, los subinspectores médicos de primera clase, D. Joaquín Gamir, D. Ramón Sáez y D. Enrique Feyto.

Destinos:

Médico primero D. Heliodoro del Castillo, a Vocal interino de la comisión mixta de Cuenca.
Subinspector médico de primera clase D. Fidel Lombana, a Jefe de Sanidad Militar de la Comandancia General de Ceuta-Tetuán.
Subinspector médico de primera clase D. Eustasio González Velasco, a Jefe de Sanidad Militar de Tenerife y, director del hospital.
Subinspector médico de primera clase D. José Salvat, a Jefe de Sanidad Militar de la octava región y director del Hospital de La Coruña.
Subinspector médico de primera clase D. Juan Valdivia, a excedente de la primera región.
Subinspector médico de primera clase D. Federico Parreño, al Hospital de Granada, como director.
Subinspector médico de segunda clase D. Rodrigo Moya, a la asistencia de plana mayor de la Capitanía General de la quinta región y, Subinspección.
Subinspector médico de segunda clase D. Justo Muñoz García, al Hospital de Santa Cruz de Tenerife
Subinspector médico de segunda clase D. Diego Naranjo, al Hospital de Vitoria.
Subinspector médico de segunda clase D. Ignacio Galo, al Hospital de Tarragona como director.
Subinspector médico de segunda clase D. Enrique Solano, al Hospital de Zaragoza.
Subinspector médico de segunda clase D. Cándido Navarro, al Hospital de Sevilla.

Médico mayor D. Mariano Gómez Ulla, en comisión en el extranjero, al Hospital de Madrid-Carabanchel, continuando en dicha comisión.
Médico mayor D. Virgilio Hernando Quevedo, a excedente en la primera región, y en comisión a la Comandancia Laboratorio (¿……..?) y Biblioteca de Ingenieros de Madrid.
Médico mayor D. José Andújar, al Colegio de Huérfanos de la guerra.
Médico mayor D. Carlos Vilaplana, en comisión en el extranjero, a la Academia de Ingenieros, continuando en la referida comisión.
Médico mayor D. Pedro Bouthelier, en comisión, en curso de bacteriología en esta corte, al Hospital de Algeciras como director, continuando en el referido curso.
Médico mayor D. Paulino Paredes, a excedente en la cuarta región.
Médico mayor D. Lorenzo Puncel, al Hospital de Cádiz.
Médico mayor D. Francisco López Elizagaray, a excedente en la primera región.

Médico primero D. Pedro Sainz García, al Regimiento de Artillería pesada.
Médico primero D. Enrique Ayuso, a las Comandancias de Artillería y de Ingenieros de Cartagena.
Médico primero D. Gonzalo López Rodrigo, al primer batallón del Regimiento de Infantería de Alcántara.
Médico primero D. Ángel Capa, al segundo batallón del Regimiento de Infantería de la Reina, en plaza de segundo, incorporándose sin esperar su relevo.
Médico primero D. Mariano Anfruas, al batallón de Cazadores de Estella.
Médico primero D. Fermín Palma, al cuarto Establecimiento de Remonta.
Médico primero D. Eduardo Villegas, al Regimiento de Infantería de Palma.
Médico primero D. Juan Martín Rocha, al batallón de Cazadores de Ciudad Rodrigo.
Médico primero D. José Gamir, al Hospital de Larache.
Médico primero D. Salvador Vicente Estévez, a secretario de la Jefatura de Sanidad Militar de Tenerife.
Médico primero D. Heliodoro del Castillo, al Regimiento de Infantería de Vizcaya.

