ÉRASE UNA VEZ MELILLA

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GRUPO DE ESCUELAS MIXTAS

EN EL BARRANCO DEL LOBO

sábado, 16 de mayo de 2009

El capitán Fernando Fdez. de Cuevas 3/4








“Dejadme y seguid combatiendo” El capitán D. Fernando Fernández de Cuevas y de Ramón, ha caído

En 1969, en la recopilación hecha sobre las Campañas de Marruecos entre 1909 y 1927 y concretamente en la parte relativa al primer mes de la misma, y en la que el capitán D. Fernando Fernández de Cuevas fallece en los combates alrededor de Sidi Musa el 23 de dicho mes en el aduar de Iguemarien, su gesta al tomar el mando de los soldados en el asalto, tras la muerte del coronel D. Venancio Álvarez Cabrera de Nevares, quedó recogida en la forma textual que a continuación se cita y que apareció publicada en el fascículo núm. 2 de la coleccións facscímil “España en sus héroes”, núm. 2, titulado “Hogueras en el Gurugú.

“…En el flanco derecho, la 1ª compañía es la más adelantada del tercer batallón. A la orden del capitán Fernández de Cuevas, avanza bajo el fuego de los moros hasta unos 200 metros de aquellas casas del poblado de Iguemarien, rodeadas de chumberas, desde las que los
kabileños disparan a placer. El tiroteo se extiende a lo largo de toda la línea. Poco a poco, los cazadores se va sintiendo indefensos frente a los certeros tiradores, bien protegidos en su posición dominante. De continuar así, parece imposible llegar al asalto.

La momentánea superioridad del enemigo sólo podría ceder en un ataque a la bayoneta. En los combates del día 9 se había comprobado que los españoles, aún con inferioridad numérica, lograba éxitos gracias a la preparación artillera y al asalto general al arma blanca. En el ataque a Iguemarien, el problema aumentaba por la falta de artillería, pero si el poblado se conquistaba, la nueva posición seria base de partida para atacar Ait Aixa, en la que, reorganizada lo columna, reuniendo todas las compañías, incluso las expedicionarias de Cazadores de Barcelona, y apoyados por el fuego de la artillería que quedó en Sidi-Musa, las posibilidades iban a ser considerables.

Álvarez Cabrera ordenó a la compañía de Fernández Cuevas dar el asalto y el capitán manda calar los machetes. -¡África nunca se queda atrás!-. Era la consigna de combate de los soldados de África al lanzarse al asalto. Fernández de Cuevas, como siempre, llega con los primeros a Iguemarien, mientras la sección del teniente Román por la derecha, la de Jiménez en el centro y la de Mayorga a la izquierda, acaban de desalojar de las casas a los rifeños, que, perseguidos por el fuego, ceden el campo y se retiran al otro lado del barranco.

La primera parte de la operación del coronel Álvarez Cabrera está cumplida. Ahora, desde allí, emprenderán el ataque definitivo, en cuanto se reúnan las fuerzas disponibles. Pero la inferioridad numérica de los españoles sigue notándose. En la posición conquistada, los hombres de Fernández de Cuevas reciben un diluvio de proyectiles. Frente a ellos, el perfil de la loma de Ait Aixa, el próximo objetivo, se ha convertido en un avispero de excelentes tiradores, que hace peligroso el menor movimiento.

El fuego rifeño lame de enfilada su pequeña loma dirigido desde la izquierda, desde las posiciones que la 2ª compañía del 2º batallón de Melilla no ha podido conquistar. Más allá, al mismo costado, por las estribaciones del pico de Kol-la, un nutrido tiroteo se ensaña sobre los escasos efectivos de la 1ª del 3º de África, la de Fernández de Cuevas. Sus bajas ya son numerosas y con ello la situación vuelve a agravarse por momentos.

Los moros, conscientes de su dominio, inician un ataque contra Iguemarien, aprovechando las zonas ocultas del terreno, pero las certeras descargas de los españoles cortan radicalmente el ataque. Algunos cadáveres de los atacantes, tendidos junto a las piedras, son como una seria advertencia a quienes intentase proseguir. Pese a ello, reforzado, aún intenta el enemigo recuperar la posición y se lanza en masa sobre la pequeña loma desde el fondo del barranco. Se produce un momento difícil y un grupo de cabileños penetra en la posición. Fernández Cuevas sale, se adelanta y extiende un brazo en dirección al adverasrio. Es una orden, un ejemplo, un impulso. Su compañía le sigue.

El teniente don José Jiménez Bernal, con la sección del centro, cerca del capitán, encuentra raro un movimiento de éste, como encogiéndose, tras el cual vacila. Jiménez calla por no alarmar a la tropa, pero se da cuenta que han herido al capitán. Luego rectifica: No, Fernández de Cuevas sigue andando y animando a su gente con el gesto.

