20 de julio de 1909: Sidi Musa. Batallón de Cazadores de Mérida. Combates del dia 20 de julio de 1909 en Sidi-Musa, pequeñas historias particulares de los combatientes del batallón de Cazadores de Mérida. - Capitán D. Armando Zamora Flores. - Sargento D. Daniel Batalla Juan. - Sargento D. Francisco de Ventoseca Izquierdo. - Sargento D. Francisco Bentorcher Izquierdo. - Soldado D. Vicente Castell Muñoz. 1ª pierna amputada de la campaña. - Soldado D. Román Soria Rubio. Los combates del 20 de julio. Sidi Musa, al parecer era un punto importante dado que por su barranco, era paso obligado para acceder a la segunda caseta del ferrocarril minero, de ahí, que la morisma insistiera tanto en sus ataques a dicha zona. Los combates del 20 de julio de 1909, en Sidi Musa, fueron encarnizados, los informes oficiales arrojaban un balance de 20 muertos sólo en dicho lugar, el total de aquella fecha, habían sido 33 muertos y 60 heridos. Muchos de los soldados caídos en acción de guerra, tuvieron que ser enterrados allí donde habían perecido dado que las altas temperaturas reinantes, aceleraron la descomposición de los cadáveres, siendo imposible aplazar los enterramientos. La evacuación de Sidi-Musa, después de los combates del día 20 y 21, se llevó a cabo el día 22 por las tropas del general Imaz, las cuales, reforzaron la posición. Esa columna, con tropas de la plaza de Melilla, al mando del general segundo jefe, se había formado el dia 21, con el objetivo de reforzar, municionar y facilitar la evacuación de muertos y heridos de la citada posición. Esta columna iba en combinación con otra, al mando del general gobernador. Ese mismo día 22, Imaz, por medio del heliográfo, informaba al general D. José Marina Vega, acoso con fuego de fusil por parte de los rifeños, los cuales, según informaba el periodista Gombeet, habían causado heridas a un soldado aunque no de gravedad. En el combate del día 21 del mismo mes, el enemigo dejó junto a las trincheras de Sidi-Musa, 14 muertos y que ese mismo día, había enterrado junto a una de las vertientes del monte Gurugú, unos 25 cadáveres, como resultado de su ataque a dicha posición. Los partes de guerra, publicados en “La Época”,hablaban por sí sólo, como se puede ver a continuación (textual): “…Día 21 (6 tarde).- General gobernador a ministro Guerra: He llegado a la plaza para colocarme en sitio general y abarcar el conjunto de las operaciones. Ataque de la harka anoche fue tenaz y osado, por fuerzas numerosas, intentando cortar comunicaciones de las posiciones avanzadas con la plaza, llevando ataque principal a Sidi Musa y caseta núm. 2, y entreteniendo con fuerzas numerosas las posiciones avanzadas de Sidi-Ahmet Hach y su vanguardia; en todas partes se les ha rechazado con bizarría, por más que haya que lamentar pérdidas sensibles; partes hasta ahora dan un capitán y ocho de tropa muertos, y un oficial y 15 heridos en caseta número 2; 23 muertos, y dos oficiales y 35 heridos de tropa y un jefe y varios soldados contusos en posiciones de Sidi Musa. En posiciones avanzadas, un muerto y 6 heridos de tropa y dos contusos. De caballos y mulos, unos 30 entre muertos y heridos. El enemigo ha debido sufrir bastantes bajas; 14 muertos ha dejado junto a la trinchera en Sidi Musa, se sabe que hoy ha enterrado 25 cadáveres en una vertiente del Gurugú como resultado del ataque a Sidi Musa…” Los partes del día 22, tanto el de las 4:30 horas como en el de las 8:45 horas de la mañana, apenas se había registrado actividad, con la salvedad que en el primero, se mencionaba que se había registrado algunos disparos de fusil hacia las posiciones avanzadas, los cuales ya habían cesado. No se registraría actividad hasta una vez reforzada la posición, sufriera heridas un soldado y algunos disparos de cañón y tiroteo sin importancia este último, que hubo la mañana del 23. La noche del 20 de julio, murió en Sidi-Musa, el intérprete práctico del Regimiento de África, cumpliendo fielmente con su deber, El-Gomari. Sidi Musa, era punto de obligado paso para acceder a la segunda caseta. En la segunda caseta, estaba el depósito principal de aprovisionamiento de las fuerzas destacadas en la zona, y que en escolta y protección de un convoy desde el Hipódromo hasta este punto, costaría la vida a tantos militares españoles días después, en el Barranco del Lobo, entre ellos al general de brigada D. Guillermo Pintos Ledesma, concretamente el dia 27 de julio, es decir apenas una semana más tarde. Fue reforzada la posición al preverse nuevos ataques, cosa que queda reflejada en la siguiente noticia aparecida en “La Época”” del 23 de julio de 1909: “…Últimas noticias. Ampliación de detalles.-Siempre en Sidi Musa.-Certeros disparos de la Artillería.-¿Balas explosivas?.