Médico segundo D. José Javar, al segundo batallón del Regimiento de Infantería de Tetuán.
Médico segundo D. Fernando López Loza, a la sexta compañía de la brigada de tropas del Cuerpo.
Médico segundo D. José Buera, al segundo batallón del Regimiento de Infantería del Rey.
Médico segundo D. José Espina, al segundo batallón del Regimiento de Luchana.
Médico segundo D. Ricardo Villanueva, a la sexta compañía de la brigada de tropas del Cuerpo en comisión, por necesidades del servicio, y sin causar baja en su actual destino.
Médico segundo D. José Cuesta, al Hospital de Larache.
Médico segundo D. Porfirio Garilleti, al Hospital de Alcazarquivir.
Médico segundo D. José Torres, a la Comandancia General de Larache para consultorios.
Médico segundo D. Alberto Leyva, al segundo batallón del Regimiento de Serrallo.
Médico segundo D. Ángel Rincón, a la brigada de tropas del Cuerpo en Madrid.
Médico segundo D. Heriberto Villalobos, a los grupos de Hospitales de Ceuta.
Médico segundo D. Fernando Plaza, al segundo batallón del Regimiento de Infantería de la Princesa.
Médico segundo D. Antonio García Pantaleón, a los grupos de Hospitales de Ceuta.
Médico segundo D. Juan Pérez Ruíz, al segundo batallón del Regimiento de Otumba.
Médico segundo D. Antonio Crespo, al segundo batallón del Regimiento de Infantería de Toledo.
Médico segundo D. Juan Chaguaceda, al Regimiento de Ferrocarriles.
Médico segundo D. Cecilio Fariñas, a la Compañía Mixta de Sanidad de Melilla.
Médico segundo D. Rafael Castelo, a las tropas afectas al Servicio de Aerostación de Madrid por necesidades del servicio.
Médico segundo D. Mariano Grañó, al Hospital de Urgencia de esta corte, por necesidades del servicio.

Médico provisional D. Félix Vegué, a la Academia de Ingenieros.
Médico provisional D. Francisco revuelta, al segundo batallón del Regimiento de Infantería de Extremadura.
Médico provisional D. Rogelio Baixau, al primer batallón de Infantería de Sevilla.
Médico provisional D. Juan Segura, al segundo batallón del Regimiento de América.
Médico provisional D. Ángel Rodríguez Guerra, al primer batallón del Regimiento de Infantería de Burgos.
Médico provisional D. Manuel Guallart, al segundo batallón del Regimiento de Infantería de San Quintín.
Médico provisional D. Antonio Gijón, al segundo batallón del Regimiento de Infantería de La Lealtad.
Médico provisional D. Sinforiano Vierna, a talleres de material de Ingenieros.

Se concedía real licencia por matrimonio, al médico segundo D. Vicente Vilar para casarse con doña Josefa de la Peña. En “La Correspondencia Militar” del día 4 de agosto, también se había anunciado concesión de real licencia para contraer matrimonio, al médico segundo D. César Merás, para casarse con doña Manuela Cambronero.

1914 – 1918. Organizador de equipos quirúrgicos

Entre otras cosas, fue durante la gran guerra de 1914-18, organizador de los equipos quirúrgicos. En 1916, había visitado el frente francés de donde dio como ya se ha citado, una charla en el Ateneo madrileño, titulada “Servicios Sanitarios en la guerra actual.

1920. Real Audiencia

En enero de 1920, el doctor D. Mariano Gómez Ulla, ahora ya con grado equivalente al de Médico mayor que era el de comandante médico, fue recibido en Real Audiencia Militar, por S.M. El Rey D. Alfonso XIII, en presencia del Capitán General de la región junto a otros jefes y oficiales.

1921. Regreso a Melilla

El 3 de septiembre el comandante médico D. Mariano Gómez Ulla, regresaba a Melilla, lo hacía en calidad de Inspector General de los Servicios de Sanidad de África, habiendo ya destacado notablemente como cirujano militar. Había formado 7 equipos con los 14 mejores cirujanos militares del momento. En Sevilla y Málaga, debía de organizar los Hospitales de evacuación de heridos procedentes de Melilla y, en Cádiz y Algeciras, para los procedentes de Larache y Tetuán. Debía también de organizar y montar, los servicios de ambulancia y trenes sanitarios.

Mientras estuvo en Sevilla, presentó en Madrid al ministro, un proyecto para la construcción de un Hospital de Sangre en el antiguo Convento de San Jacinto, en el barrio de Triana.

El 9 de enero de 1921, se daba la noticia en el periódico “La Época”, de la llegada del comandante médico Gómez Ulla a Melilla junto con el Inspector de Sanidad Sr. Valdivia. Gómez Ulla, iba ya a practicar algunas intervenciones quirúrgicas catalogadas como difíciles.

1922. Muerte del teniente coronel González Tablas. Homenaje en Madrid

En los meses de febrero y de junio, el Rey, volvía a recibir en Real audiencia al Doctor Gómez Ulla.

