D. Guillermo Pintos Ledesma , general de brigada de Infantería (*1856 - +1909) Uno de los nombres ligados al desastre del Barranco del Lobo, en el que murieron un buen número de militares españoles, es el del general de brigada D. Guillermo Pintos Ledesma , nacido en Chafarinas, el 26 de enero de 1856 (8 años después de que fueran conquistadas). y que accedió al generalato el 30 de junio de 1905. Educado en la vida militar, ingresó en la Academia de Infantería en julio de 1870 como cadete, contando 16 años de edad. España: 1873 Ejército del Norte. Fue destinado en 1873 al Ejército del Norte, participando en la 3ª Guerra Carlista, destacando por sus actos heroicos en la retirada de Muru a Lárraga, motivo por el cual, fue recompensado con el empleo de teniente de infantería. En nuestra literatura, dicho repliegue queda plasmado en la obra de Benito Pérez Galdós, “De Sagunto a Cartago”, de los Episodios Nacionales. Participó en las acciones militares de Orlo y Tolosa, bajo la dirección del S.M. El Rey D. Alfonso XII. El empleo de capitán, lo consigue por méritos de guerra en 1876, por las acciones efectuadas en Zomoza. Ultramar. 1877, 1ª vez destinado a Cuba. En 1877, siendo capitán, es destinado a la Isla de Cuba, lugar donde se presenta voluntario para ejercer el mando de una columna, tomando parte en diversos combates y obteniendo méritos que le valen el ascenso a comandante. Perteneció también a las columnas mandadas por el general Arolas, participando en diversas acciones de guerra en la isla ya citada .Regresa a España en 1879. Ultramar. 1888, Filipinas. Nuevo destino en ultramar, ahora, 9 años después de haber regresado de Cuba, marcha a Filipinas, acompañando al General D. Valeriano Weyler, militar duro, con fama de sanguinario y cruel, etiqueta colocada por franceses y americanos y que como se verá, según una anécdota protagonizada por el propio general Pintos, no era tal. En Filipinas, el destacamento español, era escaso con apenas unos cientos de soldados. Anécdota La anécdota a la cual se hace referencia, la protagonizó el entonces comandante D. Guillermo Pintos Ledesma, el cual iba a presenciar la ejecución en una de las plazas principales, de la pena capital, mediante garrote vil de un rebelde filipino. Los filipinos, agolpados en la plaza ante el cadalso, se mostraban apenadas y en un ambiente muy triste, contemplaban tan dolorosos espectáculo. Ante tal situación, el comandante Pintos, se sensibilizó, suspendió la ejecución y, condonó la pena al reo. Por este acto piadoso y humano, Pintos se ganó la felicitación del mismísimo general Weyler, mereciendo la confianza por parte de la sociedad filipina. Esta forma de actuar, también hizo más llevadera su estancia en la colonia, tan lejos de España. A pesar de que la fuerza militar era escasa en Filipinas, se consiguió mantener controlada la situación. El comandante Pintos, fue enviado por el general Weyler a Mindanao, ante una insurrección musulmana, los cuales, hostilizaban al Ejército español. Los rebeldes, conocedores del terreno y superiores en número, fueron derrotados por Pintos, cuyas fuerzas gozaban de poco contingente y medios materiales. Los españoles, consiguieron tomar y ocupar Malbang. Toma parte en la campaña de Mindanao (Filipinas), donde se distingue de forma muy notable. Ultramar. 1896, 2ª vez destinado a Cuba Terminada la pacificación de Filipinas, en 1896 marcha junto al general Weyler de nuevo a Cuba. En mayo de ese mismo año, en la ciudad cubana de Peñalver, se enfrenta al rebelde cubano Bartolomé Masó, con un contingente superior a los 1.500 hombres y se hallaba atrincherado detrás de unas protecciones que medían metro veinte y estaban hechas de tierra y madera. Bartolomé Masó, fue derrotado de forma brillante .Por esta acción militar, el general Weyler, recomienda al comandante Pintos para el ascenso a teniente coronel. Tiempo más tarde, junto a los generales Sr. Suárez-Inclán y Sr. Bernal y, el teniente coronel Sr. Valcárcel, participa en la batalla de Jácara-Júcara, alcanzando la victoria de forma