El teniente don Enrique Mayorga Otazola, con su sección a la izquierda de la guerrilla, va pendiente de los movimientos del capitán y ha observado también su contracción extraña, como dolorosa. Minutos después le ve caer a pocos pasos de él: -¡Pronto cabo! ¡Los camilleros!. Salta el teniente en auxilio del capitán. Ya están con él tres hombres de su sección. Le taponan la herida con una compresa. Mayorga se dirige al cabo: -Retiradle, muchachos. En seguida: Al puerto de socorro-. Pero el capitán le corta en seco: -¡Dejadme!-.-Mi capitán: Cuando uno está herido, hay que evacuarlo-. –Aunque esté herido, dejadme y seguid combatiendo-. Su tono es de orden tajante. No admite más réplicas. Mayorga, sintiéndose obligado a obedecer, se vuelve con sus hombres.

La compañía diezmada, continúa en sus posiciones. Jiménez, cerca del capitán, oye aún animar a los soldados con la voz y el duro ejemplo de avanzar herido.

Poco después, un nuevo asalto enemigo pone la posición en grave aprieto. El número de asaltantes es aún mayor, y su fuego desde puntos bien elegidos, cae seguro sobre los defensores, inmovilizándoles en su posición.

Nadie vio más al capitán Fernández de Cuevas entonces, pero su cuerpo se halló más delante de donde cayó herido. A duras penas había avanzado aún unos pasos, aunque parecía imposible que pudiese mantenerse en pie, con la pérdida de sangre sufrida, la que marcaba el reguero. Unos disparos a bocajarro acabaron definitivamente con él. El capitán Fernández de Cuevas quedaba en Iguemarien como un ejemplo de heroísmo. Sucumbió derecho, como había vivido siempre, en el campo del honor. Tenía treinta y dos años, dejaba una joven esposa viuda y tres niñas huérfanas.

El teniente don Juan Román Jaime, de la escala de reserva,s e hizo cargo de la compañía, por ser el más antiguo. Ordenó a Mayorga recoger el cadáver de su capitán. Tenía las heridas rodeadas por las quemaduras propias del disparo a bocajarro. Lo evacuaron a Sidi-Musa…”

Nota de prensa, sobre el fallecimiento del capitán D. Fernando Fernández de Cuevas y de Ramón

La noticia de la muerte del capitán de Infantería Fernández de Cuevas, hermano de otro oficial del regimiento de Infantería de Melilla, que también combatía en esta Campaña de 1909, D. Teodoro Fernández de Cuevas y de Ramón, era una persona muy conocida en Melilla tanto por su carácter como por su faceta de escritor y poeta, fue dada a conocer entre otros periódicos, en “La Correspondencia de España”,de la forma que sigue a continuación, bajo el título “El Capitán Cuevas” (textual):

“…Otra de las muertes que ha causado aquí profunda sensación es la del capitán D. Fernando Fernández Cuevas.

Vivía aquí ( Melilla ) desde hace algunos años, estaba casado y con hijos. Hace dos días estuve besando a su hija, una preciosa niña de pocos años, de cuya belleza todos los de aquí hacen continuas alabanzas. El pobre Cuevas adoraba en ella, y cuando me la enseñó, me decía: -Verá usted que chiquitina tengo. Es la alegría de la casa-.
Ahora la pobre niña si se dará cuenta de la inmensa desgracia que sobre ella pesa, y no verá más a aquel padre cariñoso que tanto la adoraba.

El pobre capitán Cuevas era popular en Melilla por su genio alegre y expansivo. Fue un escritor culto y poeta inspirado, siendo autor de algunos himnos patrióticos destinados a enardecer es espirítu de los soldados.

Era hermano de otro bizarro capitán del regimiento de Melilla, D. Teodoro Fernández Cuevas, que también ha luchado valientemente en estos sucesos, y al que, como sabeis todos, queremos en la casa de “La Correspondencia de España” como si fuese nuestro compañero.

Los dos hermanos se hallaban luchando bravamente frente al enemigo; ha caído Fernando, quedando Teodoro, para que el apellido Cuevas quede grabado en el inmortal sitio reservado a los héroes…”

Ascenso a comandante del capitán Fernández Cuevas

Como recompensa a los méritos observados y contraídos en combate, concretamente los correspondientes a los días 9, 18, 20, 22, 23 y 27 de julio y, el 1 y 3 de agosto de 1909, el Rey, ascendía al empleo inmediato superior a los siguientes jefes y oficiales entre otros, definiendo el comportamiento de los mismos como “extraordinarios méritos y bizarro comportamiento” y que habían muerto en el combate. Dichos ascensos, fueron dados en Madrid el 11 de agosto de 1909. Dicha noticia publicada en “La Correspondencia de España” del 13 de agosto de 1909, iba firmada por el periodista Linares.