El doctor Gómez Ulla, operó al teniente coronel D. Santiago González Tablas y García Herrero, herido de gravedad al recibir un balazo en el vientre. El proyectil, había destrozado el bazo y atravesado el vientre, todo y los esfuerzos del comandante médico D. Mariano Gómez Ulla, no pudieron salvar la vida de González Tablas. De estos hechos, se daba nota en la prensa del 15 de mayo de 1922, de la siguiente forma, bajo el título “…Detalles de la muerte de González Tablas…”

“…Por telegramas y radiogramas se han recibido importantes detalles sobre la muerte del heroico teniente coronel González Tablas. El jefe de las fuerzas Regulares fue herido cuando al mando de los suyos libraba rudísimo combate con un núcleo numeroso de enemigos en las proximidades de Tazaret. Era el momento más peligroso de la jornada.

González Tablas mandaba, como siempre las fuerzas de choque de la columna Serrano, formadas por los Regulares indígenas. Después de tomado el poblado de Tazarut, los contingentes de El Raisuni atacaron rudamente a la columna Serrano.
Entonces las tropas de Regulares retrocedieron, y hubieran emprendió precipitada fuga, determinando un desastre fatal para nuestras tropas, si la oficialidad con el teniente coronel González Tablas a la cabeza, no se hubiera lanzado contra los kabileños para dar ejemplo a los Regulares y hacerles resistir la embestida de los partidarios de El Raisuni.

Las tropas indígenas, enardecidas ante el heroísmo de su jefe, resistieron y por un momento salvaron la situación; pero al atacar de nuevo los kabileños, por segunda vez vacilaron ante aquella avalancha de fuego, que sembraba la muerte entre las filas de los amigos de España.

González Tablas y la oficialidad repitieron la heroicidad, y jugándose la vida en un último esfuerzo, trataron de hacer frente al enemigo. En aquel momento eran las diez de la mañana, cuando González Tablas arengaba a los soldados, una certera bala atravesó el vientre del valeroso jefe, y éste se desplomó, mortalmente herido.
Algunos de los suyos lo recogieron inmediatamente, trasladándolo a retaguardia. Como la gravedad de las heridas reclamasen una arriesgada intervención quirúrgica, el Sr. González Tablas, con las debidas precauciones, fue trasladado al hospital de urgencia más inmediato.

Inmediatamente los facultativos que le asistieron estimaron que era de toda urgencia la práctica de un operación para extraer el proyectil que tenia alojado en el vientre. El estado del herido se agravó considerablemente. El doctor Gómez Ulla reconoció la herida y se dispuso a operarle.

La bala le había destrozado el bazo y perforado el estómago. No pudo conseguirse que recobrara el conocimiento y falleció a las nueve de la mañana siguiente…”

Recibía el 25 de junio de 1922, en el Hotel Palace, de Madrid, un homenaje a iniciativa de la Casa de Galicia, en reconocimiento por la gran labor prestada en Marruecos. De dicho banquete en homenaje al ilustre médico militar, se hizo eco en la prensa, publicándose en “La Correspondencia de España” del día 26 de junio lo siguiente, bajo el título “..: Cuerpo de Sanidad Militar, Homenaje el doctor Gómez Ulla…”

“… Ayer tarde, a la una y media, se celebró en el Palace Hotel el banquete organizado por el Centro Gallego de Madrid en honor del eminente médico militar, jefe de los equipos quirúrgicos de África, D. Mariano Gómez Ulla.

Al acto, que resultó una fiesta hermosa, emocionante, asistió brillante representación de las ciencias, de las artes, del Ejército, de la política, para rendir un tributo de admiración al hombre sabio, bueno, cariñoso, que con su ciencia ha salvado de la muerte muchos cientos de vidas de soldados heridos en las ingratas tierras del Rif.
Ofreció el banquete el ilustre doctor D. Jacobo Elizagaray, en nombre de la Casa de Galicia, el cual pronunció un notable discurso ensalzando los extraordinarios méritos del agasajado. Dio lectura a un escrito que circulaba por el Ejército de Marruecos, en el cual, como testimonio de agradecimiento a los grandes servicios prestados en el campo de batalla por el doctor Gómez, debe fundar el Estado un Hospital que lleve su nombre. Esta iniciativa fue acogida por los selecta concurrencia con grades aplausos.
Habló después el presidente del Centro Gallego, marqués de Leis, proponiendo que solicite para el doctor Gómez Ulla la Gran Cruz de Beneficencia.