estrepitosa y gloriosa sobre el independentista Antonio Maceo y, logrando encerrarlo en la provincia de Pinar del Río. Todo intento del general Maceo para romper el cerco, fueron inútiles. No obstante, Maceo se movía por territorio amplio, motivo por el cual, el general Weyler, mandó combinar sus columnas para restarle terreno y poder controlar sus movimientos más fácilmente (trochas). Los insurgentes, en número superior y desde su reducto, repartidos por sus maniguas (zonas pantanosas cubiertas de maleza tropical) impedían el despliegue de tropas españolas, cosa que no importó a los jefes militares españoles, los cuales apoyados por la artillería y a bayoneta calada, atacaron y redujeron al enemigo, poniendo en grave aprieto al general Maceo (el hermano de este, Rafael maceo, había caído prisionero junto a otros cabecillas insurgentes, siendo desterrados a la Isla de Chafarinas (España)). 23 de octubre de 1896, Ojo de Aguja (Cuba), vuelve a combatir el teniente coronel D. Guillermo Pintos Ledesma junto al comandante Feijoo, atacando por sorpresa a las fuerzas rebeldes de Aguirre, Valencia, Montero y Aranguren, atrincheradas en aquel punto. Para este ataque, los jefes españoles, emplazaron a 200 metros la artillería y atacaron por los flancos a la bayoneta en bizarras cargas, hechos de armas que una vez derrotado el enemigo, lo puso en fuga abandonando las trincheras. Otros rebeldes contra los que luchó fueron, Máximo Gómez y Quntín Banderas y otros cabecillas. Perteneció también a las columnas mandadas por el general Arolas, participando en diversas acciones de guerra en la isla ya citada . Por los servicios tan distinguidos prestados en Cuba y por los méritos contraídos, asciende a coronel. Regresa a España en 1897. 1897, Regreso a España Fue coronel jefe de unidad del Regimiento de Asturias (actual Regimiento de Infantería Mecanizada Asturias núm. 31), en el período comprendido entre los años 1902 a 1906, habiendo sustituido en la jefatura de dicha unidad al coronel D. Augusto Linares Pombo (jefe entre 1896 y 1902) y, siendo relevado en 1906, por el también coronel, D. Fernando Molto Ocampo. Mandaba la Brigada de Cazadores desde julio de 1907. En 1905, había ascendido a General de Brigada de Infantería. Al frente de la 1ª Brigada Mixta que prestaba servicio de guarnición en Madrid, el 13 de julio de 1909, recibió la orden de partir hacia Melilla, para reforzar a las unidades militares allí desplegadas por el general D. José Marina Vega, que allí se enfrentaban a los rifeños que a su vez, eran cada vez más agresivos y numerosos. Llegó a Melilla, el 23 de julio del año 1909, con su Estado Mayor, a bordo del buque transatlántico “Alfonso XII”. Este barco, había zarpado de Málaga y llevaba a bordo, a los batallones de Cazadores de Las Navas y de los Arapiles, además, de la sección de Sanidad. Si algo definía al general de brigada, D. Guillermo Pintos Ledesma , es la de soldado valiente, inteligente y leal. Murió en acción de guerra, el 27 de julio de 1909, en las cercanías del pueblo marroquí de Mezquita. Tenía 53 años. Dotado de carácter especial, por su agrado, bondad y amabilidad tanto en el puesto que ocupaba al encontrarse con la muerte al frente de sus cazadores como en los anteriores cargos que había desarrollado, motivo por el cual, supo ganarse numerosos afectos y simpatías. Según consta en prensa de la época, cuando desempeñó el cargo de ayudante del general Weyler, este llegó a sentir por él afecto paternal. Fue ascendido a General de División por méritos de Guerra (Diario Oficial núm. 167) por Real Decreto de 29 de julio de 1909. Estaba casado y tenía 4 hijas. Su muerte fue muy sentida por parte de la Infanta de España, Doña Isabel, haciendo eco de ello la prensa Una comida una sencilla petición, despedida del general Pintos en La Granja, de S.M. El Rey D. Alfonso XIII. Antes de partir hacia Melilla al frente de la 1ª Brigada Mixta, el general D. Guillermo Pintos Ledesma , se despidió de S.M. D. Alfonso XIII, en La Granja. Esta despedida, bajo el título, “El Rey y el general