De comandante a teniente coronel.

D. Eduardo López Nuño Moreno.
D. José Capapé Romero.
D. José Royo Diego

De capitán a comandante.

D. Angel Melgar Mata.
D. Enrique Navarro Ramírez de Arellano.
D. Alberto Morris Biguel.
D. Fernando Fernández de Cuevas y de Ramón.
D. Pedro de la Plaza García Rivera.
D. Laureano García de la Torre.
D. Enrique Guiloche Bonet.
D. Alfredo Rogers y Mathé.

De primer teniente a capitán.

D. Eduardo López Salcedo.
D. Francisco Roca Llovet.
D. Joaquín Tourné Pérez Seoane.
D. Armando Sojo Montagud.
D. Rafael delos Reyes Ortiz.

De segundo teniente a primer teniente.

D. Isaac Labrador Gallardo.
D. José Fernández de Guevara Mackenna.
D. José Ochoa Pérez.
D. Alberto Lozano Gisbert.
D. Ángel Salcedo Ansó.
D. Alberto Molina Galano.
D. José Velarde Velarde.
D. Antonio Pérez Prado.
D. Pedro Salvador Bilbao.
D. Antonio Pellón Díez.

Relación de recompensas otorgadas por el combate del 20 y 23 de julio y de la noche del 20 al 21 del mismo mes en Sidi Musa, segunda caseta y Atalayón a los suboficiales y soldados del Regimiento de Infantería de África núm. 68

Sargento D. Cristóbal Rubio Cano. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Pedro Rodríguez López. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión..
Soldado D. Antonio Díaz García. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Antonio Martínez Manzano. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión..
Soldado D. Plácido Sánchez Cánovas. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Andrés Jiménez Serrano. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Antonio Martínez Monteagudo. Cruz de plata del Mérito Militar distitiv.rojo. Sin pensión.
Soldado D. Vicente Corvera Ortíz. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. José Asensio Abad. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Antonio Gálvez Boj. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Diego Cánovas Vázquez. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Máximo Bernal Soria. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Ramón Mir Mirabet. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Manuel García Tevar. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Salvador García Casteruán. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Gabino Alarcón Morato. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. José Jeménez Piñón. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Romualdo Sanz Donato. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. José Falcó Salvador. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Antonio Guillén Medrano. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Juan Porcar Morales. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Nicolás Medina Ruíz. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Vicente Montolaya Moreno. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. José Domínguez Cortés. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Eulogio Suárez Fernández. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Bartolomé Martínez. Cruz de plata del Mérito Militar distintivo rojo. Sin pensión.
Soldado D. Francisco Maldonado Suárez. Cruz de plata del Mérito Militar distint. Rojo. Sin pensión.

La Cruz Laureada de San Fernando

El 10 de agosto de 1909, se daba la noticia en el periódico “El Imparcial” de que entre otros, se iniciaba la apertura de juicio contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, al capitán Fernández de Cuevas muerto en el campo de batalla gloriosamente.

Por su valor, comportamiento y, méritos reunidos en el combate de Iguemarien, el 23 de julio de 1909, en Iguemarien, el capitán de Infantería, D. Fernando Fernández de Cuevas, se hizo acreedor de la Cruz Laureada de San Fernando, la cual, después de la apertura del Juicio Contradictorio, le fue concedida el 16 de mayo de 1910, bajo el gobierno de Aznar. Las conclusiones del expediente mediante el cual, se premiaba su comportamiento, valor y arrojo en el combate, decía así según el Diario Oficial núm. 105, (textual):

“…Visto el expediente de juicio contradictorio instruido para esclarecer si el capitán del regimentó de Infantería de África número 68, don Fernando Fernández de Cuevas y de Ramón, se hizo acreedor a la cruz de la Orden de San Fernando por su comportamiento en el combate librado en las inmediaciones de Sidi-Musa el 23 de julio de año último;…
…, el expresado día el capitán Fernández de Cuevas fue gravísimamente herido en una de las fases del combate, no consintiendo en ser retirado y continuando en su puesto hasta que más tarde falleció sobre el campo;…
…,el hecho realizado por el capitán don Fernando Fernández de Cuevas y de Ramón es de los comprendidos en el caso 7º. del art. 27 de la ley de 18 de mayo de 1862, el Rey…
…,ha tenido a bien concederle la cruz de segunda clase de la Orden de San Fernando…
Madrid 16 de mayo de 1910.

Aznar…”

Periódicos como “La Época” y “Siglo Futuro”, dieron la noticia a España, de la concesión de la Cruz de segunda clase de la Orden de San Fernando, al comandante D. Fernando Fernández de Cuevas, en fecha 16 de mayo y, “La Correspondencia de España”, lo hacia a la mañana siguiente el 17 de mayo de 1910.

Hans Nicolás i Hungerbühler

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