Discurso de Vázquez Mella

Después, el gran orador D. Juan Vázquez de Mella pronunció un bellísimo discurso elogiando los sabios que ha producido la gloriosa Universidad compostelana, entre los cuales ha salido el notabilísimo cirujano militar.
Con arrebatadora elocuencia entonó un himno a la raza hispana, que a pesar de tener un Estado decadente, soporta y afronta las más grandes visicitudes con admirable patriotismo. Las últimas palabras del insigne orador fueron ahogadas con una ovación estruendosa.

Otros discursos.

En nombre de la Prensa de África dijo unas sentídisimas palabras de afecto, cariño y admiración el distinguido médico y periodista D. Víctor Ruíz Albéniz, manifestando que tenía el encargo de los regulares y legionarios de Ceuta de adherirse al homenaje que se estaba celebrando.

El general jefe de los servicios sanitarios de Marruecos, D. Federico de Urquidi glosó la brillante historia militar del doctor Gómez Ulla. El coronel Plaza, director del Hospital Militar de Carabanchel, manifestó que llevaba el encargo del personal médico, enfermos, hermanos de la Caridad y personal administrativo de abrazar al comandante médico Gómez Ulla. También pronunció unas elocuentes palabras el abogado Sr. Doval, agradeciendo, en nombre del Cuerpo de Sanidad Militar, la manifestación de simpatía que se celebraba elogiando los méritos de uno de sus miembros.

Entre aplausos y vivas se levantó el festejado, para dar las gracias, y con honda emoción dedicó el homenaje a todos los jefes de equipos quirúrgicos, que tan dignamente cumplen con su deber y que son los verdaderos merecedores de todo género de alabanzas.

Ensalzó su amor al Ejército, diciendo que es un médico militar por verdadera vocación y negó que él posea los altos merecimientos que se le señalaban, creyendo que estas manifestaciones de sus compañeros, amigos y paisanos, nacen del cariño que le profesan.
Por última, dedicó un sentido recuerdo a su venerable madre, a la que se acordó enviar un telegrama a Santiago de Compostela. El ilustre doctor Gómez Ulla fue ovacionado constantemente durante su discurso.

La concurrencia fue muy numerosa. En la mesa presidencial estuvieron sentados los ex ministros marqués de Figueroa, vizconde de Eza, Wais, y D. Leonardo Rodríguez, el alcalde de Madrid, los generales Aizpuru, Aguilera, marqués de Cavalcanti, Urquidi, Valdivia, D. Justo Martínez y Saro; el marqués de Leis; el director general de Sanidad, señor Martín Salazar; el arquitecto D. Antonio Palacios; el director del Museo del Prado, señor Álvarez de Sotomayor; el decano de la Facultad de Medicina Sr. Recasens y los señores Camino, Casares (D. José), Vades Failde, Millán Astray, Goyanes, Varela, Radio, Rodríguez Viguri, Aguilar (D. Florestián), Plaza, Bastos, Pagés, Elizagaray (D. Jacobo), Varela (D. Ricardo), Llorens y Ortega Morejón (D. José).

Entre los asistentes estaban los doctores Villa (D. Julián), Masfarré, Valderrama, Picó, Sánchez Covisa (D. José y D. Isidro), Meranges, Gómez Herrero, Arquellada, Juarros, Verdes, Montenegro, Alabern, Pastor Hoyos, Soler (D. Luís) y muchos más que sentimos no recordar, entre los cuales había varios jefes y oficiales de las distintas armas del ejército.

Se leyeron adhesiones del marqués de Alhucemas, conde de Bugallal, general Marzo, jefe de los legionarios teniente coronel Millán Astray y muchas más, que por ser tan numerosas no recordamos…”

También y por acuerdo en la Junta celebrada por los catedráticos de la Facultad de Medicina de Santiago de Compostela, se envió al doctor Gómez Ulla, un mensaje de saludo y felicitación, recordándolo colmo alumno de la misma que fue.