-Bajas de los moros. Melilla 23 (6 mañana). Apenas si hay que ampliar algo después de mi telegrama de las once de la noche, sobre el combate que se verificó por la tarde. El general Imaz, comprendiendo, que el ataque a las posiciones que ocupaba pudiera muy bien encubrir el proyecto de correrse de la falda del Gurugú al barranco de Sidi Musa, paso obligado para la segunda caseta del ferrocarril minero, dio las órdenes convenientes para que se extremara en dicho punto la vigilancia. El general no se equivocó. A las seis de la tarde comenzó a presentarse el enemigo, bajando por la cañada , y en aquel momento una batería situada en el cuartel general rompió el fuego, y los cañones de las baterías del Hipódromo enfilaron el paso, lanzando una nube de proyectiles sobre los moros. Estos contestaron disparando sus fusiles; pero los tiros de la Artillería eran tan certeros, que las granadas caían entre sus filas, viéndose perfectamente los estragos que causaban. En vista de la imposibilidad de seguir avanzando, retrocedieron al Gurugú, cuyas cumbres se llenaron de hogueras al entrar la noche. De ocho y media a nueve la presencia de algunos grupos hizo reanudar el fuego, pero fue de corta duración. El resto de la noche transcurrió tranquilo, ejerciéndose gran vigilancia, por si la presencia de los moros en la tarde de ayer es el preliminar de algunas nuevas acometidas. Parece confirmarse que los moros usan balas explosivas. El general Marina adopta precauciones para evitar sorpresas. Si hemos tenido bajas ayer, serán muy escasas puesto que la Artillería no permitió acercarse al enemigo que en el desfiladero de Sidi Musa dejó muchos cadáveres. El número de bajas que tuvo en los combates del 20 ascienden, según buenos informes, a 118 muertos y 250 heridos-.Gombeet…” Se daba en ese periódico, que el 23 los vapores “Rabat” y “Valdés”, habían traído al batallón de Cazadores de Figueras núm. 6, que habían desembarcado ya en Melilla, siendo recibidos en el puerto por el general Marina y varios jefes y oficiales. En el rotativo madrileño “El Imparcial” de fecha 23 de julio de 1909, el combate del dia 20 en Sidi Musa, era relatado de la forma siguiente: “…Detalles del combate de anteayer.-La propaganda religiosa de los santones.-Muchedumbre de enemigo.-Heroísmo de nuestros soldados. No será posible que quede suficientemente relatado el combate del día 20 y noche del 21. El desorden de la información propio de casos semejantes, impide formar idea de a donde llegaron la insistente ferocidad del enemigo y el orden de bravura de nuestras tropas. Fue la lucha tan larga como extensa. Al mismo tiempo fogueaban nuestro campamento de Sidi-Ahmed-El-Hach y las posiciones de la segunda caseta del ferrocarril y de los barrancos de Sidi-Musa. Se habían propuesto los rifeños cortar la línea que une Melilla con las posiciones avanzadas. Era ese el principal objetivo de su plan. Por esos procuraban distraer las fuerzas fogueando desde la altura dominante del Gurugú al campamento y embestían por la segunda caseta y por las desigualdades del terreno, intentando envolver la posición de Sidi Musa. Allí la lucha fue espantosa. Muchedumbre infinita de rifeños se renovaba incesantemente en el ataque. Las tropas españolas fogueaban sin interrupción y con orden perfecto. Dejaban que los enemigos llegasen, y cuando estaban, seguramente dentro de la acción del tiro hacían descargas cerradas. La artillería causaba estrago espantoso en los rifeños, pero el ataque no se interrumpía y era cada vez más recio. El capitán de artillería Sr. Roger que murió allí, ordenó y dirigió varias salidas para detener a los moros. Hubo combates cuerpo a cuerpo, entre gritería ensordecedora. Cerca de diecisiete horas duró el ataque de los moros y la resistencia de nuestras tropas en Sidi-Musa. Recuérdese que a las tres de la tarde se había generalizado el fuego contra esta posición, y que duró hasta las siete y media de la mañana del día siguiente. Asombra como nuestros soldados, no sólo conservaron la posición atacada, sino que además hicieron huir al enemigo. Allí tuvimos 23 muertos y 33 heridos. Estas cifras espantosas demuestran cuanta fue la insistencia del ataque. Hubo momentos de gran peligro y confusión. Será esta una de tantas páginas del heroísmo de nuestro Ejército que quedarán inéditas. Entre los rifeños que atacaban la posición de Sidi Musa estaba un santón que desde hace días viene excitando los sentimientos religiosos de los rifeños y que arengaba a sus combatientes asegurándoles que ibamos a ser vencidos. Esta escena trágica quedará en el lugar de honor en la crónica de los sucesos militares de Melilla…” Sobre esta defensa que hizo el capitán de artillería Sr. Roger, en “El Imparcial” de fecha 31 de agosto de 1909, se corrigió que el capitán citado, estaba en la segunda caseta y no en Sidi Musa y que el que defendió aquella posición fue el capitán D. Armando Zamora Flores, muerto en los combates del 20 al 21 de julio. El capitán Sr. Roger, falleció heroicamente en la defensa de la segunda caseta del ferrocarril. Hans Nicolás Hungerbühler |
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