Pintos”, quedó recogida de esta forma en el periódico madrileño “La Correspondencia de España” (textual), al parecer, tuvo cariz emotivo, ya que a parte de manifestar al rey, sus intenciones, el general Pintos, le pedía cuidara de su familia en caso de caer en acción de guerra, cosa que pasó y el Rey D. Alfonso XIII, cumplió su palabra: “…Anoche en la Peña, donde estos días reina animación extraordinaria, y donde sólo se oyen frases de aliento para los que van a luchar a los campos del Rif, se refería, por personas de elevada posición y alta jerarquía en el Ejército, un episodio altamente conmovedor de los últimos días que pasó en España el general Pintos. Cuando se dispuso que la primera brigada de Cazadores marchase a Melilla, el general Pintos fue a La Granja a despedirse de Su Majestad el Rey, y el Monarca le dispensó el honor de sentarlo a su mesa. Parece como es natural, que le habló de los sucesos de Melilla y de la marcha próxima del general, y que al ser este interrogado por Su Majestad, contestó: - Yo, señor, voy a Melilla sin más aspiración, sin más deseo que servir a mi Patria como buen soldado. No tengo ambiciones pues estoy convencido de que aún llegando a teniente general, como límite de mi carrera, he de morir pobre. Si muero allí, sobre el campo de batalla, quisiera morir como Vara de Rey murió, dejando a mi Patria el mismo honroso recuerdo que él ha dejado. No tengo más que una preocupación que una: mi mujer y mis cuatro hijas. Si yo supiera que la faltarles tendrían la protección de Vuestra majestad moriría tranquilo- Dicen que el Rey, muy emocionado, distrajo de estos pensamientos al general, no sin darle a entender que si una desgracia sobrevenía, el Monarca no habría de olvidar aquella solícita y respetuosa petición de un padre. El Rey, como Rey que es, cumplidor de su palabra, envió ayer al jefe de su cuarto militar, general Echagüe, con el encargo de saludar a la viuda y a las huérfanas del ilustre muerto y de decirles que el Monarca cumplía la última voluntad del valeroso general Pintos. Los que anoche oían referir este episodio conmovedor, se mostraban verdaderamente impresionados, y tributaban, a la vez un recuerdo piadoso a la memoria del que murió por su Patria, un sincero elogio a quién ha llevado consuelos y palabras de afecto al triste hogar del que fue jefe de la primera brigada de Cazadores…” Los últimos días del general de brigada D. Guillermo Pintos Ledesma. Mediante las noticias que cito textualmente a continuación, intentaré recopilar los últimos días del general de brigada D. Guillermo Pintos Ledesma el cual cayó en combate el 27. de julio de 1909. Son citas textuales ya que creo que a parte de respetar los derechos de autor de aquellos periodistas que escribieron los hechos acaecidos, no hay nada mejor, que saber lo que ocurrió con escritos y palabras de la época. Cronología: - Antes del 13 de julio de 1909. : Se despide de S.M. el Rey D. Alfonso XIII en La Granja. - 13 de julio de 1909. : Sale de Madrid, al frente de la 1ª Brigada. - 23 de julio de 1909. : Llega a Melilla a bordo del transatlántico “Alfonso XII” con su Estado Mayor - 24 de julio de 1909, una revista de las líneas defensivas. Noche de miedo y confusión en la periferia de Melilla - 27 de julio de 1909, la última marcha. - 27 de julio de 1909, el último combate. Telegrama oficial. Hans Nicolás i Hungerbühler |
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Hace 12 años
La memoria histórica debe ser establecida para estos Héroes de España.
ResponderEliminarDesde Insumancia República Europea.
Lamentable e injustamente, son los altos mandos quienes cosechan, en sí mismos y en sus familias, los méritos, el reconocimiento y los favores de reyes y dignatarios, sobre las penurias, sangre y muerte de multitud de anónimos a quienes apenas se tiene en cuenta y aún menos a sus familias. Esas otras familias de la "chusma" masacrada no contaban con los favores personales del Rey. Un recuerdo y reconocimiento desde aquí para ellos.
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