El 20 de diciembre de 1922, se anunciaba que el comandante médico D. mariano Gómez Ulla, cesaba en el cargo de cirujano consultor, por haber desaparecido las causas que motivaron ese nombramiento.

1923. Vida social, pacientes ilustres

En enero y en octubre de 1923, el comandante médico D. Mariano Gómez Ulla, vuelve a ser recibido por S.M. el Rey D. Alfonso XIII, en palacio. En octubre de ese año, asiste como invitado a un banquete celebrado en el “Palace Hotel”, dado por el embajador italiano, marqués Pauiucci di Calboli y en el cual, obsequiaba a los delegados españoles que intervinieron en las negociaciones para el tratado de comercio entre España e Italia y, al que concurrió el Presidente del Directorio. En febrero de ese año, también había operado al ilustre orador Vázquez de Mella, de una dolencia que sufría en su pie derecho con éxito, todo y que la convalecencia, iba a ser larga. Finalmente y por problemas presentados por infección, el pie tuvo que ser amputado, efectuando la operación los doctores Gómez Ulla y Herreros La misma, tuvo lugar en agosto de 1924.

1924. En Tetuán. El capitán D. Ramón Ochando y Serrano

En enero de 1924, volvía de nuevo a ser recibido por el Rey D. Alfonso XIII.

El doctor Bustos, daba una conferencia en la Real Academia de Medicina, sobre 11 de mayo de 1924. La misma, versaba sobre “Los resultados de la cirugía de la rehabilitación en los inválidos de guerra españoles”. En la conferencia, resaltó las nuevas orientaciones y rehabilitaciones llevadas a cabo por el cirujano militar D. Mariano Gómez Ulla, el cual había aplicado a todos sus pacientes, el “aparato del doctor Sanerbruch”, con el cual, los inválidos, se podían manejar perfectamente.

En octubre de 1924, localizamos al doctor Gómez Ulla en Tetuán, ya que según una nota de prensa del 14 de octubre de 1924, le sitúa en esa plaza militar, asistiendo a un aviador español herido en combate, el capitán Ochando. Dicha nota, publicada en el diario “Siglo Futuro”, decía así (textual):

“…El capitán Ochando. Tetuán 13.- El capitán Ochando herido en los días pasados en la zona de Larache, ha fallecido. El finado ocupaba un aparato tripulado por Spencer, y en el momento de descender, con objeto de defender una columna atacada, recibió un disparo en el muslo, de abajo arriba, que le causó una herida longitudinal. El capitán Ochando, a pesar del accidente, arrojó 20 bombas que había dispuestas en el aparato. Cumplida su misión regresó el aparato a Tetuán, a donde Ochando llegó desmayado por efecto de la hemorragia siendo operado por el doctor Gómez Ulla. El capitán Ochando, por su heroico comportamiento, está propuesto para la cruz de los valientes: para la laureada de San Fernando…”

Nota sacada del trabajo “Alto y Clarowww”, galería de Laureados de 1924, y referente a D. Ramón Ochando y Serrano, para hacernos una pequeña idea del estado en que arribó el capitán Ochando, a manos del doctor Gómez Ulla ya que probablemente, el balazo recibido, le habría alcanzado las arterias femoral o iliaca.:

“…El día 26 de septiembre de 1924, el capitán de Estado Mayor D. Ramón Ochando y Serrano tripulaba como observador jefe de equipo el aparato “Napier 63”, que formaba parte de la escuadrilla de protección de la columna de Zoco El Jemis de la zona de Larache, encargada de la retirada de las posiciones de Tahar Berda y García Acero, con la misión de reconocimiento y bombardeo. Para ser más eficaz la realizó a reducida altura y, no obstante haber sido herido gravemente al terminar el reconocimiento, antes de comenzar el bombardeo, por disparo del enemigo atrincherado en la proximidad de la última de las citadas posiciones, se opuso con elevado espíritu a regresar a la base. A pesar de la intensa hemorragia que sufría, continuó el bombardeo hasta arrojar el total de la dotación que llevaba en el aparato, regresando al aeródromo de Tetuán, terminando por completo su cometido y donde, al ser reconocido en el hospital de la referida plaza, quedó hospitalizado, falleciendo el día 12 de octubre del mes siguiente…”

Hans Nicolás i Hungerbühler

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